Capítulo 6

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Las luces estaban apagadas y las reclusas se mantenían en sus celdas. No dormían por temor a ser llevadas con él.

Escuchaban pisadas fuertes y el terror reinaba en esa enorme instalación, unas puertas fueron abiertas y entre dos oficiales sacaban a una chica, muchas Ya no ponían resistencia al contrario era mejor no luchar. Dolor, llanto y lamento sobresalían aquella noche.

Karai se mantenía despierta no porque quisiera, el dolor en la herida era demasiado  y le impedía conciliar el sueño, trato de dormir un poco pero la reja fue abierta bruscamente

- Llevensela - dijeron y dos guardias la  tomaron de los brazos y la bajaron bruscamente de la cama

- ¡¿QUE HACEN!? ¡SUELTENME! - gritaba Karai

Fue arrastrada hasta afuera de la celda, Liz cerró la puerta dejando sola a Shinigami
Ella sintió tanta ira contra si misma por no haber podido hacer algo para ayudarla o a las demás mujeres.

- Te prometo que pronto acabará - dijo viendo por dónde había desaparecido su compañera

Confundida y asustada trato de forcejear contra ellas pero solo causaba que su herida doliera más, fue llevada a una sala apartada y ahí la esperaban tres chicas mas

- Ella es especial, no tarden - cerró la puerta fuertemente

- ¿Qué es todo esto? - pregunto pero ninguna de las mujeres dijo nada

La habitación era blanca, habían joyas, vestidos, zapatos y demás

- bebe esto - dijo una dándole un vaso con algo

- No voy a tomar nada - dijo tratando de ponerse de pie

- Has esto por las buenas - repitió la misma chica, dio la orden y las otras dos la tomaron de los brazos y piernas la otra de subió sobre ella y la tomo de la mandíbula obligándola a beber de ese extraño líquido.
Al confirmar que lo bebió todo la dejaron libre unos minutos, Karai comenzó a sentirse mareada y perdía el control de su cuerpo.

La droga hizo efecto y las mujeres comenzaron su tarea.

La ducharon cuidando que la herida no se abriera, fue vestida con un vestido dorado y blanco descubierto en algunas partes,  precioso con brillo, fue peinada y adornada con joyas preciosas y diamantes reales. Parecía una bella reina egipcia.

El efecto de la droga paso y fue llevaba por Liz al sótano, ahí era un verdadero martirio por no decir un infierno.

Mujeres siendo usadas por hombres mucho mayores a ellas y otras siendo golpeadas.

- No me dejes aquí por favor - suplicaba

- Cállate - había una puerta roja custodiada por dos mastodontes que abrieron la puerta para que ellas pudieran entrar

Había un hombre parado de espaldas bien vestido

- Mi señor aquí está su premio - dijo soltando a Karai

El tipo volvió a verla y parecía tener la edad del padre de Karai, sus ojos de color café de facciones duras la miro de pies a cabeza dejando su vista en la herida de Karai.

- ¿Qué demonios le pasó ahí? - pregunto molesto su tono asustó a Karai quien lloraba

- Una de sus favoritas lo hizo hace una semana -

- Traela - dijo, solo se quedaron ellos dos

- Vaya que eres hermosa naturalmente. Eso me agrada - sonrió Karai no sintió más qué asco - estás temblando querida - observó

Inocente  *Leorai* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora