Capítulo 4

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Una delgada mano sujeta el pomo a la vez que empuja la puerta hacia el interior, que cruje igual que lo hacen las puertas en las películas de miedo.

Se mueve muy lentamente, o eso me parece a mí, sus dedos son finos y con cada articulación muy marcada, tiene la piel pálida y perfectamente hidratada.

Cada segundo que pasa la puerta se abre un centímetro más y mi corazón late más rápido. ¿Será mi madre? No, ella no cuida tanto su cuerpo... Tal vez sea un vampiro dispuesto a dejarme sin sangre en las venas, qué va, eso solo pasa en las películas.

Al fin, la puerta se abre de par en par chocando con la pared, donde un pequeño taco de silicona había sido colocado meticulosamente para que el pomo no hiciese marcas en ella.

Aparece una mujer no muy joven pero tampoco demasiado mayor, debe tener unos 40 años. No la había visto en mi vida. A diferencia de sus manos, el resto de su cuerpo no parece estar tan mimado.

Tiene el pelo oscuro con reflejos blancos, deben ser canas. Su frente arrugada le hace parecer varios años mayor de lo que realmente debe ser.

No es muy alta puesto que camina encorvada.

La mujer viste el mismo camisón que yo pero su color azul se ve más desgastado, supongo que llevará varios meses en este hospital.

Entra en mi habitación como si estuviese en su propia casa y se sienta a mi lado. Oigo un extraño pitido que no había percibido hasta ahora, proviene de su oreja. A través de su oscuro cabello se puede distinguir una luz roja parpadeante, es como un chip, como un GPS.

La mujer abre la boca y sus palabras me dejan atónita.

-Corre, huye de aquí. Tu vida va a cambiar completamente.

Punto final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora