13-Atentado

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Pov Rey

Por fin tengo mi propio sable, me siento bien con él, ya que es como por así decirlo mi estilo, salgo de la habitación para ir al puente de mando, ya que Ben me dijo que lo fuera a buscar allí cuando terminará.

Voy por el pasillo rumbo al ascensor, al llegar las puertas se abren entro, pero de repente también entra otro individuo, al volverlo a ver lo reconozco como el General Colegiado Pryde, él se posiciona a mi izquierda con su cara que sinceramente intimida y da miedo aveces.

Mis pensamientos son interrumpidos por Pryde el cual dice -Líder Suprema.

Yo sigo mirando al frente evitándole su mirada y contesto con aparente indiferencia -General Pryde.

Por el rabillo de ojo noté que no se inmutó en absoluto, después de eso el viaje fue marcado por un incómodo silencio.

Entonces las puertas se abren dejando a la vista el puente de mando, antes de poder salir el General interpone su brazo en la entrada, yo lo miro buscando una explicación, él solo dice en un susurro -Espero que esté disfrutando su estadía aquí.

Sin más él aparta su brazo dándome vía libre para irme, al salir me quedo un momento pensando a que se abra referido con eso, levanto los hombros restándole importancia y me dirijo al ventanal, de camino al mismo veo entre los oficiales a mi amiga Kaydel y al Oficial Antarus Oxen, el cual se ve que está concentrado en lo que hace, se nota que es alguien que se esmera en lo que hace.

Termino mis pensamientos cuando llego al lado de mi amado, él parece no haberse dado aún cuenta de mi presencia, así que aprovecho para admirar su rostro, aunque este cubierto en estos momentos con su intimidante casco, puedo imaginar como siempre sus negros y alborotados cabellos, sus curiosas, pero grandes orejas, su piel clara como las estrellas y lo que me hizo enamorarme de él en primer lugar sus ojos negros como la galaxia, ellos son un gran misterio, te dicen mucho y poco a la vez.

-¿Qué admirando la vista?.

Doy un respingo por el susto que me acaba de pegar Ben, aunque no se vea por su máscara sé que está sonriendo y aguantando las ganas de reír, yo solo me sonrojo, el cual se extiende por todo mi rostro, él sin importar que los Oficiales nos puedan estar viendo me da un abrazo y dice -Que brinco pagaste amor.

Vuelvo a ver a los Oficiales los cuales se quedan unos momentos estáticos, pero luego siguen en sus trabajos, y así seguimos vigilando el puente.

Al terminar de hacer nuestro turno y estamos entrando al ascensor le pregunto a Ben -Oye cariño ¿Y si tenemos una batalla?, para probar mi nuevo sable y foguearme un poco.

Él solo dice -Bien, vamos a la sala de entrenamiento amor.

Sin más él toca el botón del ascensor y bajamos.

Bajamos del ascensor y llegamos al pasillo de la sala, caminamos, llegamos a la puerta, la abrimos y entramos a la sala blanca y muy iluminada, Ben se quita su casco y dice -Tú ve del lado derecho y yo iré del izquierdo.

Yo asiento y nos posicionamos en donde acordamos, nos damos una mirada de determinación y encendimos nuestros sables, el su rojo carmesí en forma de cruz y yo mi nuevo sable doble, decidí empezar con solo una punta para probar.

Corremos con fuerza hasta el centro para chocar nuestros sables, él rápidamente deja de presionarlo y decide intentar darme una estocada a mi pierna derecha, yo rápidamente logró bloquear su estocada y lo empujó haciéndole retroceder, aprovechando eso intento acertarle una estocada en su brazo, pero él reacciona y lo repele con su sable, yo decido retroceder él corre hacía mi para acertar un golpe directo, pero yo doy un salto encima de él quedando en su espalda y mi sable a centímetros de cortar su cuello.

Reylo | Amor Intergaláctico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora