CAPÍTULO ÚNICO: ¿Qué Pasó Ayer?

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Esas últimas dos semanas habían resultado más estresantes de lo debido.
Los shinobis de la hoja estaban al tanto del desarrollo de los exámenes chunnin y todo el peso recaía en el Hokage actual, Naruto Uzumaki. Aquel que tuviera contacto con el rubio—considerado el héroe que le devolvió la paz a las cinco naciones—sabía de antemano cuán arduo era su trabajo.

El primer y único testigo de sus esfuerzos diarios era Shikamaru Nara, su asesor, consejero y mejor amigo. Él siempre se preocupaba por su estado de salud, debido a que Naruto debía estar en buenas condiciones físicas ante un posible ataque sorpresa a la aldea de Konohagakure.

Por muchos años, Shikamaru se destacó por ser un ninja normal, con espíritu poco combativo y holgazán ante la vista de la mayoría. Él nunca deseaba involucrarse porque le exigía mucho de su parte y eso podría convertirse un verdadero fastidio.
No obstante, el hecho de convertirse en el asesor y mano derecha de Naruto fue la decisión más importante de su vida. Su destino, su propio camino ninja, fue escrito a partir de ese momento. Había elegido, finalmente, acompañar a Naruto y guiarlo para que hiciera las cosas correctamente. Él sabía que el Uzumaki era impulsivo en todos los aspectos de la vida, no sólo como ninja sino como un simple civil casado con la primogénita del clan Hyüga.

Shikamaru logró que Naruto se diera cuenta de los sentimientos hacia Hinata, quien luego se convertiría su esposa. Y no sólo eso.
Él fue esencial en muchas otras decisiones que llevaron a Naruto en lo más alto de su cargo. Operaba en las sombras y sus consejos eran susurros que sólo Naruto podía oír. Sus suposiciones siempre eran las correctas y, por ende, sus victorias estaban aseguradas gracias a sus estrategias.

Un día antes de la ronda final de los exámenes chunnin en la cual Boruto Uzumaki se enfrentaría a Shinki—el hijo adoptivo de Gaara, el amigo entrañable del Hokage— y Sarada , la heredera del clan Uchiha y la usuaria más joven del sharingan; Naruto creyó que debía festejarlo de algún modo.

Durante la última batalla donde su hijo fue protagonista, el Hokage sentía en su cuerpo  una gran tensión y un dolor insoportable. Eso había sido notado claramente por la persona que depositó toda su fe en él durante su adolescencia, Tsunade, quien había sido la quinta Hokage.

—Deberías volver a casa y descansar. De nada sirve un hombre en mal estado de salud. De esa manera, no podrías matar ni una mosca...—regañó la Senju mientras aplicaba el jutsu médico sobre la espalda del Uzumaki.

Naruto reía. Era normal que la quinta Hokage lo retara como si aún fuese un niño. Al fin y al cabo, él podría ser como un nieto para ella.

—Shikamaru siempre me dice lo mismo, pero.—suspiró. Tsunade acabó su trabajo y Naruto se sentó de frente en la camilla mientras fregaba sus ojos—ninguno de ustedes entiende que no puedo hacerlo. De verdad me gustaría, pero el trabajo se acumula más y más cada vez que vuelvo a mi casa .

Tsunade rió a carcajadas. Se acercó al rubio y revolvió su cabello, ahora más corto.
Con una expresión de preocupación, suspiró y lo miró fijamente.

—Escúchame bien, Naruto —el tono de voz de quien fuera la quinta Hokage se agravó. Naruto sabía que cuando ella hablaba así, no le diría palabras bonitas—. El hecho de que seas el líder de la aldea no es una excusa para no cuidar tu salud. Necesitas descansar y renovar tu energía. No creas que porque tu chakra es distinto al de los demás, podrás ser inmortal. Eso déjaselo a alguien que sí lo sea, pero no es tu caso.—Aunque sonaran crueles, las palabras de Tsunade habían tocado el corazón de Naruto. Él amaba trabajar y mucho más, si su amigo estaba a su lado. —Como te conozco demasiado y como la gran apostadora que soy... —alardeó orgullosa.

Desliz~ShikaNaru😈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora