━━━Todoroki esta perdidamente enamorado de Bakugou, pero es muy estúpido y no sabe como confesarselo así que Kirishima, Kaminari y Midoriya deciden ayudarlo━━━
❑ Historia en edición
❑ Cover by: @moanszai
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Días después, el invierno aún estaba presente, y la época navideña se acercaba cada vez más. Todoroki y Bakugo no habían hablado mucho desde su última conversación; sin embargo, las miradas y los roces entre clases y entrenamientos se volvían cada vez más frecuentes. Ambos sabían que había algo más, pero ninguno tenía claro cómo dar un paso decisivo.
Aquella tarde, Todoroki se encontraba en su habitación junto a sus tres "cupidos", quienes habían llegado para estudiar. Sin embargo, los libros quedaron de lado rápidamente cuando comenzaron a idear formas de ayudar a Todoroki a expresar finalmente sus sentimientos a Katsuki de manera directa.
—¡Corridos tumbados! —exclamó Kirishima con entusiasmo, golpeando el escritorio de la habitación de Todoroki y captando la atención de todos.
Desde una silla, Midoriya lo miró con evidente desaprobación, mientras Shoto y Kaminari se observaban entre sí, claramente confundidos.
—No —dijo Midoriya de inmediato, volviendo la mirada hacia Todoroki y Kaminari, que seguían sentados en la cama, sin saber bien cómo reaccionar. —¿No le van a decir algo?
Kaminari, quien hasta ese momento había estado en silencio, se encogió de hombros mientras miraba a Midoriya y luego a Kirishima. Finalmente, con una pequeña sonrisa, añadió:
—A algunas personas les parece romántico —respondió con suavidad y una pizca de obviedad en su tono.
Midoriya puso los ojos en blanco y, luego de un suspiro, dijo:
—Es Kacchan... ¿se lo imaginan sosteniendo un ramo de flores mientras Todoroki le lleva a la banda MS? —preguntó con tono sarcástico.
—Yo estaba pensando en La Arrolladora —respondió Kirishima sin prestarle mucha atención al comentario de Midoriya, sonriendo como si su idea fuera una revelación.
Todoroki, que había estado observando la conversación en silencio, sentía sus mejillas sonrojadas ante las absurdas imágenes mentales que sus amigos le estaban planteando.
...
Y nuevamente era fin de semana, más precisamente sábado por la tarde. Todoroki, acompañado de Kirishima, Kaminari y Midoriya, quien al principio se había opuesto, se encontraba en el pasillo frente a la habitación del rubio.
El bicolor sostenía un ramo de flores en la mano, vestido con una camisa formal de manga larga y unos jeans. Internamente, Shoto se debatía sobre si realmente era una buena idea. Su relación con el cenizo comenzaba a avanzar y no quería arruinarlo, como lo había hecho en ocasiones anteriores. Sin embargo, las insistencias de Kirishima y, finalmente, de Kaminari, lo habían convencido de intentar otra de sus estupideces.
—¿Seguro que no quieres el sombrero? —preguntó el de cabellos teñidos, mientras agitaba un sombrero de vaquero en su mano.
—No quiero humillarme tanto —respondió Shoto con obviedad.
