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"Corre, corre, deprisa Morgan"

Las ramas rasgaban pequeños cortes en mis brazos, no reducía mi paso corría todo lo que mis piernas podían tropezando con algunas piedras que intentaban detenerme.

Estaba cerca ponía sentir como vibraban su pisadas debajo de mis pies

"Morgan pequeña no huirás tan fácilmente"

Ese susurro en mi oído me arrastró fuera del sueño, mire desesperadamente la habitación a oscuras. Atenta de solo escucharme a mi dentro del vacio. Se que mi cabeza me engaña con su voz. El no puede estar cerca solo se trata de un mal sueño. El no puede encontrarme.

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-aquí tienes un pasaporte como dijo Ricky- asiento guardándolo dentro del bolso.

La goma de mascar color rosa era visible por su forma nada cuidada de masticar, me escaneo sin disimularlo estancandose en mis ojos. Le mire pacientemente corriendo de ella a la cartelera de impuestos pagados que tenía a su izquierda. la impresora como único sonido entre nosotras molestaba con su ruido roto y viejo.

-y ¿de dónde conoces a Ricky?-su voz interrumpió el agradable soundstrack de fondo, preguntó sin despegarme sus marrones casi negros ojos que intentaban descifrar ideas que nisiquiera oía.

El bolígrafo cercano lo giraba impaciente, distrayendo mi vista hacia los tatuajes que le recorrían el brazo asimétricos uno de otros pero con cierta singularidad.

-no lo hago, es amigo de un amigo

El rostro de un gato tatuado en su piel dividido entre una parte viva y otra esquelética juzgaba mi mentira con su único ojo.

-mmm ya-cabeceo asintiendo rompiendo nuestra mirada para ir hacia la impresora.

Arrancó la hoja, dio algunos sellos sobre el, un sonido de la grapas fijar y extendió la hoja

-dile que lo salude de mi parte 

sonrió de lado y unos de sus pircigs brillo. repiqueteo la mesa de nuevo sin parar ansiosamente, sentía sus ojos seguros incluso sin tener que girarme a comprobarlo.

Salí fuera de aquel lugar tome el celular para tachar otra cosa más en la lista, tan sólo quedaba ir a buscar el paquete que decidiría el siguiente paso.

Cruce las calles de Washington bañadas de agua, la tormenta no paraba desde hace dos días. Ricky o su verdadero nombre Andy fue preciso con las salidas, nada más hacer lo necesario y volver lo antes posible. Estaba sola en esto de cuidarme por hace dos meses.

Abrí la puerta del correo sonando la campana. el hombre gordo de la entrada no se percato de mi por estar discutiendo a viva voz con un cliente que traía una caja que leía frágil en letras muy grandes

-leamos de nuevo "No nos hacemos responsables de los daños" son las condiciones que firmó la persona que le envió eso-grazno con su irritante voz señalando el cartel amarillo de advertencia que ya casi no se leían las letras negras.

-capullo-susurre entre dientes pasando de largo para no hacerme notar a su ojos vizco.

Me dirigí al número 33 de la sección B, hoy no había nadie alrededor que pudiera ver que abría un segundo número de correo, menos el hurtadillas de la caja, el 39 B retirado al final de todos los casilleros. sin mas tenia una carta marrón boca abajo.

Huyendo /Seth Clearwater/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora