Hyunwoo sonrió cuando vio a su amigo de toda la vida entrar en el bar café donde habían acordado verse, nuevamente tenía el cabello teñido de negro, lo que le hacía ver sumamente poderoso aunque fuera en shorts y una camisa demasiado larga para él, su aspecto casualmente desaliñado le hacía resaltar delante de él que aún tenía el traje puesto con el que había trabajo todo el día. Ver a Jooheon siempre le alegraba, el hombre era su temple de realidad, a donde se podía anclar si necesitaba recordar lo que era el mundo real, y abandonar por fin el mundo corporativo.
Le abrazo tan pronto le tuvo cerca, disfrutando del fuerte apretón de su abrazo.
– Que miedo, hoy estas más caroñoso de lo normal, ¿puedo preguntar a qué se debe? – Jooheon sonrió, sentándose delante de él, y colocando las bolsas de la compra de su cena a un lado.
– Teníamos una semana sin vernos.
– Estabas perdido en esas piernas pálidas, ¿Cómo íbamos a vernos? – se burló de su amigo, riendo como un niño travieso cuando vio como Shownu hacia una expresión de vergüenza. – Hyung, no tienes que avergonzarte, yo comprendo las necesidades de un hombre.
– ¿aun tienes puesto tus ojos en el joven ayudante de Wonho? – pregunto con una mueca, no quería ni saber cómo reaccionaría Wonho si se enterara de que alguien había puesto los ojos en el joven Im Changkyun, a quien como a Chae Hyungwon, protegía como una madre.
– Esa pequeña fierecilla no me daría ni la hora si me acercara. – Jooheon pidió una cerveza pálida a la camarera, y él tuvo tiempo para reírse un poco con su amigo que comenzó a contarle de lo que había hecho con detalles, pues sus conversaciones por mensajes aunque largas, no eran suficientes a sus interacciones en persona.
Quería invitarle a casa, pero prefería este lugar, además, había dejado comida extra para Gyeoul esta mañana así que no tenía que preocuparse por su pequeña princesa de nieve.
– ...por eso termine decidiendo que lo cubriría con un pulpo, pero a la mujer no le gustó nada, aunque mira el diseño, es perfecto, a ti te quedaría muy bien. – Jooheon había sacado su cuaderno de diseños y se lo mostraba a el que siempre se encontraba fascinado por los dibujos de su amigo.
– Nunca me haría un tatuaje así de grande.
– ¿Por qué no? ¿Acaso el amo y señor no te lo permitiría? Siempre puedes sacarle en cara que fui yo quien tatué su pie.
– Él no es mi amo y señor, Joohoney, es mi compañero. – dijo cuidadosamente de quien lo escuchara, pero no había más que dos personas y ellos en el local.
– Lastima, de verdad quiero hacerlo, ¿crees que la fierecilla tenga tatuajes? – pregunto en tono soñador.
– Tiene un par. – respondió ocultando su sonrisa tras el café al ver los hoyuelos de Joohoney aparecer.
– No puede ser, ¿se los has visto? ¿Cómo es que no le has tomado fotos a mi fierecilla?
– Primero, si, se lo he visto, segundo eso es de pervertidos Honey y tercero, solo se los vi porque se bañó en la piscina en boxers.
– Oh, hombre, ¿Por qué nunca me invitas? Ahora estoy muy triste. – Jooheon dejo caer su cabeza en la mesa, ya no parecía el hombre intimidante del inicio. – yo también quiero ver, Shownu. – se quejó.
– Hablando de Shownu... – Hyunwoo comenzó. – ¿Cuándo crees que pueda bailar de nuevo?
– Oh, ¿acaso piernas pálidas no te quita las ganas lo suficiente que tienes que recurrir a mas adrenalina?
– Jooheon. – su voz sonó amenazante y su amigo enseguida rio, alzando sus manos a modo de rendición.
– Vale, vale, te puedo conseguir algo pero para el fin de mes, ya no hay cupo en ningún bar que conozca. Es difícil conseguir bares donde tu cara no pueda ser reconocida. No se cómo sacas tiempo para hacer todo lo que haces y encima seguir con tus hobbies. Me parece admirable, Hyung. Con razón piernas pálidas es tan posesivo. – Jooheon se rio de la expresión de su amigo. – tal vez si me enviaras fotos de la fierecilla me lo pensaría.
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White Sugar
RomancePor una parte, tenemos a Wonho es un empresario de Korea que heredo un Chaebol por su inteligencia y esfuerzo, lo que le ha llevado a ser respetado en los círculos que se maneja ahora, con un pasado manchado por la tragedia que oculta con pasión. Y...