3.- Corre

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Detrás de aquella puerta se concentraba la mezcla de olores demasiado fuerte, el olfato del rubio a duras penas tenía que soportarlo, las palabras y el ruido estaban por toda el vestuario.
Gustabo y Horacio se encontraban sentados en una banca apartados hablando en voz baja.

-¡Hasta ahora me vienes a contar!.. joder, eso no se dice a la ligera y menos a tu padre- su cara estaba empezando a notar preocupación- ¿Me va a matar, cierto?... Cuando me vea me corta el cuello- El chico de cresta mostraba una cara de pánico, su olor a tierra mojada, se empezaba a intensificar, gustabo reía por lo bajo.
-Horacio, chaval, ya basta, que tú olor me está mareando- El comisario greco se paraba enfrente de ambos- y tú gustabo, cambiate ahora mismo, es hora de entrenar a los nuevos, mover el culo, bola de holgazanes-

Poco a poco se empezaba a vaciar aquella sala, quedando Horacio y un algunos de sus compañeros, Gustabo saco ropa de su casillero y se dispuso a quitarse la camisa que tenía en ese momento, su torso quedó al desnudo llamando las miradas de los que quedaban ahí, su olor apenas se podía notar, ya que el rubio había aprendido a controlarlo, sintió la mano de Horacio tocarle el hombre por lo cual giro en dirección de él para mirarlo, cruzaron sus miradas y los ojos de Horacio rodaron hacia un lado tratando de señalar a aquel chico rubio al igual que él en un esquina con la mirada fija hacia gustabo, era tan difícil ser una persona sexy en aquel lugar.
- Probablemente me quede contigo un par de días, le ha llegado cierta etapa a mi padre - dijo el de ojos azules desinteresado por las miradas acosadoras.

Horacio solo se limitaba a conducir el patrulla hacia las afueras de la ciudad donde se llevaría a cabo el entrenamiento para los novatos
- Con tanto "trabajo" no hemos hablado mucho, digo, ya que cada uno está con sus cosas - respondió el de cresta - Aunque bien que lo estás aprevechando, ¿hay un alfa en especial que te llame la atención?, Pregunto sin más el conductor - la sonrisa de gustabo se empezaba a asomar
- Que va tío, todos son unos gillipollas, ninguna vale la pena - El rubio se reacomodo en el asiento para poder mirar a su compañero - pero ya que tanto te importa sobre relaciones, hablemos sobre ti y cierto médico -
- Solo hemos quedado para salir un par de veces, un café por aquí, una cena por allá, nada que sobresalga, de echo esta noche iría a mi departamento a pasar el rato, pero como irás tu es probable que le cancelé- decía el cresta sin quitar la vista del frente
- No hace falta hombre, me pongo unos audífonos, música a máximo volumen y el rechinido de la cama y los gemidos pasarán desapercibidos para mi - dijo el rubio mientras reía - ¿Es un trato Horacio?-
-Eres un tonto, pero es un trato- respondió afirmando el chico de cresta.

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- Más rápido nenas, que aún les queda un kilómetro por correr-

Todos los alumnos se notaban cansados habían corrido alrededor de la vieja pista del aeropuerto abandonado por alrededor de dos horas seguidas y el sol en su máximo esplendor no ayudaba en nada, el olor era muy fuerte y el pequeño Omega apenas podía soportarlo, así lado Horacio terriblemente sudado le seguía el paso no cruzaban palabra solo se limitaban a correr para no gastar energía en algo innecesario.

- Suficiente - La voz de volkov se escuchó hasta el final de la formación donde se encontraba aquel par.
- Tienen 15 minutos de descanso, luego continuamos con el entrenamiento de tiro- está vez fue el comisario greco quien habló.

-Como me encanta tu olor, gustabo- dijo el cresta mientras se acercaba al cuello de su amigo para aspirar aquel seductor aroma
- Aparta payaso, eso está prohibido- dijo el rubio alejando de un golpe a su amigo- comisario greco puedo hablar con usted un momento- gritó el rubio llamando la atención de los de alrededor- se levantó del suelo donde se encontraba sentado y procedió a dirigirse hacia él
-¿Que pasa Gustabo? - soltó el imponente hombre de barba mientras cruzaba de brazos
- En realidad nada importante solo quería apartarme de ese lugar un rato, ya sabe la mezcla de olores es muy fuerte y me resulta desagradable, pero en cambio el de usted es muy llamativo- ni había dejado de hablar cuando el rubio sintió como el aroma a café se hacía más fuerte, eso le gustaba al rubio provocar a los alfas porque sabía que no se podían resistir a él, sutilmente el Omega soltaba de poco a poco su embriagador olor a chocolate haciendo que algunos alumnos alfas que se encontraban cerca se acercarán discretamente hacia ellos, los ojos del comisario greco se posaron en los azules ojos del rubio, este sonrió.
- GRECO- Aquel gritó del otro comisario les hizo voltear, se notaba enojado ya que su olor a vodka se sentía tan pesado que se podía saborearlo - Tu regresa a la formación- dijo mientras le señalaba al chico- y tú greco, hablaremos después, ahora fuera de mi vista-
El rubio regreso con su amigo de cresta que ya se encontraba en formación.

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