Los Nie y el "Vigilante"

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-Dage, Dage mira -Llamo Nie Huaisang a su hermano mayor -¿Qué quieres? -Respondió de mala gana pues el otro jalaba de sus túnicas.

-Ese niño de allá parece tener frio, ¿Porque no le invitamos almorzar? -Pregunto el Nie menor señalando a un pequeño al fondo de un callejón. Nie Mingjue se detuvo para observa hacia donde señalaba su hermano -Vamos Dage, está solo, parece tener frio, y depronto tenga hambre -Intento convencer Huaisang a lo que su hermano no presto atención y siguió caminado. Después de insistir un poco más logro que su adorado Dage aceptara.

-Volvemos enseguida, quédense aquí -Ordeno el mayor Mingjue a los cultivadores encargados de escoltarlos durante su visita a la secta Wen. Que de inmediato obedecieron viendo ir los dos hermanos.

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-Ven con nosotros -Hablo demandante Nie Mingjue al pequeño que por la manera de expresarse del desconocido se asustó, tan solo con trece años el mayor de los Nie era una persona de temer y riendas atener.

-Lo que mi hermano quiere decir es que si quieres almorzar con nosotros -Hablo el Nie menor amablemente saliendo detrás de su hermano. Al pequeño niño vestido de harapos no le generaba confianza, después de todo eran desconocidos ¿Y porque lo querrían ayudar? y la expresión del mayor presente no era que ayudase.

-Mi nombre es Nie Huaisang, puedes decirme A-Sang, soy de la secta Nie, él es mi hermano mayor Nie Mingjue -Presento el menor de los Nie a su hermano y así mismo -Pero puedes decirle A-Jue -continuo en susurro al oído del desconocido, no quería morir en manos de su Dage.

-Nos preguntábamos si querrías venir almorzar con nosotros, estábamos de paso y te vimos, y pensé que sería buena idea hacer que vinieras -Termino Huaisang con una cálida sonrisa, similar a la que tenía el niño que conoció un mes atrás -¿Realmente puedo ir? -Pregunto el vagabundo -¡Claro que sí! -Respondió alegremente el menor de los Nie.

-Bien -Respondió el pequeño desconocido dudando un poco de sus propias palabras, se levantó del suelo, he hiso una reverencia en señal de respeto. No sabía que esas dos personas eras futuros líderes de secta, pero de igual manera por agradecimiento hizo una veneración.

Una vez logrado que el niño aceptara los tres salieron de aquel sucio lugar y se dirigieron a un restaurante en compañía de los cultivadores que dejaron atrás. Para el pequeño desconocido era un sitio súper lujoso, pero para los hermano Nie no lo era del todo.

-Puedes pedir lo quieras -Dijo Nie Huaisang mientras intentaba subirse en una silla, pero lastimosamente no la alcanzaba. Así que su hermano mayor se tomó la molestia se subirlo a esta y al que aún era un desconocido, pues este tampoco podía.

-Mira, allí hay algunos patillos deliciosos, puedes pedir el que más te guste -Siguió hablando el pequeño Nie mientras señalaba el menú sobre la mesa. El niño entendió y tomo la carta de servicio, pero no entendía nada pues no sabía leer, así que solo se guio por la imagen al lado del nombre.

-¿Puedo tener este? -Pregunto el pequeño mientras señalaba un cuenco con sopa -Si puedes -Respondió el Nie mayor mientras llamaba a una de las meseras para dar su orden -Señorita sería tan amable de traer tres cuencos de estos -Hablo Mingjue mientras señalaba el pedido del desconocido -De inmediato -Contesto la mujer junto una reverencia para luego irse.

-Ya que estamos aquí ¿Cuál es tu nombre? -Pregunto el mayor de los Nie mientras observaba con detalle al pequeño -Zhuilui...-Respondió con un poco de nostalgia en su hablar.

-Ya veo...¿Dónde están tus padres? -Continuo con su cuestionario -Desde que tengo uso de razón estoy solo -Contesto Zhuilui.

Nie Mungjue se limitó hacer preguntas superficiales al pequeño pero siempre respondía cosas como: No lo recuerdo, no lo sé, nunca lo conocí, no se quiénes son, nunca he ido. Entonces se dio por vencido. Después de unos minutos más llego la comida, así que se dispusieron almorzar. Por más que miraba a Zhuliu más misterioso le parecía. No sabía si era porque el pequeño era bastante recatado y preciso al momento de hablar, pero tenía algo especial no sabía que era pero lo iba a descubrir. Así que tomo una decisión apresurada.

Detraz de la demenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora