introducción.

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Poco a poco, mis lágrimas no tardaban en llegar, ni él tampoco. Él me miraba con una sonrisa demasiado macabra pintada en su cara. Estaba horrorizada por aquella imagen, hasta que sucedió...

Desperté con mi respiración bastante agitada, sudor por todo mi cuerpo, destapada, sollozando y gritando.

Otra vez esa pesadilla, no ah cambiado desde hace tres semanas; o mejor dicho, desde aquel día. El día en el que aquella cosa asesina fríamente en frente de mis ojos, a Franco; mi mejor amigo, en otras palabras.

Giro la cabeza para mirar la mesa de luz y agarrar mi celular para mirar la hora, ¿6:00 AM?, ¿7:00 AM?, ¿8:00 AM? no, las 4:37 Hs de la madrugada. Para otros sería algo extraño, para mi es una rutina despertarme a esta hora de la madrugada.

Suspiro pesadamente y me levanto de la cama con el celular en la mano, ¿por qué? por paja, no tengo ganas de andar prendiendo luces, aunque... no estoy segura. Me pongo las ojotas, prendo la linterna del celular, me paró de la cama y empiezo a caminar.

Toqueteo en la pared para buscar el enchufe para prender la luz, que casualmente estaba cerca de mi cara. La prendo y veo mi habitación toda desordenada.

Abro la puerta de mi habitación, ya que la cierro por las noches para que no escuchen mis gritos, y me dirigo directo hacia la cocina para tomar un vaso de agua. Mi garganta es un desierto. .

me paré en seco al escuchar una presencia proveniente de mi habitación. No quiero mirar atrás, no voy a mirar atrás. ¡No lo hagas!

Me quedé quieta en el lugar y frunci el ceño mientras cerraba fuertemente los ojos. Me quedé completamente inmóvil. Poco a poco el miedo me fue consumiendo, ¿qué haré? ¿Qué puedo hacer? ¿huir? ¿quedarme?

— ¿hija... podrás dejar de darme sustos tan espantosos?  — preguntó aquella voz femenina que tanto reconocí que provenía de mi pieza. Mi sonrisa no tardo en llegar, y la lágrimas tampoco.

Pero... ¿cuando entró? estoy asegurada que apenas había pasado un segundo desde que salí, ¿podrás ser que...? No, no creo. Aunque... Mi pieza está a ocho metros de la pieza de mi mamá que ésta, esta a 3 metros de la cocina, ósea, delante de mí.

"No debes llorar, no enfrente de él", "no demuestres que eres débil". Suspiré profundamente y empece a caminar hacia la cocina silenciosamente e lentamente, sin llamar la atención de aquella cosa.

En estos momentos me dan ganas de correr y gritar lo más fuerte posible para que hasta los sordos me escuchen.

   —La puta madre que te re mil par... —  me corto al ver a mi madre con una cara asesina. Me estampe con ella. —per-don...? — me excuse mientras levantaba los hombros.

—¿me podes explicar que mierda haces, eh? — preguntó mi madre mientras se dirigía al baño para hacer sus necesidades.

¿Qué porongas paso acá? Suspiré profundo y giro lentamente la cabeza con seguridad para ver la soledad en mi pieza. Lentamente se me salen las lágrimas, las cuales seque con el buso que tenía.

Camino hacia la cocina con el celular en la mano, el miedo comiendome y, no solamente eso, con el sudor recorriendo mi cuerpo. 

Llegué sin ningún problema, Bueno, sin morir ah la re exageraba. Dejo mi celular en la mesada y empiezo a buscar un vaso en los muebles, o por ahí. Casualmente encuentro uno. Lo agarró y empiezo a abrir la canilla para después llenar el vaso con agua.

En eso, suena mi celular. Fijo mi vista en el celular y tenía una notificación de un mens desconocido. ¿Quien será? Miro claramente y decía...

Desconocido:
no deberias estar despierta a estas horas de la madrugada, princesa.

Me erize. '¿Que mierda?' pensé. Mi corazón latía fuera de lo normal. Mi respiración se agitaba cada vez más. Mis ojos estaban en busca de alguna respuesta mientras que mis lágrimas llegaban. '¿Esto es una puta joda, verdad?' pensé.

De pronto sentí como alguien me chocaba haciendo que mi preciado celular que estaba en mis manos, estuviera nadando en el agua tranquilamente.

—¡Pendejo de mierda!— grité mientras me daba la vuelta para pegarle una piña a mi hermanito menor. Miguelito.—¿Qué haces?— dije desafiante.

—¡Cállate, Virgen de mierda!—exclamó susurrando mientras me pegaba una piña en el brazo, sin fuerza.—Si mami se entera, nos quema vivos.— En eso tiene razón, pero eso no le saca que es un pendejo de mierda descerebrado.

bueno, resulta ser que miguel, estaba con su celular jugando a los jueguitos hasta que se estampó con mi espalda, haciendo que mi celular caiga al agua.

En eso, me agarró un tic y empecé a agarrar cerrar la canilla y rescatar mi celular para intentar secarlo, mientras, miguelito, estaba debatiendo entre reírse o no reirse. Quise pegarle, pero se me ocurrió algo mejor. Empecé a tirarle agua en todo el cuerpo haciendo una chanchada. 

—¿Qué hacen?— al escuchar aquella voz nos detuvimos de un salto mientras nos dábamos la vuelta y fingiamos hacer algo productivo. Podría decir que me olvide que ella estaba en el baño. Silbabamos, pero me acordé que cuando silbas de noche/madrugada llamas al diablo y pensé: 'Es muy temprano para morir', y entonces paré.

—¡Hola, querida madre diosa, hermosa, divina, perfect... !— hablo Miguel. Mi madre levanto la mano en forma para que nos callamos la boca, por eso se detuvo.

—Sólo... vallansé a dormir. No tengo ganas de resongar con ustedes a estas horas. —ordenó con los brazos cruzados y con una mirada fría posando en nuestros cuerpos, la cuál no dudamos en desobedecer.

Cuando pasé por al de mi madre le susurre que 'Miguel me rompió el celular. Esta arriba de la mesada.' y con eso, partí en busca de mi habitación y mi cabeza en las nubes. '¿Qué haré'

  

  
 

☡Psicópatas...☠ (Los proxy's y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora