Amor Verdadero

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Mal y Hades volvieron a sentarse para charlar, ya con Ben enterado de todo.

—Entonces ¿qué hay con la pulsera? —pregunto el rubio curioso.

—Es mi braza, decidí que la tuvieras como prueba de que eres mi primogenita.

La sorpresa en ambos rostros le saco una suave carcajada.

—Es un gran poder el que me das...

—Se que lograras controlar ese poder, tu corazón es más puro que el de tu madre. Y eres mi hija, estoy más que seguro que puedes con ello.

El orgullo se dejaba escuchar en sus palabras y en sus ojos, realmente Hades amaba a su hija. Mal estaba algo abrumada, asi que desvío el tema y pregunto sobre otras posibles ramas familiares.

—Bueno... por un tiempo creí que tu amiga Evie era mia tambien... un desliz que tu madre se cobró muy caro... pero Lady Grimhilde me aseguro que no llegue a... bueno, tu sabes.

Ambos jóvenes se sonrojaron ante esa insinuación. Algo incómodo, el adulto prosiguió.

—Y si mal no recuerdo, tambien estuve con la madre de Mad Maddy.

—¿Como puedes decir "si mal no recuerdo"? —se extraño Mal, su novio y prometido secundando lo dicho.

—Bueno, eso es porque suelo emborracharme a menudo. Y es entonces cuando me acuesto sin compromiso con las damas que me lo permiten.

—Pero... ¿A qué viene esa actitud? No se te conoce como un bebedor.

—No soy un borracho muy social... la única compañía que busco es de alcoba. Y los periodos de tristeza no son tan a menudo. Extraño el Inframundo, mi propósito de vida.

Un pequeño silencio se instaló en el lugar por unos minutos, dejando al hombre de cabello azul reflexionar en paz.

—Entonces... ¿es Maddy tu hija? —la ansiedad en la voz de la chica dejó entrever que la idea le desagrada en demasía.

—No, pero su hermanita menor, Diar, si lo es.

—Entonces, quedamos en que yo soy la mayor con 19, Hadie con 15 y Diar con 11.

—Exacto.

Los tres estuvieron hablando un poco más, en la espera de que la hija de Ursula terminará con Harry para poder pasar a atender al joven Gil.

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—¿Por qué la sonrisa? —Harry no quería ilusionarse pero no logró su cometido.

—Realmente... ¿No has notado nunca la forma en que te mira? ¿la manera en que se enerva cuando coqueteas con alguien? ¿la comodidad que siente cuando lo abrazas?

Harry rememoro unos cuantos momentos, no sabía si realmente la actitud de su amigo era la de un enamorado pero de pronto se acordó de algo.

—¡La constelación del Reloj! —la mirada de su amiga decía claramente "¡Hasta que te enteras!" —Yo... Creo que si soy correspondido.

—¿Crees? —la ansiedad de su voz saca una carcajada suave de su amigo.

—Vale, soy correspondido... pero... ¿No sería imponer mi amor el ayudar a Gil? Una hija en común no es un juego...

—¿No serias capaz de darle todo a esa criatura para que sea feliz?

—Si, pero..

—¿No serias capaz de amarla por sobre todas las cosas?

De Barcos, Garfios y NudosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora