Act I:
Kid on the Road
Los desastres ocasionados por los villanos que intentaron escapar fueron reducidos a la propiedad de la prisión.
Cargo que aumentaría la condena de los reclusos.
Sin embargo, la cantidad de asesinatos que Izuku cometió ese día rondaba la docena. Sin contar que se comió a uno entero, borrándolo por completo, sin dejar nada que enterrar más que huesos.
Las cámaras captaron todo, y, tras una exhaustiva revisión de ellas, simplemente no había nada que hacer.
Izuku era claramente culpable de 14 asesinatos llevados a cabo durante el día de la fuga.
Por ende, nada cambiaba. Izuku estaba, de cualquier modo, esperando a morir y no era algo con lo que cargaba.
A veces, lo deseaba.
Liberarse de la carga de sus pecados, pero obtener la misericordia era difícil.
Aún era, ante la ley, un niño. Por eso, ahora, se encontraba en su cuarto, igual que siempre.
Excepto por el bozal.
No era como si pudiera arrancarlo de todos modos. Él no era extremadamente fuerte.
Suspiró, viendo sus manos.
No sabía cuantos días pasaron ya. Bien podían haber sido semanas, meses. El tiempo se distorsiono y le jugó una mala pasada. Fue rápido.
Su única pista era la longitud que su cabello creció. La cual desconocía, y a la vez, le sorprendía.
El hambre volvió tras una horas aquel mismo día. A pesar de comer tanto, su metabolismo fue rápido. Bueno, su cuerpo no era normal.
Los guardias tampoco se habían pasado por un tiempo.
Sabía que estaban ocupados. Aunque se alegraron de que estuviera bien, Watanabe se enojo con él por lo que hizo.
Oh no.
Ahora en serio no tenía amigos.
¿Por qué se empezaba a sentir inconforme?
No se había bañado en mucho tiempo. Tampoco había bebido. Su cuello dolía por tan apretado sistema de seguridad. Que, por seguridad, lo anclaba a la pared.
¿Era eso todo? ¿Su vida iba a ser igual de miserable siempre? ¿Por qué diablos no lo mataban?
¡Oh! Su cabello en serio creció mucho.
Miró su cama, intentando ignorar la crisis que se avecinaba. Se acostó, cerrando los ojos, haciendo omisión de esos ojos rojos que proyectaba su mente.
Quería estar despierto lo menos posible.
Se levantó de golpe, y busco uno de sus cuadernos. Por suerte la cadena apenas le daba para llegar ahí, aunque había pasado mucho sin encender el computador. No llegaba a él.
El cuaderno tenía los autógrafos que consiguió ese día. Lo abrió, y rápidamente observó el de Eraserhead.
Y procedió a pasar por todos los dibujos firmados.
Se sintió calmado al recordar los sentimientos que le brindó tal experiencia, y se permitió sonreír un poco.
-Izuku.
Sobresaltado, cerró el cuaderno.
Lo estaban llamando desde fuera, como nueva norma extra de seguridad. Solo por si las dudas.
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[Pausada]Wild Side: Pink Meat
AcakUn viaje escolar es divertido, es donde te la pasas bien con tus amigos y aprendes alguna cosa nueva. Esa era la definición que Mina tenía. Pero era parte de la Clase 1-A del Curso de Héroes de la Preparatoria UA. ¡Tenían que estar malditos para que...