Mal presagio

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6to Capítulo

Abrí la puerta de mi habitación...exhausta de todo,del día, de la noche anterior, de mi vida.

Me derrumbo en la cama;boca arriba,mirando el techo y una oleada de pensamientos me invaden. Ese instante en que uní nuestros labios fue...no voy decir mágico, eso sería algo estúpido y poco típico de mi, pero fue raro. ¿He besado chicos?Sí, obvio; pero ninguno de esos besos de más de diez segundos se sintió como ese contacto de menos de dos.

¿Por qué lo hice? Bueno,llevo meses acosándolo, algún mérito me tenía que llevar por mi ardua labor de día a día.

Mi móvil comienza a sonar y me saca de todo tipo de pensamientos.Deslizo la pantalla contestando la llamada

-¡Julieta! ¡Dios! ¿Estás bien? -Una Amber desesperada al otro lado de la línea.

-Estoy en perfecto estado Amber,¡no grites!

-Creímos que te había pasado algo,desapareciste. Kata está aquí conmigo.Te hemos llamado más de cien veces. ¿Dónde estás?

-En el departamento, acabo de llegar. Después les cuento mejor,aunque supongo que Katerina te lo haya contado casi todo -Digo,conociendo a Kata de seguro así fue.

-Vale,en cuánto pueda estoy allí

-No no no...por favor Amber,necesito descansar. Mañana me paso por tu casa.

-Como quieras reina.Sólo no te suicides antes de mañana.Necesito saberlo todo. Te amo -Su voz es un poco más tranquila que hace unos minutos

-Yo también.Un beso

Amber cuelga y yo,bueno,le mentí,no puedo descansar,dentro de un rato tengo trabajo. A veces me pregunto por qué le miento a mi mejor amiga y es que realmente,aunque una persona conozca tus demonios no sabe lo que se siente lidiar con ellos. Nadie mejor que uno mismo entiende el dolor que le arrebata la sonrisa. Mi pasado me hizo fuerte,o esa creen las personas,no digo que no sea así,pero eso no evita que en las noches llore aferrándome a la almohada.

Me doy una ducha. Cepillo mis dientes y me detengo a mirar mis propios ojos. Ese verde tiene una especie de...vacío, me pregunto si algún día habrá un brillo de felicidad en ellos. Me visto y salgo apresurada.

**********************

Nada nuevo por aquí.Los mismos borrachos de siempre,desahogando sus penas en el alcohol,como si no hubiesen más soluciones a sus problemas y mi querido jefe gritando a todos los que están en su servicio

Mi turno comenzó hace dos horas.Un hermoso atardecer formándose en el horizonte. Me quedo mirándolo a través de los cristales del bar.

-Llamando a Julieta desde la tierra...

Salgo de mi trance y miro a Rose,mi compañera de turno.Una chica agradable, pero que se ha visto en apuros por cuestiones de dinero.Si es que así se le puede llamar a entregar tu cuerpo por unos céntimos.

-¿Es hermoso cierto? -Le digo volviendo a mirar el atardecer.Quizás en todo mi trauma infantil me volví una niña tonta y rara que ama las cosas más simples y las convierte en algo asombroso en su mente.

-Nada que me quite el sueño,pero supongo que para gustos están los colores -Dijo y siguió su camino hacia una de las mesas.

La campana que se encuentra sobre la puerta anunció la llegada de un nuevo cliente.Rose estaba ocupada así que me tocaría atenderlo a mi.

Una persona muy extraña se puede decir. Vestido completamente de negro,con una capucha,como si acariciara con la yema de sus dedos la muerte ¿Será alguien infeliz?¿Algún famoso intentando pasar inadvertido? ¿O simplemente le gusta el color negro?Aparto mis pensamientos y camino hacia él.

-¿Mesa o barra?-Le pregunté en el tono casual que utilizo con la mayoría de los clientes

-¿Qué tal tú?Si fueras yo y estuvieses espiando a alguien,¿dónde te sentarías? -El tono frío que utilizó hizo que se me erizara la piel,me provocó un sentimiento de desconfianza casi al instante en que soltó su primera pregunta.

Recobré la compostura y le señalé la mesa del fondo. Me dirigió una mirada extraña y fue hasta la mesa con el ruido de las botas que cubrían sus pies.

Rose venía con su bandeja en la mano y la frené en seco, agarrándola del brazo.

-Necesito que atiendas a ese hombre de allí.-Le señalé con la mirada la mesa donde se encontraba el susodicho, que miraba descaradamente hacia nosotras.

-Vale,pero toma dos de mis mesas -La chica era agradable, pero no tonta.

Han pasado 3 horas y medias,falta muy poco para que se acabe mi turno y aún el sujeto extraño estaba ahí. Mirando cada uno de mis movimientos, sentía como si de verdad me estuviese espiando.

Agarré las pocas agallas que me quedaban después de tanto rato y me senté en su mesa,mirándolo directamente a sus ojos castaños.

-¿Qué quieres?¿Por qué me miras tanto?

Sólo se quedó mirándome con gesto vacilón.Me comenzó a hervir la sangre y exploté dando un golpe en la mesa

-¡Habla imbécil!

-¿Todo bien por aquí? ¿Julieta? -Me lleva,el idiota de mi jefe

-Todo bien señor,yo ya me iba -Respondió dejando dos billetes de veinte sobre la mesa y parándose. Antes de irse se acercó a mi oído, haciendo que ni cuerpo se tensara completamente. -Aún no es tiempo de que sepas algo. Paciencia

Y abandonó el local,llevándose todo su misterio consigo.

JulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora