❧ Capítulo 01: Lo que tú decidas, Lys ❧

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El lugar poseía tres grandes lámparas en el centro, junto con pequeñas bombillas incrustadas en las placas del cielo alto, iluminando de forma tenue la gran y elegante habitación de conferencias.

Una sensación inundaba el aire, vibrando de una forma un tanto afilada, fría y peligrosa, pero la estela de poder en ella sobresalía sobre todo lo demás.

Lysander Vauthier se encontraba junto al hombre que iba a empezar esa reunión y podía sentir a su propio lobo rasgando con ferocidad al estar en un lugar con tantos alfas, llenos de mando queriendo imponerse. Sin embargo, él era cauteloso y la llamada para la reunión era importante. Especialmente para él.

Bartolomeo Vitale, tomo una profunda respiración antes de empezar. — Señores, estoy seguro de que tienen una idea de la razón por la que han sido convocados. — El hombre tenía cabello blanco, como muestra de su paso por la vida, y sus ojos oscuros estaban llenos de dolor. Había tensión en el aire y parecía aumentar casi palpablemente en la mesa rectangular de madera. — Es la cuarta persona que desaparece en lo que lleva el mes, según lo que hemos escuchado de los medios de información.

Todos tenían un vaso de whisky añejado en la mesa junto con algunos documentos, el tintineo del hielo llenando el pequeño silencio que se hizo después de la lamentable noticia, y uno de ellos tomó un trago saboreando la bebida antes de hablar.

— ¿De qué región era? — Preguntó Marcello Rocca, su cabello rojo echado hacia atrás exponiendo el tatuaje que subía por el lateral de su cuello.

— Es. — Fue lo único que contestó cortantemente. Las arrugas del señor Bartolomeo se veían aún más profundas gracias a lo tensa que eran sus facciones en ese momento.

Lysander lo entendía, después de todo, la persona que desapareció era su hijo menor.

Valentino Schizas, mejor conocido como TINO, carraspeó un poco haciendo que la atención se centrara en él. La poca expresión en su rostro fue compasiva cuando habló. — Del sur, ¿cierto?

Bartolomeo asintió con la cabeza baja. El pobre beta lo estaba pasando mal, ya que por más que puso todos sus recursos a disposición, su hijo desapareció sin dejar ni una señal y no estaba en ningún lugar a encontrar.

— Lysander. — Llamó Matteo del otro lado de la mesa. Como siempre, sus ojos eran fraternales cuando se dirigió al mencionado. — ¿Qué pasó?

Lysander se levantó, abotonando su costoso traje negro en el centro y miró a todos en la sala para después dirigirse al pequeño minibar a rellenar su vaso al mismo tiempo que contestaba. — Su nombre es Adriano Vitale.

— ¿De confianza? — Preguntó Marcello con cierto veneno y recelo en su voz.

Lysander intentó no morder y se volteó lentamente, su mirada nivelada y segura. — Todos mis hombres lo son.

— ¿No tenía asuntos pendientes con alguien? — Cuestionó Tino, su voz sonaba sincera, por lo que Lysander suspiro tratando de disipar cualquier rastro de sospecha de sus ojos esmeralda.

— No más de los que podría tener alguien como nosotros.

Matteo volvió a tomar la palabra, como siempre su voz resultaba como un faro, todos poniendo atención a sus palabras. — ¿Cómo desapareció?

— Simplemente lo hizo.

Marcello Rocca rió sin gracia, sus ojos afilados. — Las personas no simplemente desaparecen, Vauthier.

— ¿Y qué me dices de todos los casos anteriores? — La voz de Lysander era grave y profunda, no aceptaba dudas, pero al parecer nadie olvidaba que era el menor de los cinco hombres de la estancia. No el menos peligroso, claro. — Hasta el momento han sido hombres plenamente capaces de defenderse. Yo conozco a Adriano, es un buen chico, ¿de acuerdo? Él no se habría ido de esta manera sin dar explicaciones y si alguien está involucrado, él habría peleado. No es alguien que se rinde fácilmente.

Lo que trajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora