capítulo cinco.

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sonreí. — no sabía que te gustaran tanto. — dije apuntando a su celular.

noté un leve sonrojo en sus mejillas y como miraba hacia otro lado, para después encogerse de hombros y pasar una mano por los rulos que colgaban por su frente.

— ¿por qué traes todo esto? — dijo viendo hacia abajo aún sin verme.

— en realidad no es mío, es de la madre de rosé. — dije — me pidió que viniera a recogerlo porque ella está fuera del país.

jin soltó un oh. — ¿por qué no vino rosé con su novio?

— ¿con hobi? — asintió — compraron entradas para la exposición de la ciudad.

— ah. — soltó y se instaló un gran silencio entre nosotros.

me balanceé sobre mis pies durante unos segundos y miré hacia arriba.

el cielo estaba completamente despejado y había un par de pájaros volando entre las copas de los árboles. — bueno, creo que me iré.

me acerqué hacia el arreglo de flores con el fin de tomarlo entre mis manos y marcharme de ese lugar.

— ¿segura que puedes tú sola?

— lo intentaré. — dije agachándome un poco para tomarlo entre mis brazos, pero lo único que logré fue pincharme el dedo con una maldita espina. — ouch.

jin rio. — espera aquí, no te vayas. — dijo para después trotar lejos de mi.

me senté a lado del arreglo a una considerable distancia para no volver a pincharme y comencé a observar las flores, y me di cuenta de que en realidad eran muy bonitas. saqué mi botella de agua de mi mochila y le di un par de tragos, antes de acabármela para después cerrar los ojos por un momento y dejar que el aire corriera por mi rostro.

no se cuanto tiempo pasó, tal vez diez o quince minutos, incluso más. la verdad, no me interesó, yo solo tenía una sonrisa en mi rostro. de repente escuché un pequeño flashazo, lo que significaba que habían tomado una foto.

abrí los ojos algo encandilada por haberlos mantenido cerrados por un buen rato. — ¿por qué me tomaste una foto?

se encogió de hombros. — lo siento, es que mira. — dijo acercándose a mi y mostrándome su celular. — ¿ves como se ve tu cabello? está volando ligeramente por el aire, se ve genial. — dijo tocando la pantalla de su celular, señalando mi cabello. — después, tienes tus ojos cerrados y tu cara se veía muy tranquila. — murmuró y yo sonreí. — ahora, mira como se ven los árboles detrás de ti, ¡y mira como el cielo se abre espacio entre ellos! — volteé a verlo, estaba sonriendo. — y el arreglo hizo todo mucho más perfecto.

me quedé perpleja, ¿acaso me dijo perfecta?

negué.

— ¿no te gustó? ¿te molestó? oh, pensé que no te molestaría. — dijo apagando su celular.

— ¡oh, no! salió muy buena, jin , lo siento. estaba pensando en otra cosa, deberías pasármela luego. — sonreí.

jin se enderezó un poco. — traje esto para que lleves tu arreglo.

se hizo a un lado, y me dejó ver una pequeña carreta de color rojo, con una larga agarradera. me acerqué y me di cuenta que probablemente era de algún niño, pues tenía coloreado algunos garabatos. — que inteligente. — dije volteando a ver a jin, quien estaba atrás de mi con sus manos juntas detrás de su espalda.

tenía la mirada hacia abajo, y noté un leve sonrojo en su rostro. — puedes poner el arreglo ahí y llevarlo a tu casa. — dijo. jin caminó hacia la banda y lo tomó con sus dos manos, para después dejarlo sobre la carreta.

민들레 ; kim seokjin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora