Prologo

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 -Maldición a pesar de ser la policía de Konoha no nos dejan hacer nada más que cuidar a los aldeanos, deberíamos estar combatiendo contra el Kyubi.

-Sé que es molesto, incluso para mí pero al parecer solo a los Hyuga nos quieren al frente, por favor cuida a Kasumi. Te amo Hayate, te veré cuando esto termine.

-Está bien Midori cuídate.

Narrador omnisciente:

El ataque del kyubi ocasionó mucho daño, tu solo con menos de un mes de haber nacido ya estabas viviendo una guerra, algo que pasaría a la  historia, tu padre trataba de protegerte pero no podía ir al refugio por cuidar a los aldeanos. 
No podía encargarte a nadie, pues con solo verte tus ojos eras repudiada, te creían un fenómeno, aunque a tus padres los respetaban y los aceptaban cada uno en su clan tu no eras aceptada, a pesar de ser un bebe aun.

Hayate desesperado recurrió a pedir ayuda a un niño, que se dirigía al refugio ya con un bebe en brazos, dudo en dejarte a su cargo pero no tenía opción.

-¡Oye Itachi! Sé que te pido mucho y que estas al cuidado de tu hermanito, pero por favor lleva a mi hija Kasumi al refugio, necesito aun revisar las demás casas para sacar a todos de ahí.

-Está bien, puedo con ello.

-Muchas gracias, eres un gran niño

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-Muchas gracias, eres un gran niño.
Mientras el joven niño corría con dos bebés en brazos, esperando a que ninguno de los dos llorara, al ver tus ojos el solo hizo un gesto de sorpresa sonriendo después de este acto, a él no le importaba.

Después de algunas horas todo ya estaba tranquilo, Itachi salió del refugio junto con los demás en busca de Hayate.

-Señor Hayate.

-Kasumi, estas bien, gracias por cuidar de mi hija, me alegra que los tres estén bien. Ahora debo buscar a Midori.

Lamentablemente la promesa de verse de nuevo no pudo hacerse, y ese fue el último Te amo que Midori le dirigió a su esposo, pues murió durante el ataque por un hombre enmascarado según testigos.

Hayate destrozado con su hija en brazos decidió irse a la aldea de la arena con los padres de Midori. Vivían ahí ya que su madre Azami se enamoró de Hiro perteneciente de la arena.

Pensaba en volver en cuanto les diera la noticia del fallecimiento de su esposa, pero no tuvo la fuerza de regresar, no al lugar que le recordaba su pérdida y menospreciaban a su hija.

Pasaron cuatro años desde el ataque, vives en la aldea de la arena.

Sales a jugar como un día normal, sola, pues los demás niños se alejan por la peculiaridad de tus ojos, aunque aún no podías activar el sharingan se notaba un ojo de color café pero el otro lila como los Hyuga. Pero un niño de cabello rojizo pasaba al parecer lo mismo que tu, estaba solo por lo que decidiste acercarte.
El al verte sonrió.

-Hola, tengo una pelota, los otros niños lo dejaron. ¿Quieres jugar?

-Sí, me encantaría.

Continuara...  

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