Cuando la camioneta estuvo más cercas de aquello que parecían arboles me di cuenta de que no lo eran. Para mi asombro era una especia de campo de piedras y rocas, tocas altas y de colores y formas distintas. El paisaje era hermoso y Fic al darse cuenta me dijo - "Este es un lugar especial, se dice que espíritus y emociones rondan entre cada grieta, ¿quieres distraerte un rato?", a lo que asentí de inmediato.
Se estaciono unos cuantos metros más adelante, donde para mi sorpresa había un paradero igual al donde había estado unas cuantas horas antes. Era casi idéntico, solo que este parecía estar más limpio, como dando la impresión de ser usado a menudo. Seguí caminando hasta descubrir un pequeño camino, me volteé y vi que Fic había abierto el capo de la camioneta, y en cuando se dio cuenta que lo miraba me dijo - "Le hachare una revisada al motor, y limpiare un par de cosas, si quieres ve a dar una vuelta, si sigues ese camino regresaras por el lado de acá, así no te aburriré con mis historias y mi silencio frente al motor, tratando de entender cómo funcionan estas cosas.". Me pareció una buena idea, el lugar me parecía sumamente interesante.
Los colores, las formas, esas rocas no podían ser solo rocas, y al inspeccionarlas más de cerca me di cuenta del por qué pensaba aquello; pequeñas letras, esparcidas, pero casi invisibles, formando palabras de manera aleatoria, de diferentes colores, algunas formas, era solo cosa de acercase y ver el detalle de cada pieza. Me parecía más que un roquerio, una puesta de arte, con muchos cuadros. Pero al avanzar note que, había piedras sin nada, especies de hojas en blanco, no tenían ningún color aparte del gris que caracterizaba a una roca común. Me parecía raro que esas no tuvieran nada, así que pensando que debía acércame para ver mejor con las otras, las inspeccione más de cerca y note que estaban sucias, con una capa de polvo. Quise limpiarlas, y al pasar mi mano por encima, quede anonadado.
Cada centímetro que había dejado al descubierto se había pintado de un tono azul pastel, y en las pequeñas grietas dejaban ver pequeñas marcas, que parecían letras. Entre ellas logre leer el nombre de alguien que había sido muy importante para mí y que ya no estaba. La tristeza me comenzó a llenar la mente de imágenes, mis manos temblando por el mismo frio que había sentido en aquel bosque horas antes, y las luces se comenzaron a apagar, entre en pánico, y luego de unos minutos solo podía ver la mancha azul de la roca que tenía frente a mí, emitía una luz tenue, pero cálida. Pasaron un par de minutos hasta que sentí que podía moverme, pero no veía nada, solo el pequeño brillo azul.
Trate de buscar a oscuras y con ayuda de esa pequeña luz el camino para regresar, pero no podía ver nada. Sentí la necesidad de gritar pero no podía, hasta que pude escuchar la voz de aquel viejo - "Ficius, ¿estás bien?" grito a lo lejos, y trate de seguir su voz, moviéndome lento. Sabía que estaba rodeado por rocas y no quería golpearme o tropezar con alguna. Sin darme cuenta, la pequeña mancha cambio un poco de color, y al girar me topé con otra roca al tocar al vacío con mi mano. Era interesante, había ocurrido lo mismo que con aquella primera roca, pero esta tenía otro color distinto, algo más cálido, una especie de naranjo y al leer era como las primeras que vi, pequeñas letras que de manera azarosa formaban palabras. Seguí buscando rocas y camino hacia donde había escuchado a Fic.
Era increíble que estirando mis manos a la nada, tocaran rocas que por lo que recordaba antes de volverse todo oscuro, no habían. Pero comencé a marcar el camino y de a poco podía distinguir donde me encontraba. Los colores eran fascinantes. Cada roca se volvía un objeto precioso, no entendía que pasaba, y la verdad es que tampoco me importaba, ya no sentía esa pena, sentía las ganas de quitarle el polvo a cada roca, y transformar el paisaje en un lienzo, pero eran demasiadas, y Fic parecía estar preocupado. Así que, al darme cuenta que el camino se acababa, decidí limpiar una de las rocas, y recogiendo una de las piedras que pude tomar del suelo, trate de dibujar mi cara. No sé cómo paso que se veía mejor de lo que siempre podía dibujar la vieja y nada original caricatura de mi persona. Sentía el corazón lleno, ganas de cantar, sentía que podía hacer todo con mis manos. Tantas cosas pasaron por mi mente, que una melodía se quedó pegada en mi cabeza y como era típico en mí, comencé a tararearla y a hacer la batería con mi boca.
Me apure a llegar con Fic, quien parecía más alegre de verme que lo que hubiese esperado. Y antes de poder decir cualquier palabra me dijo -"algunas cosas solo llegan, no preguntes como ni por qué, solo déjalas fluir contigo, si se quedan mucho en ti, pueden estancarse... ahora vamos, quiero pasar por gasolina a una estación aquí cerca".
No sabía que decir, parecía que el conocía muy bien lo que había pasado, y no entendía por qué. Solo me subí a la camioneta, y emprendimos viaje nuevamente, pasaríamos por gasolina. Y, como era costumbre en mí, repetí la melodía en mi cabeza, incluso con Fic al lado, parecía menear la cabeza, pero debe haber sido algo de sueño por conducir tanto sin dormir. A lo lejos, el logo de la gasolinera parecía destellar.
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Viaje Nocturno
SpiritualEl transcurso de las horas, la mente y vida de un hombre que aprende mientras avanza.