Realmente necesitaba un trabajo.Desde que se mudó de Hong Kong a Corea, nada estaba yendo como esperaba. Su único consuelo fue ingresar a la universidad que tanto quería; sin embargo, no es como si pudiese acurrucarse en su buena dicha, ya que sus padres no tenían buenos recursos económicos como para darle un pequeño empujón en su rumbo al éxito.
Vino a este país por su esfuerzo en buscar algo mejor... Pero digamos qué tal vez no calculo el tiempo que le costaría conseguirlo.
Entrando al local que, para ser un taller, estaba bastante limpio. Eso lo consoló. No era realmente un fan del aceite de autos y los químicos, ni el desorden... Algo irónico, ya que se dirigía al cuarto que decía "Oficina del Jefe" para entregar una solicitud de empleo. Realmente estaba un poco desesperado, así que cuando vio el cartel de "se busca empleo" cerca de un pequeño restaurant de comida rápida, sinceramente no lo pensó dos veces.
Toco un par de veces.
—Entre.
Una voz bastante gutural y un poco rasposa le comunico desde el interior.
Sin más, entró.
—Hola, me llamo Do KyungSoo. Vine por el- —dijo KyungSoo, antes de ser interrumpido en medio de su presentación.
—Siéntate. —Dijo el tipo con un deje de impaciencia y con un toque claro de orden. Así que KyungSoo no pensó un momento y se sentó. Este tío claramente no tenía cara de ser muy abierto a las buenas primeras impresiones.
—Te atenderé en un momento. Déjame terminar esto. —Dijo, mientras seguía firmando unos papeles, que se veían bastante importantes, a su parece, y el tipo parecía muy concentrado en lo que estaba haciendo: su ceño fruncido, tornando su mirada entre fastidiada y aburrida, pero lo suficiente interesada.
Después de unos minutos. 11 minutos, para ser exactos. Los contó. El tipo termina con su efusivo trabajo, y levanta la mirada para prestarle su atención.
Sus ojos son de un profundo chocolate. Su mirada es un tanto temeraria y profunda. En el tiempo en que el tipo estuvo concentrado en los papeles, tuvo la oportunidad de echarle una ojeada a su perfil: hombros anchos, contextura fuerte, incluso con la cazadora de color marrón, se podían notar su físico bastante bien trabajado. Unos brazos fuertes y duros, haciéndose notar la venas enmarcadas. El tipo era masivo. Lo que más le llamó la atención fue su piel, una piel olivácea exquisita. Este tío claramente se daba mantenimiento. Puede que sea jefe de un taller y haga trabajos un tanto pesados, pero claramente uno no conseguía ese cuerpo con solo ese esfuerzo.
—Y bien, ¿en que puedo ayudarte? —Joder. Su voz era embriagadora. Pensó. —Dijiste algo sobre trabajo, ¿no es así?
—¿Eh? Sí, sí, claro. Quería saber si el puesto de trabajo que tenían sigue disponible. —dijo en forma de pregunta un poco insegura— Leí en un pequeño aviso que buscaban a alguien.
—Sí, de hecho. Estamos buscando a alguien para que maneje el puesto de facturaciones... —Dijo explicando, con una expresión concentrada, profesional, pero sin perder el toque oscuro que le helaba la piel.
—¡Genial! Yo soy muy bueno con los cálculos. —KyungSoo dijo, con un sudor frío recorriendo su espalda baja.
—Bien. Entonces puedes empezar mañana. —Respondió el tipo, mientras recogía su folio y lo ojeaba vagamente. —Realmente tenemos un monto de trabajo. Así que tendrás que ponerte en ello a primera hora-
—Puedo empezar ahora- —se callo al darse cuenta de lo rápido que había dicho eso. Ni siquiera pensó, las palabras sólo escaparon de su boca. Mentiría si dijera que era por su entusiasmo de trabajar lo que le hizo lanzarse sin más, pero realmente sólo quería tirarle un par de miradas más a este polvo de hombre, si era sincero.
Su jefe lo miró un par de segundo. Una mirada extraña. Frunciendo un poco el ceño, algo parecido a amenazante cruzó por sus profundos ojos, o eso creyó, ya que se desvaneció muy rapido.
—Bien. Si realmente no tienes nada que hacer, puedes empezar ahora mismo. No es un problema. Mejor así. —Apartó la mirada para buscar una ficha. —Estos son tus horarios. No permito horas de retraso y holgazanería. Puedes marcharte. —Seguido de un arrogante tono autoritario.
KyungSoo tomó la ficha y se dirigió a su escritorio, que ya le habían informado. Vio el montón de papeles que tenía y pensó: vaya lío. Pero por lo menos no estaría ensuciándose de aceites y polvo con los demás. Este puesto era perfecto para él.
Hecho un vistazo a la puerta de la oficina del jefe y la apartó en un instante, cuando esta se abrió. Su jefe salía con unas cajas de unos materiales, que pensó serían repuesto o algo.
Cuando su Jefe se dio la vuelta para acomodar las cajas en una esquina, KyungSoo pudo apreciar su espaldar: tenía unos poderosos muslos, hacía parecer que romperían los vaqueros si se estiraban más. Un culo duro y apretado, donde KyungSoo quería agarrarse firmemente y ser golpeado al abismo de-
Al notar por donde iban sus pensamientos, desvió la mirada a los papeles y trató de concentrar toda su atención en ellos. Sus mejillas calientes y coloradas. Maldición. ¿Qué demonios le pasa? No estaba desesperado ni necesitado o algo, pero solo ver a este tipo le hace pensar en querer esa polla dentro de él.
Dios, necesitaba un polvo. No estaba correcto que se estuviera comiendo a su jefe a sólo un par de horas de empezar a trabajar. Jodida mierda. Además, notó cierta incomodidad y molestia cada vez que su jefe lo cachaba mirando un poco. Claramente el tipo encontraba su mirada algo molesta, incluso podría decirse que su, ya de por sí, aura, se volvió un poco más espesa. Este tipo era un heterosexual muy latente, pudo concluir KyungSoo. Y KyungSoo llego a la idea de que por ahí se asomaba algo de desagrado o, tal vez, una ligera homofobia. Realmente no podía decirlo con exactitud, después de todo: lo había visto alrededor un par de veces, y solo se habían comunicado con monosílabos desde su "entrevista". Pero incluso si no estaba seguro, no trataría de averiguarlo. Este tipo le causaba un montón de escalofríos, y le daba algo de mal rollo.
ESTÁS LEYENDO
El redimido del infierno | KS JG (HIATUS)
FanfictionKyungSoo era un chico homosexual de 19 años, quién buscaba trabajo de medio tiempo para pagar su carrera universitaria. Terminando a un taller prometedor, donde consigue un puesto disponible. Con lo que no contaba era que su jefe, Kim Kai, era un ho...