[Pausada]Wild Side: Pink Meat

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G

lowing Eyes

El sudor bajando por su cuello, y la involuntaria formación de ácido desde sus poros era algo que Mina desconocía casi por completo.

El terror, el miedo a la muerte.

La presión que sentía era horrible, casi podría vomitar. ¿Así sintieron los chicos cuando fueron al rescate de Bakugou y el villano de mascara extraña entro en acción?

Su oportuna personalidad positiva y alegre, capaz de animar a cualquiera siempre fue su mejor escudo ante el miedo.

Pocas veces este ganaba control de su cuerpo.

Pero ahora ni sus piernas ni sus manos podían parar de temblar. El vacío que causaba en su pecho la estaba asfixiando poco a poco.

Brillantes aros de jade resaltaban en la absorbente oscuridad sobre los cadáveres. Le recordaban a los suyos.

Pero a pesar de estar viendo directamente a los ojos de la muerte, no podía evitar pensar que en verdad eran muy bellos.

Había mantenido la vista en ellos por casi 7 segundos, pero su mente se movía más rápido que en cualquier otro momento en su vida que parecían horas, no sabía que debía hacer.

¿Rezar? ¿Pedir perdón a quien lastimó? ¿A sus padres? ¿A sus compañeros y amigos? ¿Al profesor Aizawa por no esforzarse?

¿Debería hacer un testamento mental? ¿Qué podía dejar de cualquier modo? ¿Su ropa interior a Tōru?

Demonios, su cabeza se iba a fundir.

"¿Por que me separé del grupo? Ellos deben de estar bien, y yo aquí, a punto de ser asesinada y devorada por este tipo."

Notó, el movimiento de esos ojos. Se estaba acercando. Sabía que se estaba acercando, pero no podía dejar de ver sus ojos.

¿Entonces eso era lo que hay antes morir? Esperaba pasar una vida larga, ser una gran heroína, casarse, tener hijos, nietos y un gato al cual le pondría un nombre gracioso.

No esperaba esto.

Espera.

"¿¡ESTOY LLORANDO!?"

Las lágrimas traicioneras que bajaron por sus mejillas eran una sorpresa. ¿De verdad iba a colapsar? Mierda, ¿Se había orinado?

Su contrario se detuvo. E hizo algo que Mina nunca iba a poder volver a olvidar.

-D- disculpame,- dijo mientras se inclinaba bastante- t-te debí de haber asustado, ¿no? E-es que tengo mucho de c-comer.

La respiración de Mina se corto abruptamente ante tal acto. Bueno, su cuerpo inconscientemente siguió con sus funciones, como seguir sacando lágrimas y demás fluidos.

El muchacho frente a ella alzó su cabeza, y si Mina no tenía idea de que pasaba, su mente colapso ante lo que vio.

¿Era posible que alguien como él, que acaba de masacrar a tantos prisioneros, y mas allá de eso, se los haya comido, le pudiera dar esa cara tan nerviosa? Esa timidez en su voz se escucho demasiado genuina.

Y para peores, sin sus ojos negros, esas iris verdes eran increíblemente tiernas. Las pecas lo hacían parecer un niño. ¿De verdad era el mismo sujeto?

Sin poder hacer algo, ni siquiera pensar, simplemente dejó de funcionar. Su cerebro se reinició como un computador defectuoso, y su cuerpo se desplomó sobre el piso.