☪ II. 𝕾𝖎𝖓𝖇𝖆𝖉

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𝓒𝓾𝓻𝓲𝓸𝓼𝓲𝓭𝓪𝓭

Sinbad x Lectora

Romance

Erikaloli

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   (Nombre) notaba a Sinbad cambiado. Después de que lograra "escapar" de las garras de Umm Madaura, tras haberse convertido en su esclavo, notó en él un aura algo deprimente. Tenía la incertidumbre de que se debía a las muertes de aquellos niños que eran también esclavos de esa malvada mujer, pero debido a su timidez no se atrevía a preguntarle, y eso le hacía sentirse impotente... No podía ayudar a la persona que amaba simplemente por su vergüenza.

   — ¿Ocurre algo, (Nombre)? — se tensó en el momento que escuchó la voz del pelimorado.

   Levantó la vista de la lista de productos del comercio de Sindria para fijar su mirada en aquellos ojos dorados que tanto amaba contemplar. Ese chico era demasiado guapo ante sus ojos, además de ser admirable, pues a pesar de tener solo 16 años, ya había conseguido formar un comercio de mercaderes bastante famoso. Ella lo primero que pensó la primera vez que lo conoció, fue que era un mujeriego de los grandes, y no se equivocaba, pero al menos eso quedaba aplacado con sus demás virtudes, y tenía bastantes.

   — N-nada... — susurró mirando hacia abajo.

   — Si necesitas descansar no dudes en hacerlo, eres mi amiga antes que mi empleada — le sonrió dulcemente, provocándole un vuelco en el corazón. Sus sonrisas eran arrebatadoras.

   — No estoy cansada... Gracias, Sin — ahora le sonrió ella, pero la borró momentos después de recordar la reciente actitud del chico. Era el momento de preguntar. — ¿P-puedo preguntarte algo?

   — Por supuesto.

   — E-esto... B-bueno... Últimamente te he visto algo... Decaído, por así decirlo — Sinbad le miró asombrado, para luego desviar la mirada hacia un lado. — Quería saber... ¿Ocurrió algo mientras eras un esclavo?

   — Es algo... Complicado... — susurró sin mirarle a los ojos, no por qué no quisiera, sino por qué no podía mirar a esos dulces y tiernos ojos mientras recordaba lo que hizo para escapar de aquel lugar. — No quiero... Que pienses mal de mi...

   — Yo jamás pensaría mal de ti. Sin, eres mi Ídolo, te admiro y te envidio a la vez.

   El chico la miró de reojo, sintiendo un revoltijo en su estómago ante sus palabras.

   — Estás dispuesto a cambiar el mundo para que no haya más guerras, eso es admirable. Cuando te propones algo no paras hasta que lo consigues, cómo cuando querías obtener un acuerdo con el Reino de Sasan. No te fuiste hasta que lo conseguiste. Así que no, no voy a pensar jamás mal de ti.

☪ 𝓜𝓪𝓰𝓲 ❘❘ 𝓞𝓷𝓮𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 ❘❘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora