—¿Todoroki-kun...? —Ya era pasada la media noche, y un peliverde notó como las luces de la sala común se mantenían aún encendidas.
—Midoriya... —murmuró el bicolor con sus manos sosteniendo su cabeza. —¿Qué haces despierto?
—Vi una luz y me preguntaba quien podría ser... —El chico se acercó al varón, sentándose a su lado. —¿Has escuchado algo?
Todoroki negó. —Pero me llamó la hermana de Nai, estaba llorando y me preguntó si tenía alguna idea de lo que pudo haber pasado. —La voz del chico se escuchaba rasposa, y en ningún momento levantó su vista para ver a Midoriya. —No entiendo por qué se la llevarían.
—Tampoco lo sé —Obviamente el peliverde tenía algunas ideas, y estaba seguro que el heterocromático también. Pero ninguno quería admitir el voz alta que existía la posibilidad de que la chica estuviera siendo obligada a trabajar en algún lugar al que él no sería capaz de entrar debido a sus vírgenes ojos.
—Ellos ya salieron a buscarla... Shiro me dijo que su papá corrió al lugar donde la vieron por ultima vez y que estaba revisando bajo cada escombro que encontraba.
—Eso-
—La mamá de Nai todavía no ha ido. Dijo que hablaría con Aizawa-sensei antes, parece que su kosei podría ser de ayuda.
—¿De verdad? —Un fuerte rayo de esperanza cruzó por los ojos de Midoriya. —Esa es una gran noticia.
—Sí... —Todoroki revolvió su cabello frustrado. —Tal vez debería intentar dormir. —Se levantó del sillón, y caminó pesadamente hacia el pasillo.
—La encontraremos, Todoroki-kun. —Midoriya vio al chico con una fuerte determinación. —Sé que lo haremos.
—Gracias, Midoriya. —El bicolor giró a verlo por un segundo, mostrando lo turbio que se veían sus ojos. —Iré a descansar.
—Buenas noches. —Midoriya vio la espalda del chico desaparecer, y apretó su puño inconscientemente. —La encontraremos... es una promesa.
.
.
.—Uhg... —Unos murmullos de dolor resonaron levemente en la habitación. —A-Ah...
Quejas y sonidos incomprensibles era lo único que reinaba en aquel lugar. Y poco a poco, la chica que ahí se encontraba entreabrió los ojos.
—¿Qué... —Su voz salió rasposa y quebrada, lastimando su garganta en el proceso.
Desorientada, la fémina intentó mirar a los lados, sintiendo lo pesada que estaba su cabeza... Y todo su cuerpo en general.
—¿Dónde...? —El intento de hablar lo dejó de lado. El ardor de su garganta era algo que podía evitar, ya suficiente era con sentir su cabeza pulsar y su cuerpo entumecerse cada vez que intentaba mover un músculo.
—¿Qué diablos fue lo que pasó? —Mentalmente, la pelimorada intentó recobrar las memorias que tenía antes de perder el conocimiento. Pero todo estaba borroso.
No entendía nada.
Y no tuvo mucho tiempo para comerse la cabeza sola; ya que unos pasos se acercaron al cuarto en donde residía.
—Veamos... —Una voz masculina se oyó a través de la puerta. —Oh, ¿ya estás despierta?
El chico parecía ser contemporáneo con ella, con una estatura y físico bastante común.
—Me alegra que lo hicieras, ya en este punto deberías lograrlo. —El varón se adentró a la habitación, y fue cuando la pelimorada se percató de la bandeja de comida que traía en sus brazos.
—¿Quién —Detuvo otra vez su voz. No sabía que odiaba más, el no poder hablar, o el dolor punzante en su garganta.
—Oh, no, no. Tranquila, necesitas tomar un poco de agua antes de hablar, seguro tu garganta está seca. —El desconocido se agachó a su lado, haciéndola notar también que descansaba sobre un futón. —Te ayudaré a incorporarte, pero puede que duela.
Oh, sí que dolió.
La chica arrugó su cara y se quejó al ser levantada del cómodo suelo.
—Solo será un momento. —Y como todo un profesional, la ayudó a beber el agua.
—G-Gracias... —susurró la voz ajena más suave, carraspeando un poco. —Pero... ¿Dónde estoy?
—Oh, sí. Estás en mi casa. —respondió simple el chico, tomando una cucharada de sopa y soplándola suavemente.
—¿Disculpa?
—Sé que puede sonar raro, y yo también estaba sorprendido al verte tirada en una de las paredes de aquí. —Le acercó la cuchara con sopa. —Y te juro que no sabía que hacer.
La ojimorada se veía reacia a aceptar la comida ofrecida.
—Sino te alimentas bien no te mejorarás pronto. —alegó el varón acercando un poco más la cuchara.
—Si lo pienso bien, no tengo nada que perder en este momento. —pensó la fémina mientras abría su boca, aceptando lo ofrecido.
—Bueno, este... ¿Recuerdas tu nombre o dónde vives? No me he atrevido a moverte desde que te encontré.
—Sí... Sí recuerdo quien soy —La chica indagó en su mente unos segundos antes de volver a hablar. —Nai... soy Nai.
—¿Y tu apellido? —El varón se encargó de recoger los platos ahora vacíos. —Yo soy Suzuki Hideki.
—Ahg, todo está borroso. —Nai resopló. —Solo se me vienen algunos nombres.
—Oh, eso tal vez no pueda servir en algo. ¿Crees poder decirlos? —Hideki se levantó.
—Noka... Shiro... villano. —Una punzada llegó a la cabeza femenina. —Shoto.
Al pronunciar lo último, el sonido de todos los platos que dejó caer el muchacho al suelo resonó en la habitación.
—Ups, que torpe. Lo siento mucho, recogeré esto y traeré algo para limpiarlo.
—E-Espera —Antes de que el chico saliera de la habitación, Nai lo detuvo. —dijiste que estaba tirada allá afuera, ¿estaba tan herida? ¿No había nadie más a mi lado?
—Estabas bastante herida, como si te hubieran asaltado o algo así... Hasta te faltaban algunos dientes. Por suerte mi kosei es bastante útil en estos casos.
—¿Qué hace tu-
—Te lo explicaré cuando vuelva, si te parece bien. No quiero que quede una mancha. —El chico interrumpió su frase cortésmente, pero su rostro se había puesto bastante rígido de repente.
—Oh... sí, lo siento por eso. —La pelimorada se disculpó, y con esfuerzo volvió a rescotarse de nuevo en el futón; intentando hacer memoria de lo que le había ocurrido antes de despertar en ese lugar.
Pero extrañamente, mientras más pensaba y esperaba, más somnolienta se sentía. Intentó con todas sus fuerzas no caer en las profundas tinieblas de aquel abismo, pero fue imposible no hacerlo.
.
.
.—Maldita sea. —murmullos y groserías se oían en la cocina del pequeño departamento de Hideki. —¿Por qué de todas las personas se le viene el nombre de ÉL?
Se abstuvo de lanzar cada plato o vaso que se le interponía en frente... Después de todo, Nai seguramente ya estaría dormida y no quería despertarla y tener que dar más explicaciones.
Saber que estaba ahí con él era suficiente.
Ni siquiera era necesario poner muchos somníferos para que la chica cayera rendida. Su kosei hacía la mayor parte del trabajo.
—Bien, será mejor revisar como va el asunto allá afuera. Un descuido y todo lo que hice se irá a la basura.
El chico terminó lo que antes hacía para luego prepararse y salir, revisando dejar completamente cubierta cualquier ventana o superficie que pudiera reflejar algo extraño.
—Nada saldrá mal por ahora...
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Missing [Boku no hero academia x OC]
Fanfiction-En serio, esto es una molestia. -masculló el villano volviendo a golpear con fuerza la esfera en la cual se protegía Nai. -No es como que yo esté disfrutando esto o algo parecido. -respondió como pudo la pelimorada, centrándose en mantener su esfer...