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Seokjin tragó el último vestigio del cono de lo que había sido el helado con sabor a galletas que Felix había comprado para él y suspiró tranquilo mientras veía la tarde caer.

—¿Quieres otro?

—Uhm, no creo que esté bien, ya he comido tres.

—¿Te gusta mucho ese sabor? —Felix agradeció que el lugar donde estaban era lo suficientemente lejano de los ojos de los demás. —Tu boca debe saber a galletas —dijo lamiendo sus labios sin querer contenerse de besar al chico que lo miraba con su boca entreabierta.

—Me gusta —Seokjin se acercó un poco más a su compañero y como lo tenía tan cerca pudo apreciar de mejor manera las pecas que este tenía en sus mejillas y nariz. Le gustaban mucho. Quería contarlas.

—¿Puedo besarte? —Felix acarició la mejilla de Seokjin haciendo que este cerrara sus ojos.

—Si —susurró Seokjin antes de sentir la leve presión sobre sus esponjosos labios.

Al rubio le tomó por sorpresa que Seokjin abriera su boca enseguida buscando su lengua. Pero pudo recuperarse rápidamente para saborear la boca ajena y había estado en lo cierto cuando imaginó el sabor que tendrían los labios de su compañero luego de comer aquellos helados.

Juntaron sus lenguas y el beso escaló rápidamente a uno mucho más húmedo. Felix lo recostó sobre el pasto para poder besarlo de mejor manera. Y Seokjin no puso resistencia alguna llevando sus manos hasta el cuello del rubio para acercarlo más.

Se separaron para mirarse, Felix sonrió contento de haber avanzado un poco más con el chico que lo traía como un idiota.

Tanto tiempo lo había mirado en silencio buscando la mejor manera de acercarse a él sin asustarlo, por que Felix se había tomado el tiempo y había analizado muy bien a Seokjin. Un chico que era solitario y de muy pocos amigos, tímido pero con un fuerte sentido de justicia que no dudaba en ponerlo en práctica cuando la ocasión lo ameritaba.

Felix también había sido testigo del cambio físico de su compañero de clase y cada día se sorprendía más de lo atractivo que se estaba volviendo el castaño.

—Seokjin, ¿Quieres ser mi novio? —preguntó sin pensarlo demasiado pero al ver la vacilación en los ojos del otro él suspiró dándose cuenta que había quizás avanzado demasiado rápido —no es necesario que me contestes ahora, en serio. Puedo esperar.

—Si quiero —Jin se llevó sus manos hasta sus mejillas, estaba completamente avergonzado y ruborizado hasta las orejas.

Felix le quitó las manos y le robó un beso corto mientras Seokjin seguía acostado en el pasto. —Será mejor volver, estamos lejos de tu casa y no quiero que tengas problemas con tus papás.

—Oh. Si, tienes razón —Seokjin se incorporó y miró las luces de la ciudad desde donde estaban. —¿Que harás mañana?

Felix se limpió el pantalón —nada, los fines de semana mi padre no trabaja por lo que tengo que estar en casa y ayudar en lo que sea que necesite, ya sabes como son los papás. —El rubio se puso su mochila y limpió su ropa que tenía un poco de tierra. 

—Si —murmuró no muy convencido el castaño, él no hacía nada de esas cosas con su padre, más bien el fin de semana era en donde menos veía a su familia.

—¿Que te gustaría hacer? —Felix se paró justo frente a su compañero de clases y lo tomó de la cintura —¿Te gustaría ir al cine?

—Eso me gustaría, tengo unos pequeños ahorros.

ALGUIEN COMO TÚ < Jintae > Libro #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora