Estoy tumbada en la cama con los auriculares y los ojos cerrados. La música siempre ha sido una gran pieza del puzle que es mi vida. Es esencial en ella ya que me ha acompañado en todos los momentos: los duros, los felices, los tristes... se puede decir que no puedo vivir sin la música. Cuando lo único que hago es escucharla, se me ponen los pelos de punta y empiezo a relacionar la canción con momentos de mi vida: cuando la escuché, que sucedió el día que la descubrí, si me recuerda a alguien... Tendemos a asociar las canciones con gente o experiencias de nuestra vida. ¿Por qué? No lo sé, pero algún día quiero poner respuesta a esta duda que corretea por mi cabeza.
Estando ya más relajada de mi estrés abro los ojos y me propongo arreglarme para hoy. Es uno de los días que tengo la sensación o corazonada de que no lo voy a olvidar nunca. A ver que pasa hoy, tengo curiosidad, ya que me dejo llevar, que las cosas fluyan. No me gusta tenerlo todo planeado, sino que voy improvisando por la vida, a ver hasta donde llego. Sino la vida es muy aburrida.
Hoy voy a estrenar ese vestido que tenía guardado, el que no sabía porque me lo compré, pero sabía que sería para algo concreto que ya descubriría más tarde el que. Es ese que tanto me gustó al verlo en el maniquí la semana pasada, tan delicadamente colocado a la perfección, sin ninguna arruga, ni pelusa. Es hora de ponérmelo. Salgo de fiesta por primera vez con mi mejor amigo, para celebrar que ya son vacaciones de verano, que por fin ya no tengo que preocuparme por notas, exámenes, compañeros... Me hago una foto para luego enviarla por el grupo.
Después de pasarme como una hora arreglándome... me pongo mis converse blancas. Si, lo sé, un vestido con deportivas es cutre, pero que le vamos a hacer, soy así y voy a vestirme a mi gusto. Porque para algo es mi cuerpo y mi vida.
Christian, mi mejor amigo, me esta esperando abajo desde hace 10 minutos. Lo que he tardado en acabar de rematar todo mi outfit y de comprobar que está todo perfecto. Espero no dejarme nada. Que tengo un arte para olvidarme las cosas...
Al salir por la puerta veo a Christian apoyado en su coche, concretamente en la puerta del conductor. Su coche es un Range Rover Velar color negro. Sin ninguna rallada ni imperfección, como si fuera completamente nuevo.
—¡Pedazo de coche! ¿De donde lo has sacado?— no puedo aguantar la curiosidad.
—Hola mejor amiga— hace una pausa para mirar el reloj. —¿Pero que horas son estas? ¿Te habías caído en la taza del wáter? ¿Te has quedado dormida? Explícamelo porque nunca entiendo porque tardas tanto— intenta ponerse serio, autoritario podríamos decir. No aguanto la risa al ver su cara y estallamos a carcajadas.
—Lo siento, ya sabes como soy... Aparte, me encanta cuando me contestas a las preguntas— a ver, admito que podría tardar menos, pero con prisa las cosas se hacen mal. Así que prefiero arreglarme antes y tener más tiempo, pero unos minutos se les escapan a cualquiera-- hago una sonrisa forzada.
—Lo sé de sobra, te conozco desde que teníamos 3 años, ¿te acuerdas?— madre mía, que tiempos... en los que yo era una bichillo que corría por la casa en braguitas con el guante de spray de Spiderman.
—Claro que me acuerdo, a los tres años casi me matas— empiezo a reírme.
—¿Se puede saber de que te ríes?
Christian intenta poner cara de intriga, pero le sale fatal. Es muy malo poniendo caras. A veces me gustaría hacerle una foto para que se viera. Seguro que ya no las haría más o por lo menos nos echaríamos unas risas y no estaría riéndome yo sola.
—¿No te acuerdas de que se nos cayó la pelota de fútbol en la casa de Pepita y que casi me caigo al intentar saltar el muro para cogértela?
—Es verdad, casi te mato— que tiempos esos en los que nuestra vida dependía de un hilo muy fino. Bueno, que en verdad ahora sigue siendo igual, pero no somos tan delicados ya que nuestro cuerpo esta más desarrollado, bueno, en fin, yo me entiendo.
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Así, sin más®
Teen FictionSoy Kim, una chica normal, bueno, lo era hasta que una noche salí de fiesta con mi mejor amigo. Mi vida desde ese momento esta en un cambio continuo. ¿Como mi vida puede cambiar tanto por un simple mordisco? #4 Betas #6 Alphas #11 Omegas #14 Licánt...