-Espera-Mí voz sonaba a la de un hombre de cuarenta años en vez de la de una adolescente de dieciséis- Son las 03:00 de la madrugada. Vete a la mierda.
-Alex, si quieres que lleguemos al aeropuerto a tiempo-hizo una pausa- ¡LEVÁNTATE! ¡YA!
-Papa...-con mi voz mas clara y audible respondí-No quiero ir a ningún aeropuerto. No quiero levantarme, porque son las tres de la madrugada y no quiero quitarme el pijama. Si tengo que ir a algún sitio iré en pijama.
Minutos después estaba en el coche, en pijama y sin saber cómo había conseguido mi padre meterme en el. Siquiera soy capaz de levantarme yo misma.
-¿Como has podido hacer esto?
-¿Ha que te refieres cariño?-El mejor que nadie sabia que estaba enfadada y intento suavizar la caída.
-Que, ¿como has podido meterme en el coche en pijama? Podrías haberme vestido.
-Ya no tienes 4 años.
-¡Es verdad Jai! Eres tu el de 4 años.
Mi padre nos gritó haciendo que Jai y yo nos picáramos y le sacase la lengua.
-Tienes ropa en el maletero.
Fui a cojerla para cambiarme pero parece que mi padre me leyó la mente.
-Te cambiaras en el baño del aeropuerto.
-¿Tienes mis pastillas también?-Asintió.
No hacia mucho tiempo que coji miedo a volar y desde entonces tengo que tomarme unas pastillas que hacen que empiece a ver elefantes rosas voladores fumando marihuana en un pato parlante. En resumen, me drogan.
Fui reconociendo desde el asiento de atrás el aeropuerto, después fui subiendo los ojos hasta llegar al cielo fijándome en la nube oscura. No hay que ser un genio para saber que va a llover y eso indica que..."por favor pasajeros abróchense bien el cinturón, puede que hayan algunas turbulencias".
*Já. Que agradable.*
4:30. Aparcamos el coche que mi madre vendría a recoger después y nos dirigimos a la entrada para facturar la maleta. En cuanto pasamos la puerta de cristal todas las miradas se posaron en mi y mi pijama de gatitos.
-Ve a cambiarte, vamos a facturar.-Asentí y coji la bolsa con mi ropa y me fui corriendo al baño.
*Genial*
El baño de mujeres estaba fuera de servicio. No tuve otra opción que entrar en el de hombres.
En cuanto acabé, salí del váter y sorpresa, un pobre chico estaba meando en esas litrinas.
-L-lo siento- Me disculpe soltando alguna que otra carcajada. No es que sea una pervertida, solo que ver por primera vez un pene en primer plano, y de un chico bastante mono, me impactó.
Me quedé unos segundos sonrojada a lo que el chico me imito. No podía dejar de mirar eso, ¿la razón? Supongo que si que soy una pervertida.
Me despedí en un momento tan incomodo como ese y fui a por mi padre y mi hermano.
-Lista.
5:00.Nos dirigíamos hacia los detectores de metales. Nos quitamos cinturones, pulseras, collares... Y me hicieron quitarme los zapatos de suela gorda porque al parecer podría llevar droga. Me reducí unos seis centímetros y pase por el detector como unas treinta veces por razones que desconozco.
Pasado ya esto y yo calzada, nos fuimos directos a la puerta de embarque. Pero al parecer no soy capaz de tomarme las pastillas sin comida, como le hacen a los animales para que se tomen las suyas. Llegará un día en el que me acostumbre, pero hoy no es ese día.
Me las tomé y el vuelo seria en media hora, lo que tarda en hacer efecto así que ira todo bien. Supongo.
5:45 y ya empezaba a ver unicornios a mi alrededor. Me levanté y perseguí a todas las alucinaciones que veía, haciendo que mas de una vez me cayera al suelo. Pero que mas da estoy drogada.
6:00. Embarcamos. No se si estoy feliz, nerviosa, triste...Tengo una mezcla de sentimientos que ni yo misma reconozco.
6:20. Sentados cada uno en su asiento como buenas personas, yo flipando con mi compañero de asiento que por no se si mala o buena suerte fue el chico del baño, avisaron el despeje.
Ya no podia echarme a atras. Esto era el fin de una parte de mi vida.
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Al fin El fin
Science FictionCerré los ojos un segundo. Ese segundo en el que sueñas cosas. Y cuando los abrí todo el mundo me odiaba.