𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 3: Fresas y Chocolate de placer.

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𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒: 𝕋𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕖𝕤𝕔𝕖𝕟𝕒𝕤 𝕤𝕦𝕓𝕚𝕕𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕥𝕠𝕟𝕠

Connor

Salí del lugar sigilosamente para dirigirme a mi preciado cuarto, escuchando unos pasos estruendosos. Volteó, es él, mi único y hermoso Sean.

—¿Porqué me sigues? Puedes dormir en el cuarto de huéspedes—Pregunté un tanto atónito, él parecía asimilar algo por lo que su respuesta fue un suspiro.
Seguí subiendo las escaleras color mármol y me dirijo a mi habitación acompañado en el camino.

Entramos al cuarto y nos acomodamos en la cama con la intención de dormir, pero no podía, me sentía mas nervioso que nunca, el hombre dueño de mis anhelos esta justo a mi lado.

Mi corazón lo sentía latir con fuerza y rapidez, mi respiración la trataba de controlar, no creo poder dormir esta noche

Pensaba eso cuando de repente sentí sus brazos abrazándome por detrás, un suave respiro en mi cuello, erizo mi piel con su inesperada acción y sin previo aviso me susurró en el oído.

—Tienes un trasero tentador y suave para ser hombre—Con tono seductor y deseoso.

Eso no me lo esperaba, mi corazón latía desbocado que casi sale de mi pecho.

—No debes de decir eso, mis padres están cerca te pueden escuchar además ¿Por qué? ¿No puedo tenerlo así?—El sonrojo era demasiado.

Acarició mi cintura con tal delicadeza al mismo tiempo que sentía la respiración agitada tan cerca de mi piel debilitando mi voluntad.

—No tengo problema con eso, pienso que es lo contrario, me encanta ¿Debería checar si esta como me lo imaginé?—Este hombre me va a matar pero de un ataque al corazón.

Sentí como me bajaba los pantalones junto a mi ropa interior, procediendo a acariciar mis nalgas lentamente dando un sensación de excitación en un instante.

Llevaba esperando éste momento desde que nos volvimos a encontrar, mientras observaba él vaivén que le daba a su creciente erección.

Era sexy el desgraciado, sus facciones que suelen ser relajadas con toques juguetones, son intercambiados por unos llenos de desespero combinados con lujuria en estado puro, es todo un espectáculo para mis ojos.

—Tienes un cuerpo sensual—Mordiendo el lóbulo de mi oreja, uno de mis puntos erógenos más sensibles.

—Oh, vaya parece que disfrutaré esto—Me presionó mi trasero lentamente al mismo tiempo que me besaba en el cuello repartiendo besos en el trayecto haciéndome jadear.

—Tócame también, soy todo tuyo—Relamía los labios, viéndome expectante.

Sean soltaba gemidos que me prendían, no eran tan gruesos ni tan agudos, daban un vigoroso deleite .

—Quiero que seas mío Connor—Oh no, algo está mal, nunca diría algo como eso.

No está cerca ni un poco cerca de la realidad.
Se siente tan real, como me imagino que el serían mis sueños tomando forma.

Empujé a Sean de tal manera que su espalda está sobre la tela de cama, me senté sobre sus caderas moviendo mi trasero tentativamente. Sintiendo como se estremece bajo mi cuerpo.

—Ahhh... Connor ya no aguanto—Exclamo en un gemido.
—Date la vuelta y alza el trasero—Haciendo lo que me ordenaba, sentía como la punta de su miembro presionaba con mi entrada, empujando lentamente.

—¡Ahhh!¡Nhg! Espera un poco...—Metiendo todo su pene comenzó a embestir sin ninguna delicadeza, lo cual me hacía delirar y sentirme hasta las nubes.

Son movimientos desesperados que me llevaban al borde del olvido hasta de mi nombre.

—¡Connor!¡Ven a desayunar!—Abriendo los ojos, caigo en cuenta que todo lo anterior ha sido un sueño que involuntariamente me arruinó mi madre y que Sean nunca durmió a mi lado.

Lo que me enfurece en gran medida, me interrumpieron mi sueño caliente con Sean de esa forma, soñar con el era como ganar la lotería y eso no es tan sencillo.

—¡El desayuno está listo!—Con intenciones de levantarme me siento en la orilla de la cama. Cuándo noto que mi pene está erecto.

Indeciso salgo de mi cuarto y corro al baño para no ser visto con mi tienda de campaña ahí abajo.

Una vez en el baño, me tiró agua helada para bajarme la erección que surtió efecto, si disminuyó.

Bajando a disfrutar el desayuno, tres miradas volteaban curiosas.

—¿Estás bien? Algo raro paso cuando me acerque por tu cuarto—Esperaba una respuesta mientras se metía un pedazo de su pan tostado con mermelada.

—Tu madre te llamo tres veces—Sabía que mi padre no era desubicado pues esa sonrisita que se asomó después de lo dicho lo delatan.

Suele ser burlesco por lo que este tipo de actitudes las conocía de antemano, dejándome con pocas medidas para evitar alguna burla o humillación.

—Lo siento mamá, estaba un poco adormilado—En un intento de borrar todo recuerdo del sueño, no sería cómodo que se me parará enfrente de ellos además está el protagonista de mis sueños húmedos.

—Jajaja ¿Que estabas soñando? Estabas haciendo unos ruidos raros—Sean me volteo a ver, puedo notar que estaba curioso por mi respuesta al igual que mi madre.

Sin responder solo solté desesperado—Soñe que estaba luchando contra 23 personas por mi vida en una especie de juego de supervivencia—El lugar quedó en un silencio estático hasta que una estruendosa risa salió de sus labios solo el entendió la referencia.

A veces se hacen tonterías por un poco de amor.

A veces se hacen tonterías por un poco de amor

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Flavors: El sabor del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora