Capítulo 4

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—Aquí es. —Aizawa alzó la cinta amarilla policíaca que rodeaba el lugar, dandole paso a la mujer castaña a su lado.

—Muchas gracias. —La mujer miró con determinación la escena, pero sus movimientos corporales delataban cual nerviosa estaba en realidad.

Pero aún así no se detuvo, y se acercó rápidamente a una de las paredes del lugar, mirando fijamente como esta se encontraba rota.

—Aquí fue donde chocó, ¿Cierto? —Fue lo único que pronunció la fémina.

El pelinegro ojeroso no respondió en voz alta, en vez de eso solo asintió.

—Bien. —La pelimarron tocó la pared y cerró los ojos. Concentrándose en las imágenes que invadían su mente. —Sí, ella estuvo aquí. Chocó contra la pared y... —Deslizó su mano, como si estuviera siguiendo un camino. —Cayó aquí, estuvo tirada aquí por un tiempo. Luego la... levantaron, o eso parece.

—¿Puedes ver quién o qué fue, Hashimoto-san? —preguntó un oficial con una libreta en su mano, preparado para anotar cualquier descripción.

—No, parece que solo tocó a Nai. No puedo ver alguna mano o algún tipo de ropa. Solo veo unos zapatos, pero solo las suelas, y son bastante comunes, no hay forma de que pueda decir alguna marca.

—Diablos —murmuró Aizawa al encontrarse de nuevo con una pared.

—¿Y no puede seguir la suela del zapato? —alegó el mismo policía de antes. —¿Hay tantos zapatos iguales?

—Podríamos intentarlo. —La mujer se movió en el piso, pasando sus manos por toda la superficie que podía. —Ugh, veo demasiados, no puedo asegurar cual es el zapato de antes... pero puedo decir que tal vez sea algún tipo de mocassino.

—¿De verdad? —Esto cada vez tenía menos sentido para el profesor. —Es decir que  ¿hay posibilidades de que el raptante Hashimoto sea un estudiante?

—Y tal vez sea un chico... —La señora retrocedió en sus pasos, tocando el lugar en donde empezó. —Se ve bastante grande la suela, dudo que sea de una chica.

—No sé si esto es de mucha ayuda o de poca... —susurró por lo bajo el oficial; anotando todo lo dicho.

—Con esto será suficiente por ahora. Debemos avisar acerca de lo que sabemos.

—Es verdad, yo debería ir a atender a las personas que me esperan en casa... no han estado muy bien desde que Nai desapareció. —La castaña se levantó y limpió sus manos. —Si no voy ahora, tal vez Shiro y Haku armen un desastre por los alrededores.

Suspiró al recordar como su hija menor se pasó toda la noche anterior copiando carteles con el rostro de Nai impreso en ellos.

—Si es necesario, también volveré mañana. —aclaró Akiko.

—Veremos como se desarrollara todo hoy y abriremos oficialmente la investigación.

—Nos centraremos en hombres y estudiantes varones como usted dijo, la encontraremos pronto.

—Eso espero...

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—Bueno... Ayer se sintió mucho peor —Al abrir los ojos nuevamente, Nai notó como todo se veía exactamente al sueño que había tenido esa noche.

Tarde se dio cuenta que nada había sido un sueño, y que en realidad si estaba acostada en un futón ajeno y completamente desconocido, mientras su cuerpo dolía como si hubiese sido molido y luego reconstruido.

—Al menos ya no duele tanto moverme. —Como pudo, apoyó sus codos en el piso e hizo fuerza para erguir un poco su espalda. —Demonios.

Dolió mucho menos cuando Suzuki la ayudó ayer.

—¿Esta ropa es...? —Nai miró sus mangas, notando la gran camisa que traía puesta. Podía jurar que no era de ella. —Esto está muy raro.

—¿Nai? ¿estás despierta? —La voz del pelinegro sono del otro lado de la puerta, y como el día anterior, se adentró en la habitación con una bandeja de comida entre las manos. —Veo que pudiste incorporarte sola, ese es un buen avance.

—Sí... Supongo que no estoy tan mal como ayer —Se obligó a sonreír un poco.

—Me alegra, eso quiere decir que estarás mucho mejor en poco tiempo. Es increíble lo rápido que mi kosei está haciendote efecto, normalmente no es tan rápido.

—Oh, algo de eso me dijiste ayer... ¿Qué hace exactamente tu kosei? —preguntó la ojimorada abriendo la boca para aceptar la comida que el chico le daba.

—Es un kosei curativo. Para hacerlo sencillo; te presto mi poder por el tiempo que tarda tu cuerpo en recuperarse totalmente, cuando su trabajo termina, regresa a mí.

—¿Me prestas tu kosei? ¿eso quiere decir que ya no tienes ninguno?

—En efecto... —El chico pareció pensar un poco sus próximas palabras. —Y supongo que tenías un kosei también, ya que tienes una curación monstruosamente rápida.

—¿Tenía? ¿es decir que lo perdí? ¿y cómo sabes que lo tenía? —La chica se desesperó, removiendose ansiosa en su sitio.

—Primero relajate, alterarte no te hace bien. —El chico la tranquilizó. —Ahora... no perdiste tu kosei para siempre, solo está temporalmente deshabilitado. Eso es porque la energía que gastas usandolo, empezará a usarla mi kosei.

—¿Es por eso qué siempre estoy tan cansada...? —Nai se abstuvo de decir sus pensamientos en voz alta, a pesar de todo lo que hacía y decía el chico por ella, no se sentía completamente cómoda en ese lugar. —Y-Ya veo.

—¿No has tenido otro recuerdo? —Suzuki dejó los platos de lado, y se acomodó mejor en el lugar.

—No, no por ahora. —La fémina escaneó la habitación, y luego su cuerpo. —Pero, tengo una pregunta, ¿Qué ropa traía cuándo me encontraste?

—Oh, no era mucho. Sólo unas prendas para salir bastantes comunes. —Nada en la voz masculina denotaba nerviosismo o signos de mentira; pero algo seguía sin cuadrarle.

—¿P-Podría verla? Tal vez con eso pueda recordar algo más.

—Sí... Eso no va a ser posible —El pelinegro se llevó una mano a la parte de atrás de la cabeza. —Estaba toda rota y llena de sangre y barro, y cuando intenté lavarla solo se rompió aún más. No tuve más remedio que botarla, p-por eso te cambié de ropa. ¡J-Juro que no hice nada más!

—Está bien, está bien. Te creo. —Ahí estaba de nuevo esa sensación. El chico hablaba y se veía como una persona normal, pero las expresiones tranquilas de su cuerpo; sin inmutarse, la forma en la que cambiaba de actitud tan repentinamente, que supiera cuando ella despertaba, y tuviera tan buenas respuestas a todas sus preguntas.

¿Por qué cada vez todo le parecía más extraño?

Missing [Boku no hero academia x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora