U N O

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—Señor, es una emergencia —ignoró el llamado de su asistente y chofer, era la quinta vez que se lo decía.

Estaba empezando a cabrearse, era una junta importante. Tenía que convencer a esas personas de invertir en su empresa, si lo lograba, su gran cartera de contactos se extendería aún más.

—En está gráfica podemos observar como el flujo de las ganancias de ambos corporativos se elevaría mucho más de lo que es hoy en día —señaló la proyección detrás suyo. 

Los ejecutivos asintieron de acuerdo mientras revisaban la carpetas con los detalles más explícitos que se les había repartido. Aún sentía la mirada del rubio de ojos claros detrás de él, tenía que irse. Debía marcharse de una vez.

Lahey ni corto ni perezoso y harto de la actitud de su jefe escribió una nota con rapidez. La pego en la carpeta del moreno para salir de la sala de juntas en una exhalación.

"Paige está muerta", se leía en la delgada hoja de color amarillo. Sus proyectos, su futuro, todo se derrumbo pero ninguno de esos viejos insípidos se entero. Cerro el trato de forma exitosa pero, ¿cómo cerraría la herida recién abierta de su corazón?

[...]

—No sé cuantas veces tengo que recordarte que ser mi chófer no está en tus obligaciones —gruño para Isaac. El joven de rizos parecía ser el único que no se amedrentaba ante su tono de voz, era la ventaja que le llevaba a todos los demás empleados.

—No es porque este o no este en ellas —argumentó con seguridad —, es que quiero hacerlo. O bien, se tú mi chófer y llevame a casa. Me haz hecho trabajar hasta tarde.

El moreno maldijo internamente pero por esa misma actitud y saber cuando (o como) ponerlo en su lugar era el por que seguía considerando a Isaac su amigo.

—Sube al auto, imbécil —ordenó con cierto fastidio. 

El primer aniversario de la muerte de Paige estaba cerca. Eso lo está volviendo irritable conforme los días pasaban, todos en la empresa ya habían sufrido de su ira irracional de una forma u otra.

Y Lahey está ahí para hacerlo consciente de ello.

—El séptimo aniversario de la empresa será en cuatro meses —comentó su acompañante mientras se colocaba adecuadamente el cinturón de seguridad, había veces en que Derek se imaginaba diciéndole a Isaac que su vida no tiene sentido mientras aceleraba todo lo que podía.

Pero, no sería capaz de estrellar su camaro. Y además, ya le había hecho eso a Lahey una vez, en esa ocasión el moreno termino riéndose como idiota al mismo tiempo que las lágrimas caían de sus ojos porque en serio se sentía así mientras que, Isaac tenía el corazón listo para vomitarlo... Sólo vomito su dignidad y Derek tuvo una multa.

—La encargada de eso es Cora —respondió de forma automática.  Evadiendo el tema, esa dichosa fiesta a la que solo asistía por los socios a los que se invitaba. No las disfrutaba, o bien, no había disfrutado la última.

—Sólo quería saber si ya tienes planeado tu discurso —se quejó —, el año anterior te lo tuve que escribir en menos de cinco minutos en una servilleta arrugada por que "lo olvidaste".

Derek recordaba eso. Fue la primera vez en que cerrar tratos no le apetecía, no hablo mucho con nadie ya que su cara de enojo era visible desde varios metros antes.

—Aún tengo tiempo.

Isaac decidió quedarse callado, sabía que Hale no era fanático de las conversaciones largas o de las divagaciones. Todo se reducía al trabajo, al ir y venir de una sala de juntas demasiado monótona, demasiado aburrida.

Aún Puedo SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora