𝔞𝔪𝔟𝔦𝔠𝔦𝔬𝔫𝔢𝔰

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Capítulo O1

I Don't Love You ϟ My Chemical Romance

— ¿Cuál es su aspiración, señor Jeon JungKook?

Rio un poco y sonrió al hombre que se encontraba detrás del escritorio.

— Es difícil decir sólo una.

— Inténtelo.— insistió devolviendo el gesto.

"Entrar a la universidad", pudo haber dicho. Se podría pensar que es lo primero que imagina un niño huérfano, sin dinero y sin futuro; aspirar a una vida mejor. Pero eso no aplicaba en él, no se compararía con cualquier ser muerto de hambre. No con lo que le ha tocado ver y vivir. No vino a esta entrevista a dar lástima, ni intentar ablandar el corazón del decano contando las tristes historias del miserable y desamparado niño. JungKook pensaba mucho más allá.

— Ser alguien en quien la gente sienta como un escudo, alguien intrépido, audaz. Que cuando digan mi nombre, inmediatamente piensen que todo estará solucionado.— relamió sus labios al decir la última palabra.

El hombre alzó sus pobladas cejas sorprendido. Al ver el currículum debió creer que sería algo más formal o discreto.

— ¿Algo así como un héroe? Debe de saber que en su posición-

— ¿Mi posición? ¿Porque soy becado? — interrumpió sin poder evitarlo, siendo descortés. "Joder JungKook, cálmate", pensó.— Los becados no pueden optar a grandes sueños, según usted.

Negó con la cabeza, algo desconcertado por el atrevimiento del joven.

— Me refiero al rubro, señor Jeon — explicó—. No es mi intención ofender su estatus social.

— Da igual.

— Pero, como iba diciendo — aclaró su garganta y prosiguió—; siendo abogado, habrá veces en las que tendrá que defender a un ladrón... En esos casos, ¿Podrá seguir siendo un héroe?

Si creía que lo tenía, estaba muy equivocado. Aquello era una simple pregunta de principiantes, a su parecer.

— ¿Quién soy yo para juzgar si una persona merece o no protección? — cuestionó JungKook con serenidad, apuntando hacia su pecho con una mano, dando énfasis al punto al que quería llegar.— Nunca dije que quería ser un héroe.

— Lo insinuó.

— No es así, usted lo hizo.

Suspiró con fuerza y volvió a sonreír como en un principio.

— Un hombre difícil — estiró su mano hacia JungKook y la estrechó con su derecha.— Al parecer la dirección escogió a una persona con carácter, algo que necesitará en este campus.

Coincidió con él, pero se limitó a mirarlo. Se levantó y tomó su saco del respaldo de la silla, se lo colocó antes de que se inclinara hacia el decano y caminar hacia la salida.

— No olvide que tiene una beca, no puede reprobar ninguna materia.— le recordó antes de que cerrara la puerta detrás de sí.

"Como si algo pudiera interponerse en mis ideales", pensó.

— ¿Cuál es su aspiración, señor Park JiMin?

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— ¿Cuál es su aspiración, señor Park JiMin?

Sus botas negras y pesadas se pararon frente a él, desviando la atención de JiMin hacia el suelo, como siempre que él le dedicaba la palabra.

Grave error.

El agresor estrelló su rodilla contra la cara de JiMin, y, sin darle tiempo de recuperarse del golpe, lo atacó; sus puños llegaron a su rostro ensangrentado una y otra vez.

Cinco dedos se hundieron en su brazo izquierdo y lo jalaron con prepotencia hacia atrás, causando que su espalda golpease con la mohosa pared.

— Responde, joder.

Recargó la cabeza sobre la sucia pared a su espalda, soltando un quejido. De escupir la sangre acumulada, volvería a golpearlo por salpicar sobre su calzado, así que se limitó a tragar la sangre que yacía brotando internamente de sus rotas fosas nasales. Asqueroso.

El agresor giró por un momento por lo que JiMin pensó que simplemente se iría. Pero fue una vuelta completa, hasta clavar el codo derecho en el centro de su nariz, ocasionando que la sangre salpicara la pared paralela del callejón. Cayó al suelo de concreto con un ruido sordo y, en un instante, sólo se podía oír la risa del amigo del atacante.

Sonrió burlón, mirando hacia abajo despectivo.

— ¿Qué aspiración podría tener alguien como tú? Ni siquiera salud puedes pedir, maldita marica sidosa.

Después de haber recuperado el aliento, JiMin tragó una gran bocanada de aire para poder responder.

— Lo siento —logró decir, mordiéndose la lengua al instante para no vomitar sangre.

— Quería comprobar si era verdad eso de que irás a la universidad.

Volvió a mantener silencio, pero esta vez no lo atacó.

— No sé por qué siquiera lo intentas —prosiguió —, tu futuro es incierto si sigues llevando esta vida de maricón. No tienes amigos y tampoco podrás tener hijos que te quieran por obligación —se puso de cuclillas frente al herido y susurró con una sonrisa jocosa — ¿Por qué no mejor te suicidas?

De repente, al chico se le iluminó el rostro y le dijo a su amigo, mirando por sobre su hombro:

— ¿Qué tal si le ayudamos a terminar con su sufrimiento? —Luego se dirigió nuevamente al rubio teñido.— ¿Te gustaría?

Esto último lo dijo riendo, restándole importancia. Pero tenía razón, y lo tenía claro desde la primera vez que sus ojos vieron a cierto hombre.

"Es inútil seguir viviendo", pensó.

— Como quieras.

Su sonrisa se borró de un momento a otro y se volvió a enderezar.

— Si vas a la universidad de todas maneras, no esperes algo más que golpes de mi parte. Ver esa cochinada que tienes por cara me enferma.

Tomó su campera y se encaminó hacia la calle concurrida, seguido de su compañero.

Cuando JiMin confirmó que ya no volvería, se recostó sobre el suelo y comenzó a vomitar, sin que le importara siquiera salpicar su ropa. Había creído que caminar por el vecindario calmaría sus nervios del día previo a la universidad. Jamás hubiera imaginado que le estuvieran esperando para propinarle una golpiza, una advertencia.

Se limpió los restos con la manga de su jersey e intentó levantarse, pero volvió a caer al momento de dar dos pasos, sólo que esta vez sobre un montón de ropa vieja y sucia. Estupendo.

Después de todo, esto era mejor de lo que merecía.

Era una basura, la escoria del país. Y lo tenía más que claro.

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THE MINDER ϟ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora