- ¿Kouga?
-¿Kai? ¿Tú rescataste a Kagome?
- Si, pasaba por los alrededores cuando el aroma de la sangre llamo mi atención.
-¿Qué fue lo que paso? – Kouga se dirigía al Inu negro con la confianza que da la amistad de siglos.
- No lo sabremos hasta que la mujer despierte – Sesshomaru hablaba con evidente malestar por la presencia de los lobos en su morada. Sin embargo sus ojos se fijaron en el objeto que Kouga llevaba en la mano izquierda. - ¿Cómo es que tu…? La pregunta quedo en el aire cuando uno de los sanadores, se acercó corriendo hasta ellos.
- La joven ha despertado… Sesshomaru se abrió paso entre los lobos seguido de cerca por Kai y Kouga, Ginta y Hakaku a la saga.
Sesshomaru sabía que la mujer estaba mal herida, y que su cuerpo y rostro quedarían marcados de por vida, por lo que se sorprendió bastante cuando la encontró incólume. Vestida con una yukata blanca, recostada sobre varios almohadones que le permitían estar casi sentada. Tenía los parpados cerrados y su piel se veía pálida, mortalmente pálida, con unas impresionantes sombras oscuras bajo los ojos. Pero sin una sola marca en el rostro. El youkai a su lado probablemente intuyo algo, y se adelantó a la pregunta hecha en silencio.
- Mi sangre, mis sanadores saben usarla para desvanecer completamente las heridas.
- Hn.
- Kagome… El joven lobo, tan valiente como cualquiera de los que estaba ahí, dudaba si acercarse a la mujer que se mantenía con los ojos cerrados, inmóvil. Completamente ajena a todos los que estaban en su habitación. La sacerdotisa, al escuchar la voz familiar, abrió los ojos lentamente fijando la mirada en el príncipe Lobo. Kouga quería saltar sobre ella y abrazarla, lograr que llorara y gritara sobre su pecho hasta que el corazón se liberara y la Kagome sonriente y feliz regresara a ellos.
No quería preguntar pero tenía que hacerlo - Kagome ¿Qué fue lo que paso?
La joven entorno un poco los ojos, su corazón dio un breve salto al fijar la mirada en el objeto que Kouga aun sostenía en su mano. Kagome extendió el brazo hacia Kouga, la desesperación en su rostro era evidente para todos. Y aunque la voz de la joven fue más un suspiro que palabras bien estructuradas, todos la escucharon.
- Tessaiga…Entonces…El
- No lo sé Kagome, esto es lo único que encontré… - Kouga tendía el maltrecho mango de la espada hacia las temblorosas manos de la joven, que la acuno en su pecho como si fuera un ser vivo. El silencio reino de nuevo en la habitación.
- Inuyasha está muerto. – La voz del Dueño del palacio retumbo claro por toda la habitación, Kouga se volvió bruscamente hacia él, el rostro mostraba la rabia que lo consumía. ¿Aquel ser no sentía la mínima compasión por su querida Kagome?
- No deberíamos precipitarnos, aún no hemos…
-Kouga…- La voz de la joven había recuperado bastante de su volumen normal, cuando llamo al príncipe lobo - Sesshomaru tiene razón; Tessaiga no tiene energía, es por eso que has podido tocarla. La energía de la espada está ligada a Inuyasha…si la espada no reacciona…es porque el ya no está…vivo. - Cada palabra causaba conmoción en el príncipe lobo, no solo por el significado, sino por la actitud de la joven. El rostro sereno, sin mostrar expresión alguna mientras hablaba con aparente frialdad de la muerte del hanyou que ella amaba. La mirada fija al frente, vacía de toda emoción.
- Lo lamento tanto Kagome. – Kouga permanecía de pie junto al lecho, en absoluto silencio, negándose a pedir una explicación. Pero El Daiyoukai del Oeste no era una criatura paciente.
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Brother in law
FanfictionDe cuántas maneras se puede destrozar un corazón y lograr que siga latiendo?