Harry Hook de 17 años es el único varón, y hermano mediano, de los tres hijos del temido Capitán Garfio. Su hermana menor Cj tenía 15 años y Harriet, la mayor, contaba ya los 19.
Se podría decir que Harry casi nunca estaba solo (a excepción de cuando tocaba recaudar dinero ajeno), ya sea acompañado por sus compinches Uma y Gil, no solía irse por ahí a tener su tiempo a solas. Lo que le valdría el termino de que era un chico sociable (aunque algo raro), claro está, hasta que recuerdas que en la Isla de los Perdidos son puros villanos y nadie allí está a la labor de hacer el bien.
Aun así, hay ciertas cosas de las que uno no se puede escapar en la vida, sobre todo si se habla de sentimientos fuertes hacía alguien especial. Se arraiga en lo más profundo y te hace dar mil vueltas a las cosas más simples.
Sin embargo, algo tan puro es difícil que un villano lo entienda o acepte, de buenas y a la primera. Y, desafortunadamente, eso es lo que sucedía con el joven Harry. Tan perdido en su locura y maldad, que no veía lo evidente, un sentimiento que había nacido en su tierna infancia hasta madurar en la adolescencia en algo verdaderamente hermoso.
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Era el primer día de clases, Harry se había armado con sus espadas de juguete (las más viejas y destartaladas de su padre) y se colocó su nuevo sombrero. Camino todo el tramo hasta Dragón Hall tarareando y sin prestar atención a nada más que sus diminutas manos que sostenían el reloj que le había robado al secuaz de su hermana Harriet. Cabe aclarar que a la muchacha no le cayó en gracia, pero eso le valió la aprobación de su padre.
Harry no estaba muy animado con la idea de ir a la escuela de villanos, pero sí esperaba encontrar alguien con quien pasar el día. Si bien los villanos no tenían amigos, Harry no estaba a la labor de ser marginado por antisocial. Un próximo capitán necesita tripulación ¿no?
Las primeras clases fueron muy aburridas, no veía a nadie interesante y se estaba por dar por vencido. Fue entonces cuando se topó con los gemelos Gastón acorralando a uno de sus compañeros. Sabía que si no corría le darían el mismo tratamiento. Emprendió la retirada o eso intentó, pues al chocar con la lampara de pie llamo la atención de los muchachos.
—¡¿Miren quién es?! —dijo el hermano de la derecha.
—El pequeño Harry, tal vez si te apegas a él aprendes un poco, mocoso tarado. —Humillo el que estaba a la izquierda, a alguien a quien el moreno no alcanzaba a ver—. Estas advertido, fenómeno: si dejas mal parada a la familia, te matare yo mismo ¿oíste?
—S-sí, hermano. —La suave vocecita despertó en Harry una cálida sensación.
Los mastodontes se marcharon, no sin antes dar un empujón al pequeño niño rechoncho que estaba temblando contra la pared. Harry vio sus bonitos ojos café brillar asustados y quiso decirle que todo estaría bien pero no lo hizo por obvias razones. Él era el hijo del Capitán Garfio, no podía manchar su nombre ni su reputación. Aun así, se acercó al otro y decidió ayudar de otra forma.
—Me gustan tus espadas, si quieres podemos tener una competencia si es que te falta entrenamiento.
—E-enserio?
—Si, y a cambio tu eres mi contramaestre. —Le sonrió malicioso extendiendo la mano.— Claro, soy Gilbert LeBeaux.—Soy Harry Hook y te llamare Gil.
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De Barcos, Garfios y Nudos
FanfictionDesde pequeños Harry y Gil habían sido grandes amigos. Las hermanas mayores del pirata molestando su estrecha relación y, cuando se juntaron con Uma, esta no cambió demasiado. Aunque Gil no es muy avispado, Harry no se ve sin él ¿acaso hay algo más...