Capitulo 3: La tortura.

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En la mañana siguiente el olor de los tamales recién calentados me hizo despertarme...  Moría de hambre, así que ni siquiera me preocupé por cambiarme de ropa y bajé en pijama.

La mañana estaba muy  fría, mi primo solo traía una playera de manga corta y un pantalón de mezclilla, sentí más frío de solo verlo

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La mañana estaba muy  fría, mi primo solo traía una playera de manga corta y un pantalón de mezclilla, sentí más frío de solo verlo.

El volteo y al mirarme comenzó a burlarse de mí. Yo como venganza lo golpeé en la cabeza, Justo cuando pasaba detrás de donde el estaba sentado.

(Apenas había caminado dos pasos, el pellizco  mi cintura haciendo que casi cayera y lanzará  un grito) (La verdad no esperaba un contraataque)

-¡Oye! -Le reproche mientras intentaba golpearlo de nuevo, pero el detuvo mis manos y no me dejó hacerlo, el seguía burlándose de mí junto con todos los demás que estaban ahí.

Apenas soltó mis manos, yo miré un matamoscas que estaba junto a la nevera y sin mas ¡ZAS! le di en el hombro.

Yo no me iba a dejar. Él se levantó de la silla para hacerme pagar por eso, pero yo corrí y puse a mi tía como escudo.

-Niños!!!, ¡ustedes dos pónganse quietos! Mi tía hablo en tono de regaño... Luego su mirada se dirigió a Edwin, y lo mando a sentar, y al mismo tiempo que le decía que me dejara en paz.

 Él me miró y me volvió a lanzar esa mirada de advertencia tal como lo había hecho un día antes. Yo  saque la lengua en modo de burla y esperé a que él se sentara de nuevo para yo poder comer mis deliciosos tamales con calma.

Desayuné tranquilamente, mi primo de vez en cuando me dirigía unas miradas retadoras  y eso me hacia sentir cosquillas en la panza.

Terminamos de desayunar, él y mi hermano salieron a dar un paseo.

Yo salí con mis amigas y nos fuimos a la plaza de mi pueblo que no estaba muy lejos de mi casa, llegamos y nos sentamos a cotillar ( criticar) a la gente que pasaba, mientras nos comíamos unas deliciosas papas fritas.

Estábamos en eso, cuando volteé hacia atrás, miré a mi hermano y a mi primo coqueteando con unas chavas.

Se me ocurrió hacerles una broma para arruinarles el momento.

De inmediato me levanté de la banca y me puse enfrente de mis amigas diciendo;  ¡Miren! aquel es mi primo y mi hermano  y en seguida les conté todo mi plan.

Caminé hacia ellos, me pare detrás de mi primo y lo abracé por la cintura mientras le decía:

! Hola bebé hemocho! (hermoso)... Te estaba buscando. ¡Anoche después de hacerlo te fuiste sin decirme nada! ¿Qué pasó? ¿No te gustó? - dirigí mi mirada hacia mí hermano Jesus y le dije: Oye Jesús antes de que se me olvide, me enteré que Ximena te estaba buscando.
( Mientras tanto a una distancia mis amigas estaban grabando toda mi maravillosa actuación).

Las chavas al escuchar eso, se despidieron de ellos-- ¿Y yo?--- ¡¡patitas para que las quiero!! Comencé a correr hacia con mis amigas y todas salimos de allí en un taxi.

Observé como mi primo y mi hermano se quedaron mirándonos mientras nos alejábamos, estábamos que nos morimos de la risa.

Ese día me la pase casi toda la tarde con mis amigas, nos reímos por un buen rato con el video de la broma.

Estábamos en la plática cuando mi celular comenzó a sonar, era mi madre. - ¡Hola mami! ¿Qué pasó?

¡Ya es hora que regreses a la casa, Mariana! Son las 8 de la noche. Tu hermano y tu primo ya van por ti.

- Okay mamá - colgué el teléfono y justo en ese momento me cayo el 20. 

¡NO MANCHES! (mi estado de tranquilidad se esfumó en ese momento, y la mujer histérica que llevo por dentro comenzó a salir). 

¿Mi mamá dijo que Jesús y Edwin vienen por mí?. Mis amigas se voltearon a ver y  afirmaron con su cabeza.

- ¡Oh rayos!, estoy acabada, ya me voy, si llega Jesús y mi primo les dicen que me fui hace unos minutos.

Mis amigas vivían a 2 cuadras de mi casa, así que salí de prisa... caminé lo mas rápido que pude y me escondía cada que miraba venir un carro. Me faltaba una cuadra para llegar a mi casa, cuando alcance a mirar que Jesús y mi primo que venia caminando por la otra cera.
Yo corrí y me escondí detrás de una camioneta.

Ellos pasaron y yo cruce hacia la otra cera, justo por donde ellos habían pasado...cuando había una distancia entre ellos y yo bastante prudente para escapar.

Saqué mi celular y llame a Jesús. En cuanto me respondió una risa salió de mí y dije: ¿Dónde están? Jesús respondió; ya casi vamos llegando a donde tus amigas.
¡Prepárate hermanita nos debes una buena!...No creerás que me ofrecí a venir por ti sólo porque soy buen hermano...  solté una fuerte carcajada y respondí; Son unos tarados, yo ya casi llego a la casa, les pasé por un lado y no me vieron.

Miré cuando los dos voltearon al mismo tiempo hacia atrás ,yo levanté mi mano y la agite para que me vieran, acto seguido me eche a correr.

Edwin corrió más rápido que Jesus y antes de llegar a mi casa me atrapó por la cintura.

-¡Ven acá primita!, ¡ahora si me las vas a pagar! Comencé a patalear y traté de liberarme de su agarre, pero no lo logré.

Unos segundos después llegó mi hermano, Edwin levantó mis manos y las puso detrás de su cabeza mientras le decía a Jesús que me hiciera cosquillas. Al escuchar eso un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, era un hecho que estaba en grabes problemas. Jesús sabia que ese era mi punto débil.

Yo trate de defenderme pateando a mi hermano y mi primo. Acto seguido él me llevó a un banquetón ( banqueta o acera alta) y se recostó,   quedando yo de espaldas y sobre él... Con sus piernas largas inmovilizó las mías  mientras Jesús me hacía cosquillas. Yo quería gritar, pero mi primo me cubrió la boca con una de sus manos y con la otra sujeto mis manos. 

JAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡NOOOOOOOOO! JAJAJAJAJAJAJAJJA ¡¡SUELTENMEEEEEE! ¡POR FAVORRRRR! ¡MAMÁAAAAAA! JAJAJAJAJAJA, ¡HERMANITOOOOO YAAAA! ¡PRIMO YA POR FAVOR! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.

Aunque traté de que mis gritos y mis risas las pudieran escuchar alguien de mi familia, era imposible. Jesús y mi primo se reían de mí mientras yo moría por el castigo.

Estaba siendo el peor de los castigo para mi.

Pasaron como 5 minutos y mi hermano paro de castigarme, le exigí a mi primo que me soltara  y lo hizo, pero no sin antes lanzarme una  advertencia...  ¡Prima, esto solo es una prueba de lo que te pude pasar si sigues molestándome! ¿TE QUEDO CLARO? 

Yo solo quería que me soltara y ponerme de pie, así que de inmediato respondí que si.                (((Eso fue muy desesperante, la tortura duro sólo 5 minutos y, aunque mi hermano de vez en cuando me hacia cosquillas, mi madre salía en mi auxilio de inmediato. Nunca me habían hecho cosquillas así. ¡Estar sometida por alguien, mientras otra persona me hacía cosquillas¡. ¡¡Eso fue  horrible!!)))

MI PRIMO EDWINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora