13

188 5 0
                                    


(Desde aquí, la historia será narrada por Martina y de a veces por Jorge (quizás), ya no más narrador omnisciente)

___________________

{Narra Martina}

5 minutos exactos de silencio absoluto me hicieron volver a la realidad; no podía, no iba a dejar que aquel chico que alguna vez fue mi amigo —o al menos eso era lo que yo creía— me ganara.

Una sensación extraña envolvió mi estómago.

Aún le quería.

No de querer de querer de... querer... sólo querer de... apreciarlo por... por...

Oh dios, ya estaba volviéndome loca.

No, definitivamente no iba a acostarme con Jorge porque el muy desgraciado y estúpido cerdo sátiro lo quería así.

—Jorge, tú y yo necesitamos hablar—Casi susurré. Jorge estaba sentado en la silla comiendo un sándwich con Jaxon y Jazzy, se giró y me miró extrañado, luego miró a sus hermanos.

—Vuelvo enseguida, no hagan nada malo—Dijo él y se levantó de la silla. Caminé hasta el patio delantero con Jorge detrás. Al salir, la oscura y fría noche me envolvió; un escalofrío recorrió mi cuerpo y tuve que apretar los dientes para evitar que castañearan.

—Jorge, lo que pasó arriba estuvo muy, muy mal—Dije yo negando con la cabeza. El ceño fruncido de Jorge fue casi instantáneo.

—¿Sabes? Este comportamiento tuyo ya no me está resultando extraño—Dijo él, con tono casi imperceptiblemente molesto—. Sucede algo y luego... simplemente te arrepientes... ¿Por qué?

¿Por qué? Una pregunta difícil, a decir verdad. Jorge era apuesto, en eso no había lugar a dudas, tampoco había dudas en la parte de que cualquier chica quisiera estar en mi lugar ahora, pero si había dudas en algo llamado... confiar. ¿Qué había sobre eso? ¿Cómo podría confiar en alguien que me lastimó tanto? ¿Tenía miedo de... salir herida de nuevo?

Lo que no entendía era por qué tenía miedo ahora, ya no sentía nada por Jorge, ni si quiera un mínimo cariño, ¿Verdad? ¿Entonces?

¿Tenía miedo de sentir... algo de nuevo?

—Sería mucho más fácil si no estuvieras asechándome todo el tiempo—Dije sobándome los brazos para darme aunque fuese algo de calor.

—¿Por qué tienes miedo? ¿Es porque Drake te hizo daño? ¿O quizás porque Alex se fue? artina, no tenemos ningún compromiso el uno con el otro, sólo sé que ambos necesitamos

<<Tú fuiste quien me hizo el peor de los daños>>

—Si te refieres a si no lo hago porque me lastimaron, no es así, a ambos los olvidé, y a pesar de que a Alex aún lo aprecio mucho. Principalmente no pienso estar... contigo porque sería poco ético. Como te habrás fijado, entregarse a una persona, Jorge, no es un juego solamente, es algo en lo que se debe involucrar el corazón, no sólo las hormonas. Sé que esa no es precisamente tu filosofía, pero sí es la mía.

—Bien, Martina, como quieras, dejaré de asecharte—Dijo. Su repentino cambio de actitud fue demasiado poco discreto... en ese momento me odié por seguir conociéndolo tan bien como lo hacía hace 11 años, el único problema es que ese de allí era Jorge, no mi Jorge.

Sabía que él tramaría algo para poder conseguir lo que quería, pero no iba a preocuparme porque yo no iba a caer, no de nuevo.

—Entonces, creo que empezaré disculparme por lo que hice hace 11 años—Dijo y luego miró al sendero que recorría la calle, alumbrado por las farolas—. ¿Quieres que caminemos un rato?

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora