𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 1: Pavlová de ilusiones.

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Connor

No puedo evitarlo, cuando me despierto me dan ganas de pasar por aquella cafetería de estilo neoclásico que está cerca del paradero.

Sean, pasa por ahí a comprar ese aromático té que tanto lo caracteriza.

Sin embargo, no me atrevo a verlo, esa sonrisa que me estremece hace estragos en mi ser.

Con una estridente sacudida intento quitarme esta emoción que tengo incrustada en mi pecho y el causante de esto siempre es aquel muchacho.

El paradero parece estar alejándose más y más cuando paso por esa zona, me invita cordialmente a ir a saludarlo, miedo, es lo que siento, miedo a hacer una tontería con tal monumento enfrente.

Mi madre solía decirme que si me llegará a gustar alguien debía obedecer a mi instinto pero ella no sabe que esa persona no es nada más que Sean Port, el chico que me ilumina el día con solo una mirada.

Sean es el único que me puede subir al cielo y bajarme de allí con solo una frase.

Inmerso en mis pensamientos escuchó el sonido del motor del autobús, no puedo evitar sentirme decepcionado de no haber podido verlo, con los ánimos hasta el suelo.

Me dispongo a colocarme los audífonos y reproducir mi canción favorita "Can't Sleep Love".

Sigo esperando. ¿Pero qué? ¿O a quien?

Conozco este sentimiento ,doloroso y envolvente, es por el.

El trayecto a la escuela se vuelve eterno, como si se hubiesen detenido los segundos en este momento, la canción me envuelve en cada uno de sus bellos versos dando una danza sin fin en mi cabeza.

No me queda nada más que disfrutar del resto de la canción con este sentimiento de añoranza en mi cuerpo.

Al llegar a la escuela me dirijo por instinto al aula de clases, mis pies se mueven solos, es como si estuviesen seguros de este sentimiento de pérdida, me siento incompleto.

Sin duda me hace falta algo, inconscientemente me viene la imagen de el ; asistí a clases, realizo todos mis deberes pero sigue presidiendo este vacío en mi.

Me carcome mi alma poco a poco.

Sean y yo solíamos ser amigos hace muchos, pero demasiados años, aunque dudo que él lo recuerde, dudo en general que recuerde cosas de esa época, por lo que sé, fueron muy duras.

¿Dónde está nuestro Ever After que tanto nos prometimos?

Por eso me sorprendí la primera vez que lo vi en los pasillos de la escuela, él de todas las personas del mundo, ahí, con esa inigualable sonrisa

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Por eso me sorprendí la primera vez que lo vi en los pasillos de la escuela, él de todas las personas del mundo, ahí, con esa inigualable sonrisa.

Inmediatamente sin ninguna razón mis pies avanzaron hacia Sean, con la excusa de ayudar a buscar su salón de clases, le hablé y el, por agradecimiento me dio su número.

Flavors: El sabor del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora