Cómo Escapar De Tus Problemas Y Vivir Tu Vida En Negación

Capítulo 5

Jiang Cheng será el primero en admitir que tiende a no reaccionar bien con las sorpresas. Tal vez, se deba a pasar los últimos veinte años viviendo con el parlante andante y problemático magnético que es Wei Wuxian que lo tiene escapándose de cualquier granada proverbial que la vida pueda lanzarle. Y tal vez, debido a dichas granadas, Jiang Cheng ha comparando las sorpresas con cosas desagradables que se avecinan en el horizonte, como las nubes espesas y agitadas de un tornado que se acerca.

Desde su cómodo nido en el sofá y con las mantas sobre los hombros como una capa, Jiang Cheng mira con ojos borrosos la nota inocente que ha arrojado sobre la mesa de café. Todavía puede ver las líneas nítidas que Lan Xichen había doblado en el papel, cortando su ordenada, elegante caligrafía.

La presencia de Lan Xichen en sí misma, aunque inicialmente desagradable, no había interrumpido su vida de exilio autoimpuesto en ninguna parte cerca del nivel de una granada explosiva. La forma en que Jiang Cheng pudo integrar sin problemas las visitas de Lan Xichen a la cafetería en su vida cotidiana lo demuestra.

Esta nota, sin embargo, está activando todas las sirenas de advertencia en Jiang Cheng como si un maldito tornado F5 estuviera a punto de aterrizar. Uno que está a punto de aterrizar mientras está atrapado en una chatarra oxidada de un automóvil. Y dicho automóvil muere convenientemente directamente en el camino del desastre que se avecina, como una trama de una terrible película de desastres.

La cuestión es que Jiang Cheng ni siquiera está seguro de por qué su cerebro entra en modo de pánico.

—Contrólate. Es solo una cena de agradecimiento —murmura mientras acerca sus rodillas a su pecho, las mantas que lo rodean se mueven con su movimiento y lo inunda con un calor cálido.

Por el amor de Dios. Es solo la cena. No es nada complicado. Solo tiene que elegir una hora y un lugar, informarle a Lan Xichen y luego disfrutar de su comida gratis. Pan comido. Él lo tiene.

Entierra su cara en sus rodillas con un resoplido. Entonces, ¿qué pasa si la cena está un poco fuera de su elemento dado que rara vez sale a cenar con personas fuera de sus familiares cercanos? ¿O el hecho de que casi nadie quiere pasar tiempo con él, el extraordinario imbécil gruñón de veinticuatro años, y no como un medio para meterse en la compañía de su padre?

O el hecho de que las experiencias más íntimas que ha tenido son de sus intentos tristes y fallidos de tener citas, y que nunca han progresado en reuniones pasadas en cafeterías e intercambios incómodos de mensajes. No es que esos cuenten para nada aquí porque esta es una cena de agradecimiento y es una entidad completamente separada. Una cena de agradecimiento.

Aunque, pensando en eso, supone que anoche con Lan Xichen podría contar técnicamente como una adición a su repertorio de experiencias casi íntimas con personas que no son familiares, y vaya, todo lo relacionado con ese tren de pensamiento es directamente triste. Solo va a detenerse antes de sentirse aún más deprimido.

Jiang Cheng levanta la cabeza lo suficiente como para volver a mirar la nota.

¿Cómo llegó a eso de todos modos? ¿Lan Xichen se fue por la mañana antes de dejarla?

Un pensamiento más alarmante cruza por su mente. Lan Xichen se fue, ¿verdad?

Jiang Cheng se quita las mantas de los hombros y se arrastra en el sofá hasta que pueda asomarse y tener una vista clara de su puerta. Su apartamento es lo suficientemente pequeño como para que, incluso desde su asiento, pueda distinguir la alfombra de bienvenida que solo tiene sus zapatillas maltratadas, sus pantuflas y ningún otro calzado.

Parece que Lan Xichen se ha ido.

Se hunde de nuevo en el nido de mantas en su sofá y se acomoda en el surco que hizo en el cojín con las piernas cruzadas. Tira de las mantas a su alrededor para cubrirse del calor una vez más y deja caer su cabeza para descansar contra el respaldo del asiento.