❝What if we ruin it all,
when we love like fools?❞
Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Alicia Hastings nunca anticipó que esa segunda puerta implicaría actuaciones improvisadas, sentimientos encontrados por el mariscal de campo y el...
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vii. CHAPTER EIGHT KEEP HOLDING ON
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彡‧˚₊*̥✧࿐
—NO QUIERO QUE QUINN DÉ AL BEBÉ EN ADOPCIÓN.
Alicia hizo una pausa. Se apartó el teléfono de la oreja. Lo miró fijamente. Parpadeó. Continuó mirando. Finalmente, recuperó su capacidad para hablar. —¿Quieres quedarte con ella?
Se oyó un crujido al otro lado de la línea. Mantas, asumió. Eran cerca de las once de la noche, y aunque sus conversaciones habían durado más antes, había sido un día largo. Finn y Quinn tuvieron hoy su primera cita con el ginecólogo, a la que el Sr. Schue los acompañó.
Era una niña.
No estaba segura de por qué eso la llenaba de igual cantidad de felicidad y tristeza.
—Q-quiero decir, sí, por supuesto que sí. Nunca conocí realmente a mi papá, era demasiado joven cuando murió, y no quiero que este niño crezca con preguntas sobre mí o Quinn y esas cosas. Como, ¿y si ella cree que la abandonamos porque no la queríamos? Eso no sería cierto. Porque la quiero.
Alicia se acurrucó en la cama. Su pijama rosa pálido de Supergirl contrastaba con su edredón azul, lo que no le importaba. Siempre le había gustado el color. —¿Cómo se siente Quinn por eso?
Dos gatos entraron en su habitación a la vez. Gritó cuando la atigrada pelirroja, Clary, casi la derriba. La gata gris, Diana, que era considerablemente más pequeña pero igual de mullida, casi lo logró. Pero solo casi. En cambio, ambos golpearon a Alicia, lo que hizo que dejara caer su teléfono en su regazo mientras se acurrucaba a ambos lados de ella.
Ah, sí. Sus almohadas calefactoras personales. Edición extra esponjosa.
—Lo siento —jadeó después de agarrar mejor su teléfono.
—Whoa. ¿Alguien intentó asesinarte?
—Solo mis gatos —siempre fueron cariñosos con Alicia. Diana, que no era más que un pequeño grupo de pelusa gris desordenada, amaba a todos. Clary, con su cuerpo más ancho y garras más afiladas, tenía la tendencia de morder a los extraños. O la mamá de Alicia. O Mariana. Básicamente, cualquiera que no fuera Alicia.