Madison.
El entrenamiento estaba siendo realmente divertido junto a Emily, ella no dejaba de bromear sobre los gestos que hacían su hermano y su primo durante los exigidos ejercicios que debían realizar y eso nos hacía retorcernos de la risa, estaba sorprendida cuando me di cuenta de que era el primer entrenamiento en el que no me enfocaba únicamente en Alexander, mis ojos algunas veces se escapaban y observaban al número veintidós pero no era algo que había sucedido continuamente durante la hora que llevábamos en la práctica y estaba orgullosa por eso.
Luego de aproximadamente una hora y veinte minutos observé como todos quitaban sus cascos en señal de que había finalizado.
Creo que vendré nuevamente cada día. –Dijo Amy mientras seguía riendo por la broma que había dicho Emily recientemente.- es realmente divertido contigo aquí.
Creo que si tendremos que venir cada día. –Dijo Emily a mi lado y la miré rápidamente, definitivamente no quería venir a cada entrenamiento.- mi hermano me obligará a hacerlo. –Bufó.- y no quiero hacerlo sola. –Rogó en nuestra dirección.-
Solo pensar en eso me hizo estremecer, venir cada día nuevamente significaba ver a Alexander en cada entrenamiento y escuchar como las chicas se derretían por él y su forma tan maravillosa de jugar, no negaba nada de lo que decían y las apoyaba en cada comentario relacionado con él, pero la verdad es que yo quería ser su única admiradora.
Y más que su admiradora.
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El día finalmente había terminado y me encontraba en mi cama leyendo las indicaciones de la tarea que debía realizar para el viernes, aún quedaban tres días para la fecha de entrega pero siempre me gustaba adelantar la tarea ya que de esa manera también estudiaba, a los pocos minutos de haber comenzado a escribir en mi libreta las respuestas de la tarea de matemática escuché como mi puerta se abría lentamente y sonreí al ver que se encontraba mi padre allí de pie.
Hola, estás temprano en casa. –Le dije mientras cerraba mi libreta y me incorporaba en la cama para conversar con él.- ¿quieres que baje a cenar contigo? –Pregunté con una dulce sonrisa.-
Claro, sabes que siempre quiero que cenes conmigo. –Respondió mi padre sujetando el pomo de la puerta, noté como miraba detrás de él y escuché el sonido de alguien subiendo las escaleras.- pero he venido porque me he encontrado a alguien fuera de casa y dijo que si él tocaba no le abrirías. –Reprochó mi padre en mi dirección.-
Alexander se asomó de inmediato por detrás de mi padre y percibí que la diferencia de tamaño era impresionante, el chico de los ojos azules era realmente alto y musculoso en todas las zonas en donde papá era delgado.
Te mintió. –Le dije cruzando mis brazos sobre mi pecho mientras levantaba una ceja al ver a Alexander allí, en su rostro había una expresión de cachorro a la que claramente mi padre no podía decir que no.- claramente le abriría la puerta. –Respondí indignada.-
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Di mi nombre.
Teen Fiction¿Crees en las almas gemelas? Madison definitivamente sí, desde que su abuela le regaló el libro con el que encontró al amor de su vida no deja de pensar en si ella también tendrá un alma gemela en algún lugar del mundo. A los diez años se enamoró...