Narra Christian
Hoy es el séptimo día que paso aquí recuperando fuerzas. Izhan es una persona muy amable, ha estado cuidando de mi todo este tiempo y puedo decir que confío en él. Me ha tratado como si fuera hijo suyo. Creía que no quedaba gente así en el mundo, que se preocuparán por los demás, la gente suele ser muy egoista y más por aquí. Todos quieren refugiarse en ellos mismos y ocultar sus mas oscuros secretos.
Estos días he estado bastante entretenido hablando con Izhan y con su sobrino, aunque no he tenido ocasión de verle. Se pasaba de vez en cuando para ver como estaba, no se porque se preocupaba por mí. Izhan me decía que cuando yo dormía él se quedaba vigilándome y que luego por la mañana se iba.
—Izhan ya me encuentro mucho mejor que el día que me desperté. ¿Crees que podría volver a casa?
—Claro que sí, ¿pero quieres que te lleve?
—Muchísimas gracias, pero no hace falta. Así ando un poco, que no me he movido casi de la cama. ¿Estamos cerca de la ciudad, verdad?
—Si, nada más salir todo recto.
—Gracias por todo Izhan, no se como agradecerte todo esto. Te debo una.
—No hace falta, pero lo tendré en cuenta jaja.
Voy caminando tranquilamente de vuelta a casa cuando me ruge la barriga. Tengo hambre. Pasaré por el supermercado a comprar algo y me lo voy comiendo por el camino. Mientras voy para allí me quiero poner mi playlist, ya que me resulta muy aburrido no escuchar música cuando voy solo por la calle. Busco por todos los bolsillos el móvil y nada, el día que me caí y me golpeé se caería o algo. Bueno, ya me compraré uno cuando pueda. Al no tener el móvil mientras voy dirección a comprar voy reflexionando en todo lo ocurrido. Este verano está siendo el más raro de toda mi vida sin duda. Pero bueno, experiencias nuevas.
Saliendo del parquing del supermercado veo a Kimberly super cargada de bolsas. La adelanto para poder hablar con ella sin que se asuste, ya que veo que tiene puestos los auriculares.
—Hola amor. ¿Necesitas ayuda?
—¿Chri... Christian?— veo que se queda como en shock unos segundos, suelta las bolsas y se abalanza para abrazarme.—No sabes lo mucho que te he echado de menos. ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿Por qué desapareciste? ¿Estas bien?
—Si, salí al bosque porque escuche un ruido y bueno, me caí y me golpeé en la cabeza. Después me desperté en casa de un señor llamado Izhan y estuvo cuidando de mi, hasta que tuve fuerzas para moverme aunque fuera de la cama. Pero estoy bien.
—Como me alegro, de verdad, me tenias super preocupada. Desapareciste, así, como si nada.
—Lo sé, pero no tenía ninguna manera de comunicarme contigo. Lo siento, pero no voy a desaparecer más.
—Por cierto, ¿tienes un her...?— en mitad de la pregunta, sin acabarla, Kim coge el telefono.
—Amor, lo siento mucho, pero me tengo que ir ya. Es una cosa muy urgente.
—Vale, vale, tranquila. Ves— sin darme tiempo ni a respirar, me da un beso y se va corriendo.
Tiene que ser algo muy grabe como para que Kim se vaya así, además tenía una cara... como de preocupación, pero también... ¿miedo?
A todo esto, la pregunta que me iba a hacer Kim. ¿Cual seria? ¿Tener que? ¿Un hermano? Hace muchísimo que no le veo, hace un par de años se fue de aquí para vivir fuera, al irse dijo que necesitaba desconectar de este sitio, que le daba muy mala onda. No entiendo porque. En esta ciudad siempre han pasado cosas raras, pero tanto como para irte... Si mi hermano hubiera vuelto me habría dicho algo, ¿no? Yo en ningun momento le he dicho que tengo un hermano, se lo ha contado mi madre o eso significa que él ha vuelto.
No quiero darle más vueltas al tema, cuando vuelva a hablar con Kim solucionamos todo esto y se responderán solas las preguntas. No quiero estar comiéndome el coco para nada.
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Así, sin más®
Novela JuvenilSoy Kim, una chica normal, bueno, lo era hasta que una noche salí de fiesta con mi mejor amigo. Mi vida desde ese momento esta en un cambio continuo. ¿Como mi vida puede cambiar tanto por un simple mordisco? #4 Betas #6 Alphas #11 Omegas #14 Licánt...