04

21 3 0
                                    

-la mesa cuatro-señalo Jerry.

Me encamine a ella agilmente, el bar después de una semana sin ver a nadie se llenó de pronto de voces de brindis, risas que el alcohol provocaba estancando a los hostiles con un gran número de alcohol que de esos se encargaba Jerry.

En la barra se sentaban los que venían solos o como al dueño gustaba decirles "los que pagan solo para hablar". Llene los vasos de cada uno recargando las tazas de maní

-en otros tiempos conocí exactamente una mujer de ojos tan azules como los tuyos..

-y cabellos negros como el carbón de la mina en que trabajo por 20 años, si señor Tom ya conozco este diálogo-coloque de nuevo su tarro de cerveza, asintió sonriendome

-temeraria y salvaje, a que no sabías esa parte

Me acerqué a la ventana que daba a la cocina apoyándome en ella para secar los tarros con un trapo, Jerry se acercó hasta a mi para ver afuera.

-¿no hay trolls a la vista?-rodé los ojos al escuchar el apodo que les daba a los borrachos.

-habías visto tanta gente como ahora.

-por lo general así es todos los días del año Meg, sólo fue viniste en un momento que aturdio a todos

-tan sólo una semanas les tomó para seguir con sus vidas-mencioné dejando las tazas en su lugar para cruzarme de brazos observando alrededor las risas.

El repentino hallazgo de cuerpos en descomposición cerca de los bosques en forks aterrorizo al pueblo entero cuando de imprevisto se identificó entre uno de ellos a un adolescente vagamente familiar que conmocionó a familiares y cercanos. Por ello el Instituto parecía tan silencioso y la calles desiertas con pocas personas deambulando tarde.

-a todos nos llega la hora Meg, aquí nadie se salva de ir al hoyo

Se espera morir de vejez o quizás ser un pueblo de accidentes de automóvil por el suelo helado del invierno. Pero jamas creeria que morir por las garras de un animal seria opcion pero en Forks si.

30 minutos mas y mi turno acabaría. En la entrada la silueta de aquella chica de cabello cortos se sentó al final de la barra tomando un puñado de maní. Tome un vaso para preparar una bebida, antes de que subiera la vista deje el vaso a su alcance

Tomo la bebida apartando su mirada de mi, agarre el trapo cercano para irme a mis asuntos. No solía hablar ni decir lo que quería, se sentaba a las horas de mi salida para beber sola.

-¿como te ha recibido forks?-alzó la voz, me gire para verla expectante de que tal vez no era muda como pensaba

-no me quejo

Asintió volviendo a tomar un trago, me miro de reojo para hacer gestos de querer hablar. Ordene los vasos y recogi otros cerca de ella

-soy leah

-Meg

Prepare otro vaso para ella, que estaba por terminar. Sus dedos repiqueteaban la barra mientras destrozada una servilleta

-¿por qué forks? Aquí no hay nada

-era el único lugar donde tenia para dormir asi que tome el primer transporte con lo último que tenia

Tomo el siguiente vaso que le dejaba

-hay mejores lugares que forks, más seguros que este maldito lugar

Levante la mirada referirse al tragico suceso, sus ojos me miraron sin titubeo o pena. Muy bien conocía a que se referia pero se poseía cierta cortesía no decir nada ni los muy borrachos lo hablaban

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 27, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Huyendo /Seth Clearwater/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora