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Michael
—Estamos en quiebra— exclamó mi papá.

Cuando escuché aquella frase, no me imaginaba que mi vida cambiaría tanto.

—O sea, pa— lo interrumpí entrando a su despacho, pues había estado escuchando todo desde afuera—, ¿a qué te refieres?

—Michael, tenemos que hablar contigo— mis padres se levantaron y se acercaron a mí—. Nuestra empresa acaba de quebrar y ya no podemos seguir aquí— me dijo mi mamá.

—O sea, ¿cómo?— les volví a preguntar quitándome mis lentes de sol y poniéndolos doblados en mi camisa deasabotonada—. Ay, bueno, ya dejen de bromear que ya me tengo que ir a la carne asada de Sebas.

—Michael, no te hagas el sordeado*— me llamó la atención mi pa—. Me da mucha pena, Michael. Pero así son las cosas y nos vamos a tener que ir de Monterrey.

—¿Y a dónde nos vamos a ir? — le pregunté ya preocupado—. Yo ya tengo mi vida aquí, pa.

—Nos vamos a ir con tu tía Chelita— informó mi ma.

—¿Pero que mi tía Chelita no vive en chilangolandia*?

—Si, Michael. Nos vamos a Ciudad de México.

[...]

Rocío
Bajé mi cajita de huevo del autobús y la lleve cargando hasta la salida de la estación, donde iba a tomar el trasnsporte para llegar a la casa de Doña Pelos, donde iba a rentar un cuartito. Me tenía que esperar hasta que pasara el camión verde para subir, como me había dicho mi hermano el Chente.

Entonces escuché una voz bien pinche castrante. Era un güerito pendejo que iba grabando cosas con su celular. El melolengo* también iba a bajando de un autobús, nomás que el suyo, decía "Monterrey-Ciudad de México". Tenía que admitir que si estaba guapito, hasta llegué a pensar que era extranjero. Pero cuando pasó al lado de mi, lo escuché hablar un español con un acento bien raro.

—...storytime de cuando me tuve que mudar a chilangolandia...—lo oí decir mientras se grababa, y estaba tan distraído el zopenco, que ni si quiera se dio cuenta que iba a chocar con mi caja de huevo. La intenté mover para que mi ropa no se arrugara pero cómo estaba bien mucho* torote, alcanzó a patearla, volteó ligeramente para verme y por un momento pensé que se iba a disculpar, pero el morrillo todavía me barrió con la mirada y siguió hablando. Detrás de él, vi a dos señores güerillos que supuse que eran sus padres, ellos vieron lo que había pasado y no le dijeron nada a ese niño malcriado. Nombre, si hubiera sido yo mi apa ya me habría agarrado a escobazos. Los seguí con la mirada y vi que el zope ya se iba a meter a un taxi cuando su papá lo regresó a que metiera su maleta a la cajuela. Me dio risa ver su cara al ver que su papá iba en serio, entonces el güerillo salió del carro y disgustado guardo su maleta.

Justo cuando el taxi de aquella gente partió, llegó el camión verde que tenía que tomar y todos los que llevaban esperándolo empezaron a arrempujarse para ganar asiento. Yo no me quede atrás y agarre mi cajita de huevo para llegar a casa de Doña Pelos a tiempo.

Fue un viaje algo incómodo, porque había bien mucha gente y no estaba acostumbrada. Pero cuando llegué a mi destino estaba feliz porque por fin iba a descansar del viaje tan largo. Y de repente, escuché de nuevo esa voz castrosita de morro consentido, después me enteraría que acá en la ciudad les llaman "mirreyes".

—No, paps— lo escuché hablar por teléfono con su iPhone 11— Sebas tenía razón, los chilangos están chisqueados*. Acá todo está awful*. O sea, de que ni siquiera tienen pool* en sus casas. Además, cuando llegamos mi tía me quería dar un lonche* de carnitas o quien sabe qué, ya ves que acá le ponen francés* a todo. Y pues obvio yo no me lo iba a comer porque no era gluten free*— dijo, aparte de grosero era bien mamón. En fin, no tenía tiempo para escuchar güerillos melolengos.

Tomé mi cajita de huevo y me dirigí a la puerta de doña pelos. Apunto de tocar el zaguán escucho que el morro me habló:

—Ay, ¿otra vez tú?— preguntó y me volteé a verlo—. ¿Acaso me estás siguiendo?

Glosario
Sordeado: Hacerse el desentendido.
Chilangolandia: Ciudad de México.
Melolengo: tonto, estúpido.
Bien mucho: investigando, según Google encontramos que se usaba para describir algo exagerado, demasiado.
Chisqueados: locos.
Awful: horrible.
Pool: piscina.
Lonche: torta.
Francés: bolillo.
Gluten free: sin gluten.

Nota de las autoras:
Esta idea surgió de leer algunas historias de los pendejos como mexicanos. No tenemos intenciones de copiar a otros autores pero quisimos escribir algo similar porque tomamos esas historia como una inspiración. También es humor, entonces si hay alguien de Monterrey, de Jalisco o algún chilango, no se ofendan; es más, dennos ideas y si nos equivocamos en algo, corríjannos, pero el respeto ante todo. Gracias, quesitos.
Aussiekimcheese.

Michael el regio (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora