Por Greg Lestrade

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Lestrade intentó no asesinar a Sherlock a golpes después de descubrir que el llamado de auxilio era simplemente para ayudarlo a ser un buen padrino de boda. Ahora estaban sentados uno frente al otro, claro, él en una silla cualquiera, el de rizos no permitió que utilizara el sillón de John.

"Él ya no vive aquí" reclamó Greg, pero Sherlock solo soltó un gruñido primitivo y prefirió mantenerse a salvo. Lo observaba leer sabrá dios cuantas palabras por minuto y después irse a su palacio mental, para después regresar y continuar leyendo.

— No entiendo para que me quieres aquí si todo lo estás haciendo solo Sherlock— el detective consultor deja de lado la lectura y por primera vez en lo que pareciera una hora, le dirige la mirada a Lestrade.

— Necesito una mente banal como la tuya, recordar cosas "graciosas" no es algo que tenga registrado en mi palacio mental, no suelo pensar como la mayoría de las personas, encuentran gracia en cosas insignificantes, romantizan las historias y...— Greg levanta la mano en señal de que pare, Sherlock acata la indicación y eso le extraña al policía.

— Te conozco desde hace años Sherlock y nunca te había visto así, ¿te pone nervioso ser el padrino de bodas de John? — el castaño frunce el ceño y se levanta de su asiento, camina por la sala y pasa sobre la mesita ubicada frente al sofá.

— ¿Bodas? Pensé que solo era un evento, ¿hacen rituales en diferentes días?, John me dijo que solo tenia que asistir en una fecha, ir a la iglesia donde le rezan al rostro de Leonardo da Vinci y fingen que es Jesucristo, lo cual es curioso porque en la biblia dice que no adoraras figuras ni...— Greg detiene la caminata del más alto y este guarda silencio.

— Solo es un evento Sherlock, lo dije de manera plural porque así se dice, no porque sea mas de una boda, no es algo tan del otro mundo, serás un buen padrino, solo ve ahí y se su mejor amigo, te diría que fueras tu mismo, pero dudo que eso resulte en algo agradable para todos los que asistiremos a la boda— Lestrade espera una respuesta sarcástica, irónica o hiriente de parte de Sherlock, pero el verlo tomar asiento en el sofá y clavar la mirada al suelo le hace sentir que dijo algo fuera de lugar.

— Sherlock, te preguntaré algo y puedes mandarme al demonio si te da la gana, no soy tan inteligente como tú, pero...— El policía esperaría una afirmación de su declaración por parte del más joven, pero esta no llega, así que se sienta a su lado en el sofá.

— Pero tengo algo llamado intuición, que funciona en algunos casos y en ocasiones en mi vida privada, y a veces me da la impresión de que sientes algo más allá de una amistad por John...— El de cabello rizado guarda silencio unos segundos más, Greg puede escuchar un murmullo, pero no distinguir las palabras, Sherlock se levanta de su lugar y reanuda su caminata nerviosa.

— Y aunque he escuchado a John decir un par de veces que no se considera gay, que no es necesario, podría ser bisexual o heterocurioso, diría que le provocas algo Sherlock— Él más alto se queda quieto, dándole la espalda a Lestrade, este se levanta del sofá y camina hacia la puerta.

— No sé si realmente me estés escuchando o si estas en tu palacio mental, pero dejaré una pregunta al aire, ¿Por qué no impides la boda, Sherlock? —

Él detective consultor toma su violín y comienza a afinarlo, ve por la ventana y después el sillón vacío de John. 

¿Por qué no impides la boda, Sherlock?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora