𝐄𝐔𝐓: En dónde, Caroline sé termina enamorando de un egocéntrico y mal humorada chico, luego de el trato qué cambiará su convivencia en un giró rotundo.
En dónde, Chase termina teniendo una pelea con el mismo, queriendo no enamorarse de su polo o...
⚠️Ya saben que hacer, descargan la canción qué está en multimedia y, disfrutan completamente de élcapitulo.
Si no les aparece, la canción es "Loveis a bitch— Two feet"
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¡Pongan la canción!
Caroline.
Sus manos sacaron de mi top blanco, dejando mis pechos al descubierto y provocando una mirada de deseo por su parte. Su lengua los rozaba, sin tardar en chuparlos rápidamente, mientras que seguía acariciando mi cuerpo.
Mis ojos cerrados y mis suspiros constantes, sus besos bajando por mi abdomen y dando pequeñas cosquillas. Bajaba mi short, despacio como si quisiera ver el proceso detalladamente.
Dejándome en solo mis bragas negras, siguiendo con sus besos húmedos y depositando uno sobre la tela. Manos frías que erizaban mi piel, haciéndome sentir mi cuerpo al rojo vivo.
La excitación, algo tan difícil de sentirla por completo con alguien pero con el, parece tan fácil. Su cabello tocaba mi cuerpo, sus suspiros calientes se sentían en todo mi ser.
Besaba mis muslos, mis pantorrillas y acariciaba suavemente mis pies. Esa sonrisa tan característica de el, llena de arrogancia y orgullo al tenerme jadeando cada vez más.
Bajando de lo único que me cubría con mucha delicadeza, mordiendo su labio y con solo su mirada, deducía que me haria morder la jodida almohada toda la noche.
—Tú cuerpo está tan listo para mi— rozando su nariz por mi estómago— ¿estás lista?
Su voz era tan calmada aunque su respiración delataba su excitación, esperando con ansias mi respuesta y solo pude asentir. Apreté con fuerzas las blancas sábanas, arqueando mi espalda y sintiendo su poderosa lengua dentro de mi.
—¡Joder!— gemí por lo bajo
El sonrió pero sin dejar de follarme con su lengua, sintiéndolo jugar por dentro y llevando mis piernas a su cuello. Apretaba mis caderas, hundiendo su rostro por completo y dando suaves mordidas a mi clitoris.
—¡Ahh!, ¡mhhm!
Mordia mi puño, no podía gemir alto y en verdad, estaba odiando a todos los que estaban en casa. Sentir su lengua en ese ciclo interminable de placer, haciendo movimientos lentos, luego intermedios y para llegar al final, rápido.
