—¡Aquí estás! –escuchó gritar a su mejor amiga, quien se acercaba lentamente con una bolsa de plástico blanca en su mano izquierda– Te busqué en donde había más gente, pero no te vi ahí, si vas a moverte de lugar, al menos dime por mensaje...Ochako se detuvo justo en el momento donde se percató de la presencia de la albina, avergonzándose al instante por haber levantado la voz.
—¡Lo siento, Uraraka! Es que K-kacchan estaba ladrándole a una ardilla y se me fue el tiempo... –murmuró, levantándose inmediatamente de la banca– Pero mira, al menos consiguió llevarse bien con otro perro! Oh, ella es Fuyumi, Fuyumi, esta es mi mejor amiga, Ochako.
—Mucho gusto –la mayor soltó una sonrisa amena.
—El gusto es mío –respondió la castaña.
—¿Qué tienes en la bolsa? –preguntó Izuku– ¿Son premios para perros o algo así?
—Sí, se veían nutritivos para Kacchan, que bueno que compré de más, así eh... –pausó un momento– ¿cuál es el nombre de su perro, Fuyumi?
—Kirishima.
—¡Así Kirishima también puede comer algunos premios y galletas! Miren, traje unos con forma de huesos y patitas, ¡se ven tan lindos!
—¡Oh, estos son los favoritos de Kiri! Me encanta lo pequeños que se ven –mencionó Fuyumi.
—¿Verdad? También compré estos, ¡parecen mini donas!
El pecoso desvió su vista unos momentos para observar a su perro junto al más grande; se les miraba a gusto, Kacchan realmente no parecía tan enojado, si no más bien contento de tirarle pequeños mordiscos a Kirishima, quien obviamente le dejaba ganar en su pequeño juego. No había visto nunca a Katsuki así, ni siquiera con sus peluches rotos y destrozados que solía vencer con facilidad, esta vez se notaba que disfrutaba pelear junto a otro can con el que pudiese ganar.
Volteó de nuevo hacia Fuyumi, no supo en qué momento ella y su amiga comenzaron a charlar tan amenamente que hasta pareciese que eran amigas cercanas. Respiró profundo antes de hablar:
—Fuyumi, lamento interrumpirlas, ¿pero puedo preguntarte algo?
—Sabes que sí, Izuku, ¿estás bien?
—Oh, sí, es sólo que... –titubeó un momento, intentando no mirar hacia otro lado– ¿podría Kirishima convertirse en el compañero de juegos de Kacchan? Es que se le ve realmente a gusto ahora, y no creo que se lleve bien con otros perros...
—¡Por supuesto que sí! –sonrió la muchacha–Alguno de mis hermanos y yo siempre venimos al menos cuatro veces a la semana con Kirishima, ¿quieres que te de mi número para encontrarnos cuando ambos vengamos al parque?
Midoriya suspiró aliviado, estaba feliz de que por fin hablase con otra persona por primera vez desde hace semanas y que no fuera su pequeño grupo de amigos. Se sentía un poco orgulloso consigo mismo por eso.
—Sí, por favor.
—Es hora de irnos, Izuku, pero realmente disfruté pasar el rato con ustedes tres, y estoy segurísima que Kiri también –dijo la albina, conectando la correa al collar de su pastor alemán negro pintado de rojo–. Estaré encantada de verlos pronto, ¿crees poder venir mañana a la misma hora?
—Por supuesto –respondió Izuku, acariciando la cabeza del perro más grande–. Te veremos luego, Kirishima. Esta vez podrán jugar más tiempo, ¿sí?
—Tengan cuidado al volver, ¡nos vemos mañana, chicos! –dijo Fuyumi, saliendo de la entrada del parque y dirigiéndose hasta su auto.
Izuku pudo notar la tristeza en los ojos de Kirishima al separarse de su Katsuki, lo que no le dió buena espina al principio pero no le tomó tanta importancia, porque se enfocó en su pomeranian al instante.
—¿Tienes sueño, Kacchan? –murmuró– Jugaste demasiado por hoy, ¿verdad?
El pecoso sonrió mientras tomaba en brazos a un exhausto Kacchan, que se negaba a quedarse dormido entre su agarre, pero en cada momento que pasaba, sus esfuerzos por escaparse disminuían.
—Wow, es un milagro que esta bestia se quede dormida por cansancio –dijo incrédula su amiga–. De todas formas, pronto va a anochecer, ¿quieres ir a comprar algo para comer antes de ir a tu casa para ver una película? Porque yo sí.
Midoriya rió ante el comentario de su amiga mientras se dirigían al automóvil de la castaña.
—¿Qué hay de Iida? ¿No vendrá con nosotros? –preguntó el pecoso.
—Dijo que hubo un problema en la compañía de su padre e intentaría unírsenos más tarde. Además, quiero celebrar que mi mejor amigo por fin tiene contacto humano con otras personas que no sean mi novio y yo.
Izuku sonrió mientras se sentaba en el asiento copiloto y acariciaba con cariño a Kacchan en su regazo; era cierto, hacía demasiado tiempo atrás había estado tan deprimido que no conseguía hablar con alguien que no fuesen sus mejores amigos, sus padres o gente del trabajo.
Se sentía bien, y esperaba sentirse así todos los días.
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Who let the dogs out? | 'Tododeku'
FanficAu. Sin quirks | Dog!Bakugou & Dog!Kirishima Kacchan suele morder sus pobres pantuflas, orinarse en la alfombra de su sala, despertarlo con sus ladridos hacia la completa nada a las tres de la mañana y, por su puesto, utilizarlo como su juguete anti...