Prólogo

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(Antes de comenzar, quería aclarar, que una voz latina gue elegida gracias a un amigo para nuestro compañero...y esa voz es...)

(Aclarado esto, ahora si empecemos)

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Empieza a amanecer en la ciudad japonesa de Kuoh, y en una casa específicamente, se encuentra dormido en su habitación un chico de 18 años, de pelo castaño.

Los rayos del sol atravesaron la ventana de la habitación, para después iluminar la cara del chico, empezando a despertarlo.

-Uh...¿Qué...Ya es de día?- era lo que se preguntaba el chico abriendo muy lentamente los ojos, antes de frotárselos con el dorso de su mano izquierda, y luego levantar la parte superior de su cuerpo- Rayos...no debí haberme desvelado hasta las 4 de la mañana.

Y entonces, imágenes de el, entrenando en un bosque, y después otras en su casa, jugando videojuegos, viendo vídeos en Internet, etc.

-Je, aún así, fue una buena noche, el ser en parte un demonio tiene sus ventajas- fue lo que dijo el castaño, para después estirarse un poco, y finalmente levantarse por completo, y luego dirigirse al baño.

Unos minutos después, el chico salió del baño, para luego dirigirse a la sala, una vez allí, se recostó sobre uno de los sillones, y acomodó su cabeza, en una almohada, al menos el la sentía cómo una almohada.

-Ah...es bueno despertar en la mañana y no tener que salir...ummm...esta almohada se siente diferente...¿Por qué será?- era lo que se preguntaba el chico hablando un poco en voz baja.

-Ara ara...Issei-kun está tan animado desde que despiertas- fue lo que dijo una voz femenina.

-¿Eh?- fue lo único que dijo el castaño, así que levantó la vista, y encontrarse con 2 ojos violetas mirándolo fijamente.

Recién entonces, se dió cuenta, de que la "almohada" en la que estaba eran las piernas de una chica, hermosa por cierto, de cabello negro con un tono azulado, atado en una larga cola de caballo con un moño naranja.

Vestía una blusa de mangas cortas negra, con un par de shorts celestes, y por último una botas negras de taco pequeño que le llegaban a la mitad de sus rodillas.

-Akeno-san, jeje, perdón por usar tus piernas cómo mi almohada- fue lo que dijo el chico un tanto apenado.

-A mí no me molesta, además, te veías tan tranquilo y cómodo- fue lo que señaló la chica con una sonrisa.

-Sí, es que tus piernas son tan suaves- dijo el chico mientras la miraba a los ojos.

-¿Enserio? Pues...sé de otra cosa mía que también son suaves- eso fue lo que señaló la chica mientras ahora tenía una sonrisa que reflejaba una doble intención.

-¿De verdad?- preguntó el chico mientras se sentaba correctamente, y dejaba que la chica se levantara.

-Sí- fue lo único que respondió la pelinegra, para luego sentarse encima del chico, y apoyar sus manos en los hombros de este, todo con una sonrisa un tanto traviesa.

PD: Para que no se traguen la descripción, más o menos ahora estos 2 están cómo en esta posición, solo imaginen que Akeno está con la ropa que mencioné, y que Issei también está con su propia ropa, y también que ya no es tan flaco.

Sekiryuutei: Una Nueva AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora