Un fuerte golpe al otro lado de la puerta despertó al cultivador que se había quedado dormido con un pergamino en mano y un Guqin al costado.
—Joven maestro, ya es de mañana, son las ocho.
Cuando la señora dijo aquello, la mirada de Lan WangJi verificó que, efectivamente los rayos del sol entraban por la ventana. Se levantó, arregló sus túnicas y tomó el pergamino que había estado leyendo durante la noche, antes de caer dormido.
—¿Cuánto por esto? —Preguntó refiriéndose al pergamino.
—Aiya, lléveselo gratis. Es solo un pedazo de papel que estaba a punto de irse a la basura.
Lan WangJi miró el papel, examinando su estado. Definitivamente parecía basura; estaba viejo, roto, sin color e incluso sucio. No obstante, no se sentía capaz de permitir que lo desecharan.
—Lo que usted dice es muy cruel. —Por la puerta, la figura de un joven se asomó. En su rostro, una sonrisa nerviosa. —Uhúm. —Aclaró su garganta antes de continuar— Bueno, ¿Esto es todo lo que debo sacar? —Levantó con sus manos una enorme bolsa negra.
—¡Cariño! Sí, sí, eso es todo. —Como si se hubiera olvidado de que estaba hablando con Lan WangJi, la señora salió de la habitación y fue hacia donde estaba el joven. —Realmente eres un amor, espero que los dioses te lo paguen.
—¿Qué? —El chico miró a la señora como si hubiera algo que no pudiera entender.
—¿A qué te refieres con "qué"? No cualquiera hace trabajos como sacar la basura gratis hoy en día. —La señora se rió divertida y dio una palmada sobre su hombro.
—¿Qué? pero yo... —Antes de que pudiera terminar su oración, la señora salió de la cocina diciendo en voz alta:
—Gracias, cariño. Puedes volver cuando quieras.
—... Se supone que iba a pagarme. —Dicho esto, dejó salir un suspiro de derrota y decepción.
Lan WangJi había estado allí en todo momento y aunque entendía lo que acaba de pasar, no estaba interesado, así que, procedió a retirarse.
—¡Espere un momento! —Lan WangJi no quiso malgastar energía en girar su cuerpo hacia el muchacho que lo llamaba, dirigirle una mirada bastaría. —Acaba de preguntar sobre el precio ese pergamino, ¿verdad? —Aunque no recibió una respuesta, se arriesgó a continuar. —Si le interesa saber más sobre esa persona, uhm... yo puedo darle algo de información.
Lan WangJi no era capaz de entender aún el por qué de la repentina curiosidad que sentía respecto a ese tal dios recolector de chatarra y si lo pensaba bien, no estaría mal aceptar la información que le estaba ofreciendo el joven. Por otro lado, sabía que él también tenía sus propias intenciones de las cuales también saldría beneficiado.
—¿Necesitas dinero?
—¿Qué? —El delicado rostro del chico se puso pálido debido a la sorpresa. —No, no. —Con desesperación negó varias veces mientras movía sus manos en el aire y sus mejillas tomaban un rojizo delatador.
—¿Mm?
—Bueno, tal vez... un poco.
Lan WangJi le echó una mirada al joven antes de darle la espalda. Fue difícil saber si era porque lo estaba examinando o simplemente invitando a seguirlo.
Sea cual fuera la respuesta, el chico se arriesgó a conocerla escogiendo la segunda opción.
Ambos salieron de la posada y caminaron en silencio unas cuantas calles, las suficientes como para darse cuenta de que Lan WangJi no lo echaría. Con confianza, se atrevió a tomar la iniciativa para hablar.
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Salvado por un dios recolector de chatarra
FanfictionLan WangJi está de luto luego de que su primer amor perdiera la vida. Pero un día, su encuentro con un dios empezará a aligerar el peso de su corazón. ▶Historia corta. ▶NO incluye romance.