28. Tampones.

1K 47 6
                                    

Noté frío en las piernás y supe que alguien había levantado las sábanas.

- Mmmm - rezongue mientras intentaba volver a localizarlas con la cara hundida en la almohada.

Alguien abrió la ventana y para mí fue como si le hubieran echado agua bendita a la niña del exorcista. Empecé a revolverme como una cucaracha hasta que conseguí agarrar la esquina de las sábanas y me volví a a envolver como un burrito.

Alguien me rozo la mejilla con el pulgar - Tayler déjame dormir porfavor - murmuré somnolienta - eres un pesado, es domingo, vete a hacerte una paja y cierrame la ventana.

Desde luego que pesadilla de hermano que ganas de molestar y...espera...ayer acompañe a Gilmher borracho hasta su casa y me quede a dormir ¿Había sido real?

Abrí los ojos de golpe y lo vi, a el, con la cara de susto mirando fijamente algo en la cama. Su mirada preocupada se desvío una milésima de segundo al ver qué me despertaba para volver a posarla en el mismo sitio de antes.

Con curiosidad mire lo que llevaba observando con tanto ímpetu y vi una mancha roja.

- Mierda, lo siento muchísimo por haber manchado, es que no lo tenía bien controlado y se me ha...

- ¿Que hicimos ayer _____?

Estaba preocupado y muy pero muy alarmado. ¿Por qué? Entiendo que no es muy agradable levantarte y ver eso pero tampoco es que haya matado a alguien y lo hubiera restregado por su cama.

- Nada, estabas borracho y casi le pegas a un camarero que me quería invitar una copa así que te saque y tú me coacionaste para que te acompañará hasta aquí y me quedara a dormir.

Pero el siguió mirando la mancha - ¿Estás segura de que te acuerdas de todo? ¿Eso entonces que es? - con voz temblorosa señaló.

- Me ha bajado la regla, no he calculado bien el día, tengo que descargarme esas aplicaciones que llevan la cuenta - respiro aliviado - Ah, ¿Tu pensabas que tú y yo....?

Pude ver qué se sonrojo levemente y me pareció la cosa más adorable que había visto en mi vida.

- Me da un poco de pena pedirte esto pero si tienes tampones te agradecería mucho que me dieras uno, y repito que lo siento mucho por haber manchado.

- ¿Por qué hiba a tener yo uno? - respondió indiferente.

- Desde luego prefiero al Gilmher borracho....Tu madre puede que tenga.

Resopló y salió de la habitación, tardo un par de minutos y volvió con una caja entera.

- Se los he robado a Hillary y no se si te sirvan - examine la caja en la que como siempre salía una chica haciendo el pino en plan "tener la regla es lo mejor del mundo" y asentí.

- Gracias.

- Puedes cambiarte en mi baño - me señaló una puerta en la misma habitación y entre corriendo.

Se me había traspasado a los panties y lo peor era que me sentía terriblemente mal ¿Cómo iba a justificar Gilmher la mancha de la cama? Y además ¿Cómo iba a salir a la calle con esa mancha y un mini tutú blanco como única prenda para taparlo?

Al salir del baño, Gilmher estaba urgando en los cajones, sacó una camiseta y me la tiro de manera que si no fuera por mis reflejos, habría acabado en mi cara.

- Toma, ya me la devolverás.

Volví al baño a cambiarme y al salir me di cuenta del dibujo de la camiseta.

- ¿Mickey Mousse? - hice un gran esfuerzo para no reír.

- Es lo más pequeño que tengo, no te rías o te dejare en ropa interior en la calle - dijo divertido.

- Vaya, parece que Gilmher ha vuelto.

- Parece que por mucho que lo intente no puedo hacer nada así que es hora de que lo vaya aceptando.

- ¿Que? - por favor que se declare, por favor, por favor...

- Que soy tan guapo que es imposible que te puedas separar de mi ni un minuto - respondió fanfarrón.

- No fui yo la que suplico que me quedara como un niño de cinco años a su mamá.

Gilmher se cruzó de brazos - ¿Te dije algo más? - que estabas enamorado de alguien aunque no te conseguí sacar quien, obviamente no dije nada.

- No, nada más, gracias por los tampones y la camiseta pero me tengo que marchar o Tayler se empezará a preocupar - abrí la puerta pero oí voces que provenían de abajo.

- ¿¡Están tus padres en casa!?

Me miró divertido - ¿Donde querías que estuvieran?

- Trabajando.

- Es domingo - mierda, la vida me odia.

- Gilmher por favor tienes que sacarme por alguna parte que no me vean.

- ¿Quién es ahora la que suplico?

- ¡Oh vamos déjate de bobadas por favor ayudame!

- Mis padres están acostumbrados a tener que ver chicas desconocidas para ellos marcharse los domingos por las mañanas, no serás novedad - se encogió de hombros.

- ¡No pienso quedar ante ellos como otra maldita conquista tuya! ¡Tú y yo no hemos hecho nada ni lo haremos! - ojalá, chst cállate subconsciente - ¡Tengo una dignidad que mantener!

El idiota parecía disfrutar la situación - Bueno puedo pensarlo a cambio...de un beso.

- Prefiero salir tirandome por la ventana.

- ¡Pues ya verás como te las arreglas! - si le daba un beso se iba a notar, iba a descubrir todos mis sentimientos, si no lo sabia ya. Pero necesitaba salir de allí con mi orgullo intacto y no como la que le había calentado la cama una noche.

Así que suspire y sin pensarlo mucho para no arrepentirme lo bese. Y esa maravillosa sensación me invadió de nuevo, el tiempo se volvió a relentizar, el lugar no existía, solo el y yo, sus labios en los míos lo demás era polvo, el ritmo era lento, suave y dulce haciendo que pudiera saborear cada parte de su boca de manera que me llevaba a la locura.

Todo era perfecto, logré olvidar esos dos últimos meses de frialdad y quería quedarme ahí eternamente. Pero oí unos tacones subiendo las escaleras y con la poca fuerza de voluntad que tenía me separé.

- He cumplido mi parte - susurré con la voz entrecortada.

Se había quedado en silencio y se pasó una mano por el pelo - ven por aquí.

Me tomo de la mano y ese pequeño gesto incendio mis mejillas, cogí el tutú y los zapatos en la mano me guío por las escaleras hasta la puerta trasera por la que había entrado ayer en la noche.

- Da a la calle.

Asentí y en un pequeño impulso le di un beso en la mejilla - Gracias.

Estaba apunto de abrirla cuando:

- ¿Gilmher has visto el reloj que me regaló tu padre....? - una voz femenina se oyó detrás de nosotros e instintivamente me di la vuelta.

- ¿____? - dijo la mujer.





Esa Virgen es MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora