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Saeyoung;08

Abrí los ojos al notar la luz del sol entrar por la ventana. Parpadeé un par de veces y comencé a sentir un ligero dolor de cabeza, más que dolor eran ligeras punzadas.

Sentí unos brazos rodeando mi cintura y no tuve que girarme para saber quién es, pero lo hice igualmente. La castaña estaba dormida al lado mío, su rostro se encontraba tranquilo, con un par de mechones rebeldes cubriendo éste. Sonreí al verla tan tranquila.

No debí haber hecho lo que hice, pude poner en peligro a ______ e incluso a Yoosung.

Decidí salir de la cama para hacer el desayuno y cuando llegué a la cocina lo encontré ya hecho con una nota.

Cuando despiertes avísanos de que Seven se encuentra bien, gracias por dejarme pasar la noche aquí.

Con cariño, Jaehee :)

Hasta Jaehee estuvo involucrada en esto por mi culpa... Todos podrían estar en peligro por mi imprudencia.

—Saeyoung, ¡qué susto me has dado!—Gritó una voz que bien conocía.

—Lo siento... Lo siento mucho.—Corrí para abrazarla, cosa que por su reacción, no se esperaba.

—Eres... Eres un imbécil.—Dijo correspondiendo mi abrazo.

—Lo sé.—Le acaricié la cabeza lentamente y nos quedamos así por un buen rato.

Quería negarlo, pero mi corazón cada vez iba más rápido y no podía evitarlo. La cocina estaba en completo silencio, diría que era una situación incómoda pero más que incómoda, era relajante.

—Sae—la interrumpí.

—Jaehee nos hizo el desayuno.—Me separé lentamente de ella con una sonrisa y con mis manos en sus hombros.

—Que bien.—Dijo y fue directamente hacia la comida. No lo dijo feliz ni entusiasmada, fue más como enfadada. Creo que fue porqué la corté.

—¿Te pasa algo?—Le pregunté sentándome al lado suyo.

—¿Eh? No, lo siento es que... Toda esta situación me tiene conmocionada.—Dijo sin más. Al fin y al cabo lo comprendía, ella estaba mal y yo cometí una imprudencia que la preocupó y la asustó.

Desayunamos en silencio, este si era un silencio incómodo.

—Saeyoung no podemos seguir así.—Dijo ella, girándose de manera rápida hacia mí.

—¿A qué te refieres?

—Debemos acabar con esta situación cuanto antes.

—¿Cómo lo haremos?—Pregunté de brazos cruzados, era muy fácil desear cosas pero ¿cumplirlas? Lo más difícil.

—Saeran sigue en el manicomio, o eso al menos es lo que me dio a entender con el vídeo.—Suspiré.—Tengo que ir a verlo.—Mi expresión cambió a una manera indescriptible. ¿Estaba loca?

—¿Quieres echar a perder todo lo que hemos construido estos meses?—Dije elevando el tono de voz, la sorpresa y el enfado recorrían mi sangre.

—Es la única manera de saber por qué lo hace. Dame el número del loquero ese dónde está.

—No, seguro que hay otra forma de conseguirlo.

—Saeyoung. El número. Ahora.

Estaba entre la espada y la pared, si no se lo daba ahora lo acabaría encontrando. Suspiré.

—Si vas, voy contigo.

—Está bien. Ahora llamemos.—Le marqué el número en mi teléfono y se lo pasé.

—¿Hola?—Preguntó. Escuché que le respondían y ella comenzó a hablar de nuevo.—Quería preguntar si podía visitar a Saeran Choi o aún era demasiado pronto... Ajá...¿Sí? Me alegro de que esté teniendo una buena actitud. Vale gracias.—Me devolvió el teléfono.—Tenemos hora para verlo mañana a primera hora.