Habían pasado dos días desde lo ocurrido en el parque para perros y también desde que Izuku intercambiaba mensajes con Fuyumi.Se habían vuelto amigos muy rápido, y hasta habían quedado para ir a una cafetería que aceptaba mascotas a beber algo junto a Kirishima y Kacchan, que también se llevaban fenomenal. Eran excelentes compañeros de juego, por más difícil de creer, por fin Katsuki aceptaba los jugueteos del más grande, quien obviamente le dejaba ganar a propósito.
Cualquiera podría hacerse una idea equivocada sobre ellos dos, pero Fuyumi estaba comprometida y Midoriya era gay como el carajo y se lo dijo a la mujer en una pequeña conversación que tuvieron sobre relaciones pasadas.
Era lunes por la mañana y el pecoso debía alistarse para su trabajo; odiaba la idea de dejar a Katsuki solo tantas horas, porque la última vez había llegado y se llevó la sorpresa de que su figura de All Might del 10° aniversario estuviera mordisqueada y su alfombra favorita arruinada con orina de perro.
Recuerda que lloró de la frustración como un bebé, desde la secundaria que no lo hacía y era algo embarazoso de admitir. Y más cuando llamó a Uraraka buscando palabras de apoyo y que le reconfortasen, pero en cambio recibió las carcajadas y burlas de su mejor amiga. Fue un día inolvidable.
—Bien, Kacchan, me iré un rato y volveré tan pronto como pueda para ir al parque, ¿bien? –preguntó mientras el pomeranian destruía un peluche para perro con forma de All Might, importándole menos lo que Izuku pudiese decir–. Intentaré no tardar, así podrás ver a Kirishima de nuevo.
Obviamente Katsuki no respondió, pero no pudo evitar verle con ternura antes de acariciarle la cabeza e irse por la puerta, tarareando la intro de Kimetsu no All Might y casi tropezándose con la cera, porque era Midoriya Izuku, y su día nunca estaría completo sin hacer la burla al menos una vez.
A estando tan solo unos minutos de terminar su trabajo, recibió un mensaje de Fuyumi disculpándose como unas diez veces en todo el texto y avisándole que no podría asistir a su definitivamente-no-cita en la cafetería. En cambio, iría el hermano de la muchacha —un tal Shouto— a pasear a Kirishima y que fuese a jugar con Kacchan.
Según le había mencionado, tenía su edad y lo encontraría a la puerta del parque. No sería necesario buscarlo porque muy probablemente Kiri se dará cuenta de inmediato de que él y Katsuki se encontraban cerca y se les acercaría de golpe como la última vez.
Izuku resopló, no quería pasear en el área con un extraño durante tres horas y muy probablemente sin temas de conversación, pero no podía hacerle eso al pequeño diablo que tenía por mascota y que estaría emocionado por ver a su compañero de juegos.
Suspiró hondo antes de entrar a su departamento, observando algunos de sus cojines favoritos apilados en el suelo, donde se encontraba el pequeño pomeranian masticando una cucaracha. Fue demasiado asqueroso como para ignorarlo.
—¡Kacchan! –alzó la voz levemente– ¡Deja esa cucaracha justo ahora, no sabes dónde ha estado!
El cachorro resopló, alejándose de la sala mientras Midoriya apilaba de nuevo los cojines marrones en su sofá. Chasqueó la lengua, faltaba cada vez menos para encontrarse con el hermano de Fuyumi y estaba nervioso hasta la médula; lo único que sabía de éste chico era que tenía más o menos su edad, y según lo que recordaba de alguna plática con Fuyumi, tenía la misma habilidad social que un poste de luz. Perfecto, no sólo debía conocer a alguien nuevo, si no que probablemente todo sea incómodo al principio debido a que ninguno sabría qué decir.
Con paso pesado, se dirigió hasta su habitación, mientras Kacchan parecía recostarse sobre sus sábanas recién lavadas. Izuku se retorció por dentro ante la imagen de su cachorro con el hocico entre sus almohadas. Se recostó junto al perro, admirando el techo como si fuese las respuestas a todos sus problemas, mientras acariciaba la espalda de Katsuki; estaba lo suficientemente cansado como para simplemente acostarse y no despertar hasta doce horas después, pero debía recordar que lo hacía por su hijo, su nuevo nuevo mejor amigo y compañero de alma.
Frunció las cejas, Kacchan estaba extrañamente tranquilo, incluso se dejó acariciar por más de 2 minutos sin darle una mordida. Izuku se apoyó sobre sus codos mientras retiraba una de las almohadas que escondían la mitad del cuerpo del perro.
Gimió de sorpresa cuando encontró dos cucharachas muertas siendo mordisqueadas por Kacchan con tanta furia que parecía una masacre de película de terror.
—¡Katsuki, eres un marrano! –lloriqueó mientras bajaba de la cama a su perro– ¡¿Por qué justo en las almohadas?!
Al fin y al cabo seguía siendo Izuku Midoriya, y un día terrible en su vida no podía terminar sin antes traer una desgracia que lo haría dormir en el sofá.
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Who let the dogs out? | 'Tododeku'
FanfictionAu. Sin quirks | Dog!Bakugou & Dog!Kirishima Kacchan suele morder sus pobres pantuflas, orinarse en la alfombra de su sala, despertarlo con sus ladridos hacia la completa nada a las tres de la mañana y, por su puesto, utilizarlo como su juguete anti...