CAPITULO 1 (segunda parte)

24 4 22
                                    

La mañana siguiente me desperté con el tercer pitido de la alarma, eran las 07:40, si no me daba prisa no llegaría a tiempo para la primera hora, así que salí disparada de la cama y me metí en la ducha. Me puse una camiseta corta de lino roja con estampado de flores y los primeros vaqueros que saqué del armario, no me maquillé nada porque iba muy justa de tiempo y ni siquiera me peiné, pero cogí una cinta de pelo, eso bastaría para verme bien.
Cogí la mochila y bajé las escaleras de dos en dos, me comí un puñado de cereales y me bebí un vaso de zumo de naranja, a esas alturas de mi vida seguramente ya tenía más zumo de naranja en el cuerpo que sangre.

Llegué a la puerta del instituto dos minutos más tarde de que hubieran empezado con las clases, corrí todo lo pude con la esperanza de que me dejaran entrar en el aula pero fue un intento fallido.
Genial, ahora tendría que pasarme toda una hora esperando hasta que se terminara la primera clase;
Me maldije a mí misma varias veces por no haber puesto el volumen de la alarma más alto.

A esas horas de la mañana las únicas personas que no estaban dentro de las aulas eran los grupos de repetidores de un curso superior que se saltaban las clases para pasarse las horas fumando marihuana y bebiendo cervezas en el parking del instituto, y la verdad que no me hacía mucha ilusión compartir mi tiempo con esa clase de gente así que opté por pasar la hora en la biblioteca.

Nada más entrar por la puerta de la biblioteca me choqué con Hazel Cooper, definitivamente ese no era mi día. ¿Qué hacía allí plantada en la puerta de la biblioteca un martes? La biblioteca era el último lugar dónde me imaginaba que Hazel pasaría su tiempo.

Conocía a Hazel desde que tenía siete años, en aquellos momentos nos llevábamos bien, incluso se podría decir que éramos amigas,  pero cuando estábamos en el primer año de la secundaria tuvimos una pelea por culpa de un chico y un estúpido baile de invierno,  y parece ser que aquello le afectó mucho porque a partir de ese momento Hazel se dedicó a arruinarme la vida todo lo que pudo y más: me dibujaba con rotulador permanente en el pupitre y se iba inventando rumores sobre mi para que la gente no me invitara a las fiestas, de esa manera procuraba que no tuviera muchos amigos.
Era como un grano grande y molesto que nunca se iba.

De hecho, cuando me fui de Fitzzerlow una de las ideas que más me reconfortaba de venirme aquí fue pensar que jamás la volvería a ver (qué ilusa yo) y justo un año después apreció aquí: en el mismo estado y en el mismo instituto que yo.
No sé si fue pura coincidencia de la vida o es porque el mundo me desprecia y me persigue el karma, o simplemente porque el odio que Hazel siente hacia a mi es taaan grande que fue capaz de mudarse a 4000 kilómetros para continuar arruinándome la existencia aquí, llegar a ese punto me parecía algo demasiado excesivo incluso para Hazel, pero seguía pareciéndome la opción más lógica, porque me costaba mucho creer que con lo grande que es el mundo justo hubiera terminado en el mismo lugar del universo en el que estaba yo.

Pinche loca que es la Hazel .

Me dispuse a entrar a la biblioteca de todas formas, no le iba a dar el gusto de sentirse tan importante en mi vida como para hacerme dar la vuelta y no entrar, pero en ese momento me di cuenta de que ella ni siquiera había notado que yo estaba allí, parecía estar llorando, me sorprendió porque nunca había visto a Hazel llorar en un lugar público donde cualquiera pudiera verla con el maquillaje corrido, era una persona tremendamente superficial y se preocupa mucho por su imagen.
Me habría gustado saber que era tan impactante para ella como para hacerla llorar de esa forma pero no iba a acercarme a preguntarle y fingir que me daba lástima o que me importaba.

Porque la verdad, me importaba más una mierda seca.

El resto de la mañana pasó lento y aburrido, los martes solamente coincidía con Anna en una clase así que no tenía a nadie que me hiciera las horas más amenas. Cuando por fin sonó la campana que indicaba el final del día, recogí unos libros de mi taquilla y me dirigí hacia casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 18, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuando seamos humoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora