MI PRIMO EDWIN. Capítulo 1: La posada.

841 6 2
                                    

Era el mes de diciembre, tiempo de posadas, regalos y todas esas cosas. A mis 15 años disfrutaba demasiado las posadas de la CQ, cursaba el tercer grado, éramos los del tercero B.

Esa sería mi última posada, había un chico que me gustaba desde que estaba en primero de secundaria. Mauricio, era el chico popular del salón. ¿Y yo?...Yo solo era una persona X, que pasaba desapercibida. En fin, sabía que él nunca se fijaría en mí y solo me conformaba con mirarlo de lunes a viernes y quererlo en secreto.

En está última posada, para mí buena suerte Mauricio me había tocado en los intercambios del amigo secreto.

 El amigo secreto  consistía en dar regalos o detalle sorpresa. Sin que la persona supiera obviamente quién se lo estaba dando... y el  día  en que se llegaba la posada o convivencia, era cuando se revelaba quien era tu amigo secreto.  La pososa o convivencia, solia ser el último dia de clases,  dando paso al inicio de las vacaciones decembrinas.  

En el  salón de clases se colocó una caja de cartón, envuelta con papel navideño y un letrero con cartulina fluorescente que tenia un letrero  que decía: BUZÓN NAVIDEÑO.

 Por casi dos semanas estuve dejándole a Mauricio un detalle... En ocasiones eran chocolates, tarjetitas o algunos dulces. Me emocionaba mirar su cara cuando recibía lo que yo le dejaba.

Llegó el día de la posada, me fui lo más hermosa que se podía, me puse mi mejor vestido, un poco de maquillaje (mi padre no estaba de acuerdo en que lo usara, pero mi madre me permitió que me aplicará solo un poco), me alacié mi cabello etc. Estaba muy emocionada porque sabía que al momento de darle el regalo nos tendríamos que dar un abrazo.

Llegué a la posada y me reuní con las pocas amigas que tenía, miré cuando llegó Mauricio. La baba casi se me caía en cuanto lo vi. (No por nada el era el más popular de los chicos del salón) Era alto, con un cuerpo que se miraba que desde pequeño practicaba deportes, ojos  y cabello negros, con unas pestañas largas, piel blanca  y ademas muy  inteligente.

Después de unos minutos todos pasamos al salón y dio comienzo la posada. Disfrutamos de la comida, reímos de cualquier tontería y platicamos de distintos temas.

Llegó la hora de los intercambios y para mí sorpresa comenzó Mauricio. Mi corazón se comenzó a acelerar, el se puso enfrente de todos y comenzó a decir unas hermosas palabras a la persona que le había tocado en el amigo secreto. Yo en mi imaginación sentía que cada una de sus palabras me las decía a mi. Pero solo era mi imaginación y, pronto la realidad me hizo aterrizar de golpe. (En ese momento al profesor que estaba con nosotros lo llamaron por teléfono y tuvo que salir un momento) Mauricio aprovechó para declararse a la chica más popular del salón. (Elizabeth, era el nombre de la susodicha) y  justo era la que le había tocado en el intercambio. 

Sentí como todas esas estrellitas, mariposas, destellos  y todo esas tonterias que me pasaban cuando miraba a Mauricio se esfumaron mas rapido que la velocidad de la luz, al escuchar como  Elizabeth le respondió con un SÍ. 


Mi alegría en la posada se había esfumado y lo único que  quería era salir de allí.

Llegó el turno de entregarle mi regalo a Mauricio. (Me hubiera gustado en ese momento que el regalo hubiera sido una serpiente venenosa y lo mandara al hospital, pero no, era solo un perfume y unos chocolate).  Al entregárselo, se suponia que tenia que dedicarle algunas palabras bonitas y darle un abrazo.  ¡¡¡¡JODER!!!!. ¿Cómo iba a hacer eso despues de lo que habia pasado?... Si le decía algunas palabras, mis lágrimas iban a caer frente a él y de todo los allí presente. 

MI PRIMO EDWINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora