♪ ᴍʏ ᴡᴀʏ ♫

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— Entonces nos estás diciendo que te acompañemos a la cafetería donde trabaja tu nuevo amor. ¿Acaso tan rápido olvidaste a Namjoon?, vas a ser de esos que se enamoran de muchos. Acaso quieres ser un playboy, Tae dile algo.

— Te felicito Kookie, ya superaste tu primer corazón roto. Agh... no me golpees Jimin.

El escándalo que estaban haciendo sus hyungs, lo tenía riendo. Ya era sábado y después de otros dos días en los que no tuvo éxito en conseguir trabajo, quería ir a la cafetería a alegrarse con uno de esos ricos postres y porque no a ver a ese apuesto chico.

— Hyungs basta, no estoy enamorado del trabajador de la cafetería, solo pienso que es guapo y no creo que ya haya superado a Namjoon-hyung, él me gusto por cinco años, aunque me haya rechazado, él sigue siendo increíble, pero ya me dijo que le gustaba alguien mas asi que no me aferrare a el.

— Aww.. nuestro Kookie se está convirtiendo en un adulto, ya hasta habla como uno. Ah.. Jimin-hyung está orgulloso de ti bebé.

— Hyung no me digas bebe. No soy un bebe, además soy más alto que tú.

— ¡Yah, mocoso insolente! No te burles de mi altura. Te iba a invitar los postres que quisieras, pero solo por eso solo te voy a dejar mirando como disfrutó yo los postres.

— ¡Hyung!

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Estaban por entrar a la cafeteria y el menor trataba de recordar las palabras de agradecimiento que le daria al chico que le alegro el dia con un postre y su amable sonrisa y esta vez se aseguraria de no tartamudear ni parecer un tonto frente a el.

— Hola, bienvenidos. ¿Qué desean ordenar?

Un lindo chico con cabello rojizo les sonreía mostrando sus hoyuelos detrás del mostrador y de lo que supuso era la caja, en una pequeña placa en su camisa se podía leer el nombre de Hoseok.

Jungkook leía el menú mientras sus hyungs ordenaban, pero no sabía el nombre de aquellos ricos pastelitos y aunque enserio quería unos, no estaba seguro de cómo pedirlos.

— Jungkookie, ¿no ordenarás?

— Emm... si Tae... yo...

— Oh, eres el chico de hace dos días. Si volviste, y veo que trajiste a tus amigos.

El castaño que conoció algunos días atrás apareció detrás de una puerta y se dirigió a ellos con una sonrisa, traía una camisa blanca que se le pegaba al cuerpo y lo hacía lucir sus increíblemente anchos hombros.

— S-S-Si, ho-hola — bueno, por lo visto seguiria pareciendo un tonto ante ese hyung. — No pense... que se acordaría de mi.

— Por supuesto, como olvidar al lindo chico con bonitos ojos que me mostró la mejor reacción por mis postres. ¿Vienes por mas de esos pastelitos?

Esta bien, ahora era más que obvio su sonrojo y su nerviosismo, lo supo al ver las pequeñas risas burlonas de sus hyungs. Pero no le pudo importar menos cuando vio la brillante plaquita que decía Seokjin, ahora ya conocía su nombre.

— Ah, s-s-si.

— Me alegra que te hayan gustado tanto, iré a la cocina por los que están recién hechos y te los llevaré a la mesa.

Jimin y Taehyung se sentaron en frente de un sonriente Jungkook que no habían visto más que escasos segundos durante esas últimas semanas.

Aunque el menor insistió que no estaba enamorado del chico que acababa de conocer, se notaba que lo ponía nervioso y, aunque él no se diera cuenta, si notaron que nunca había sido así frente a nadie, ni siquiera con su amor platónico de cinco años.

Lᴏꜱᴛ | ᴊɪɴᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora